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Hasta 75.000 desplazados por la violencia en un campo del este de la RD Congo

Kinshasa, 8 dic (EFE).- Hasta 75.000 personas malviven en el campo de desplazados de Roe, en la provincia de Ituri, en el este de la República Democrática del Congo (RDC), después de que su población se haya cuadruplicado en las últimas dos semanas a causa de los últimos ataques de grupos armados, denunció hoy la ONU.

'Cerca de 35.000 niños y sus familias están soportando condiciones infernales, siendo rehenes de facto, sin poder moverse (...) en una zona peligrosa e inaccesible', dijo hoy en un comunicado Ibrahim Cisse, jefe de operaciones del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en la capital provincial, Bunia.

Las agencias humanitarias solo pueden acceder por helicóptero a este remoto campo -situado a unos 45 kilómetros al noreste de Bunia- después de que los grupos rebeldes les hayan denegado el acceso o las hayan disparado en varias ocasiones durante el pasado mes, reveló el organismo.

Este crecimiento exponencial -han llegado unas 50.000 personas en dos semanas- se produce después de una serie de ataques contra varios asentamientos de desplazados internos en Ituri.

El pasado 28 de noviembre rebeldes atacaron el campo de Jangi-Ivu, en la localidad de Njalaa, matando al menos a 26 personas, mientras el 21 de noviembre asaltaron los asentamientos de Drodro y Tché, dejando al menos 44 muertos.

Entonces, los rebeldes incendiaron el campamento de Drodro, obligando a aproximadamente 16.600 personas a buscar refugio en otros lugares, según explicó Efe la portavoz para esta región de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Sanne Biesmans.

Las autoridades congoleñas responsabilizaron de los ataques a la Cooperativa para el Desarrollo del Congo (Codeco), un grupo rebelde poco conocido que nació en 2018 con el objetivo de luchar contra los abusos del Ejército, si bien ha cometido numerosos asesinatos de civiles.

Las personas refugiadas en Roe se enfrentan a 'graves problemas de alimentación, saneamiento, alojamiento, protección y seguridad en refugios desesperadamente superpoblados e insalubres', dijo Cisse.

Según Unicef, en las últimas semanas 35 menores perdieron la vida o fueron heridos y al menos 13 niñas fueron violadas cuando trataban de buscar comida en los bosques adyacentes al campo.

Tanto el agua como la comida escasean, por el peligro que supone abandonar el recinto.

Asimismo, un 'número alarmante' de personas ha muerto por enfermedades respiratorias, diarrea y malaria y, aunque el campo cuenta con un centro médico, el personal y las camas son insuficientes y es imposible redirigir a los pacientes a otros hospitales.

Las provincias de Ituri y la vecina Kivu del Norte han registrado en el último año un aumento del número de ataques de grupos rebeldes y de civiles muertos, un hecho que empujó al Gobierno congoleño a declarar el estado de sitio a finales de abril.

A pesar de esa medida y una mayor presencia militar en la región, el Congo Research Group, un proyecto de investigación independiente sobre el país, contabilizó más de 1.000 civiles asesinados en los últimos siete meses.

Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por las milicias rebeldes y los ataques de soldados del Ejército, pese a la presencia de la misión de paz de la ONU (MONUSCO), que tiene desplegados más de 14.000 efectivos.

La ausencia de alternativas y métodos de subsistencia estables han empujado a miles de congoleños a tomar las armas y, según el Barómetro de la Seguridad de Kivu (KST, en inglés), esta región es campo de batalla de al menos 122 grupos rebeldes.EFE

py-lbg/fpa

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