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Fútbol y política, una combinación de escándalo en Portugal

Carlos García

Lisboa, 15 sep (EFE).- La última tormenta política que sacude Portugal no responde a diferencias ideológicas sino al fútbol, y ha puesto en el ojo del huracán al primer ministro, el socialista António Costa, por su apoyo a la reelección del actual presidente del Benfica, investigado por la Justicia.

Costa abrió el debate el fin de semana con su respaldo explícito a Luís Filipe Vieira para la reelección a la presidencia del club.

A título individual, el primer ministro es miembro de la Comisión de Honor del actual presidente del Benfica, investigado en varios procesos judiciales abiertos.

Para Costa no se trata de un debate entre fútbol y política, sino de una cuestión de libertad de expresión, 'algo que, afortunadamente, existe en Portugal'.

Su presencia en la Comisión de Honor no es nueva, ya que figuró en las comisiones de 2012 -siendo alcalde de Lisboa- y en 2016, cuando ya ocupaba el cargo de primer ministro.

Sin embargo, la mayoría de los portavoces parlamentarios tienen claro que la permanencia de Costa en dicha lista implica un apoyo a un candidato que, aunque no condenado, figura en la investigación de la caída del Banco Espírito Santo (BES) como sospechoso de beneficiarse de un esquema fraudulento de la entidad.

Hasta el eterno rival de Benfica, el Oporto, ha aprovechado la coyuntura para sacar rédito.

El presidente 'portista', Jorge Nuno Pinto da Costa, muy molesto con Costa por no permitir la vuelta de aficionados a los estadios, tiraba de ironía en las últimas horas y aseguraba que, en ocasiones, la tribuna del Benfica parecía un Consejo de Ministros.

Entre los defensores de António Costa, su compañero de partido y alcalde de Lisboa Fernando Medina quien, lejos de amonestarle, asegura que no ve incompatibilidad en el hecho de que un ciudadano forme parte de la vida de un club.

Aunque no está condenado, Luís Filipe Vieira está formalmente acusado en el proceso de la llamada Operación Lex, donde se investiga si un juez le favoreció al influir a su favor en un proceso fiscal con la promesa de recibir a cambio un cargo en la Fundación del Benfica.

También figura en los autos que investigan la caída del Banco Espírito Santo (BES) como sospechoso de haberse beneficiado de un esquema fraudulento de la entidad.

Desde el Bloco de Esquerda, su portavoz Catarina Martins ha mostrado cartulina roja a Costa y le ha dicho que 'no queda bien' ir en la lista 'benfiquista'.

La nota discordante la ha dado el parlamentario del partido conservador CDS-PP Telmo Correia, que se ha desmarcado por la banda en contra de la dirección de su partido y ha dicho que él también apoya la candidatura de Vieira.

Parece que el árbitro de la contienda será, una vez más, el presidente de Portugal, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa.

'Hablaré con él' sobre este asunto, dijo Marcelo tras ser interpelado por los medios, sin definir su postura para evitar que el partido se volviera más bronco aún.

Todos los dirigentes tienen sus predilecciones por sus equipos de fútbol y, más o menos, sus preferencias son públicas, aunque, ¿es conveniente que los políticos se posicionen formalmente con los dirigentes de su equipo o deberían preservar la pulcritud de ideas?

El debate se ha reabierto en Portugal. EFE

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