El Tren Lusitania que une Lisboa y Madrid, en el limbo
Paula Fernández
Lisboa, 28 may (EFE).- El emblemático Tren Lusitania que une las ciudades de Lisboa y Madrid en un trayecto nocturno no volverá a circular, al menos en el corto plazo, y su continuidad se ha quedado en un limbo mientras Renfe decide si será rentable retomar la línea cuando se recupere la demanda.
El Lusitania, un tren-hotel inaugurado en 1995, está parado desde el pasado 17 de marzo, cuando se cerró la frontera ibérica y se suspendieron todas las conexiones ferroviarias entre España y Portugal debido a la pandemia de Covid-19.
Pero cuando se levante esta suspensión, vigente por ahora hasta el 15 de junio, no está previsto reanudar el viaje diario en cada sentido que realizaba antes de la pandemia.
Fuentes de Renfe confirmaron a EFE que no se plantea volver a poner en servicio sus trenes-hotel a corto plazo, puesto que cuando la demanda del mercado se vaya recuperando dará prioridad a las líneas que puedan darles mayores ratios de ocupación.
No es el caso de los trenes-hotel, entre ellos el Lusitania, que arrojaron unas pérdidas para la empresa de más de 25 millones de euros en el último año.
Lisboa y Madrid se quedarán así, al menos durante unos meses más y tal vez de forma permanente, sin la única conexión por vía férrea que unía las dos capitales ibéricas, separadas por 625 kilómetros.
El Lusitania, que Renfe explota en conjunto con su homóloga lusa Comboios de Portugal, era vendido principalmente como una opción para las escapadas turísticas de una ciudad a otra, ya que permitía llegar a su destino a primera hora de la mañana para disfrutar del día.
Ofrecía además conexión con destinos intermedios como la ciudad lusa de Coimbra o las españolas Salamanca y Ávila.
El tren estuvo en el centro del foco mediático el pasado mes de diciembre, cuando fue escogido por la activista medioambiental Greta Thunberg para desplazarse desde Lisboa a Madrid, donde participó en la Cumbre del Clima.
Tras llegar a bordo de un catamarán a la capital lusa, Thunberg, que rechaza viajar en avión por las emisiones de carbono, se marchó en el tren a Madrid acompañada de varias decenas de periodistas, pese a que no es una alternativa totalmente limpia: recorre más de 200 kilómetros en el lado español con un locomotora diesel.
Aun así, se trata de la opción más sostenible para viajar de una capital ibérica a otra, por lo que la decisión de no retomar su servicio ha recibido críticas de asociaciones medioambientales.
Una de ellas la portuguesa Zero, que denunció hoy que la posible desaparición de la línea ferroviaria conllevará una mayor dependencia del transporte aéreo entre ambas ciudades, que en 2017 generó 110.000 toneladas de emisiones de CO2.
Inaugurado en 1995, en sustitución de otros dos ferrocarriles que unían Madrid con Lisboa, el Lusitania cuenta con coches cama y vagones con asientos, para realizar un viaje nocturno de 10 horas y media.
Inicialmente realizaba el trayecto pasando por la ciudad española de Cáceres, en Extremadura, pero en 2012 se cambió su recorrido y desde entonces atraviesa la frontera por Salamanca.
Desde ese año realiza la mitad de su trayecto fusionado con el Sud Expresso, que une Lisboa con la ciudad de Hendaya, en la frontera entre España y Francia, desde donde tiene conexión con París.
Los dos trenes viajan unidos desde Lisboa hasta Medina del Campo, en la provincia española de Valladolid, donde se separan y uno continúa su viaje a Madrid y el otro a Francia. EFE