GNA busca aislar a Hafter mientras UE, EEUU y Rusia critican su paso
Mohamad abdel Kader
Trípoli, 28 abr (EFE).- El llamado Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), promovido por la ONU en 2016 y sostenido por la comunidad internacional, ofreció hoy una vía de diálogo al Parlamento trasladado a la ciudad oriental de Tobrouk para tratar de desactivar lo que considera un golpe de Estado dado por el mariscal Jalifa Hafter, tutor del gobierno en el este y hombre fuerte del país.
El controvertido mariscal anunció anoche que se desligaba del proceso de paz que fomentaba la ONU y que el Estado Mayor que preside asumía el control político del país, una declaración criticada con dureza por la Unión Europea y con menos fuerza por EEUU y su principal aliado, Rusia.
En este marco, el GNA, presidido por Fayez al Serraj, y el Consejo de Estado, entidad supranacional creada también durante el fallido acuerdo de paz firmado en 2015 en la ciudad marroquí de Skhirat, anunciaron hoy que cualquier cambio político debe ser consensuado por 'las tres entidades reconocidas'.
'El golpe de Estado anunciado por este criminal de guerra no nos ha sorprendido, era un paso que se esperaba porque quiere ocultar la derrota de sus milicias y mercenarios terroristas, y el fracaso de su proyecto autoritario para tomar el poder', explico hoy a Efe una fuente próxima al GNA.
Un paso para 'eludir las demandas que deberá afrontar por su aventura fallida, que no ha logrado más que la muerte, el desplazamiento forzoso de cientos de miles de personas y la destrucción de la nación', afirmó.
El responsable instó, por ello, a los miembros del Parlamento en Tobruk, fruto de las elecciones de 2014 y tutelado por el propio mariscal desde que el gobierno en el este le nombrara jefe del antiguo Ejército regular libio (LNA), a buscar una solución política junto al GNA y el Consejo de Estado 'las únicas instituciones legítimas'.
'Les ofrecemos que se sumen a los esfuerzos de sus colegas en Trípoli en busca de una solución global que pasa por el diálogo franco y la convocatoria de elecciones que asiente la democracia y aleje para siempre la dictadura de Libia', afirmó.
Antiguo miembro de la cúpula militar golpista que derrocó al rey Idris al final de la década de los setenta, Hafter fue reclutado por la CIA y trasladado a Estados Unidos a finales de la década de los ochenta cuando era un alto mando del Ejercito de Muamar al Gadafi y se convirtió en uno de los principales opositores al dictador en el exilio.
Regresó al país en marzo de 2011, apenas un mes y medio después de que estallara la rebelión popular que nueve meses después acabó con la vida y el régimen del dictador.
Desde entonces, la guerra civil y el caos dominan Libia, un conflicto que ha devenido en el último año en un conflicto multinacional sin ejércitos librado por decenas de milicias locales y de grupos de mercenarios privados vinculados tanto al GNA como a las fuerzas bajo el mando del mariscal.
El enfrentamiento armado se agudizó en abril del pasado año, fecha en la que Hafter -que cuenta con el apoyo de Jordania, Arabia Saudi, Egipto, Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Rusia- puso cerco al gobierno en la capital, al que respaldan militarmente Italia, Catar y Turquía.
Desde esa fecha han muerto cerca de dos mil personas -alrededor de 350 de ellos civiles-, en torno a 20.000 han resultado heridos y más de 200.000 se han visto obligadas a abandonar sus hogares y convertirse en desplazados internos.
El anuncio de Hafter fue criticado tanto en Washington como Bruselas y Moscú, principal apoyo militar del mariscal, al que provee de mercenarios.
'En Moscú, seguimos convencidos de que la única solución posible en Libia puede ser a través de la comunicación política y diplomática entre todas las partes, sobre todo las que están en conflicto ', dijo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.
El portavoz de asuntos exteriores y política de seguridad de la Comisión Europea Peter Stano calificó el anuncio de inaceptable y subrayó que las acciones unilaterales no facilitarán el esfuerzo de reconciliación en Libia.
En un comunicado, la embajada de EEUU en Libia lamentó que Hafter crea que 'puede introducir cambios en la estructura política de Libia de forma unilateral pero 'agradeció cualquier oportunidad que permita involucrar a todas las partes en un diálogo serio sobre cómo puede avanzar el país'. EFE