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Italia trata de mantener su influencia en Libia ante el auge de más potencias

Gonzalo Sánchez

Roma, 14 ene (EFE).- Italia se esfuerza por mantener su influencia en Libia, su antigua colonia, para defender sus enormes intereses económicos y estratégicos, ante el envite de otras potencias como Turquía o Rusia y su injerencia en el tablero del conflicto de este país norteafricano.

El ministro de Exteriores italiano, Luigi Di Maio, calificó hoy de 'buena noticia' la Conferencia de Berlín del próximo día 19, que sentará en torno a la mesa a las partes enfrentadas en Libia y a los principales actores internacionales implicados en la crisis.

Sin embargo, esta nueva cumbre llega después de varias intentonas italianas para pacificar un país en guerra desde la caída en 2011 del dictador Muamar el Gadafi y en el que mantiene ingentes intereses económicos, energéticos, de seguridad y estratégicos.

Por esa razón el Gobierno italiano ha buscado una mediación manteniendo encuentros con las dos partes enfrentadas: el mariscal Jalifa Hafter, hombre fuerte del este, y el líder del Gobierno apoyado por Naciones Unidas en la capital, Trípoli, Fayez al Serraj.

El último encuentro, la semana pasada, devino en un embrollo diplomático, pues Al Serraj canceló una reunión con el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, en Roma después de enterarse de que había recibido antes a su oponente.

DEMASIADOS ACTORES SOBRE EL TERRENO

Italia trata de este modo de mantener una voz destacada en la crisis libia, a pesar de que los países implicados en su evolución 'son demasiados', sostiene en una conversación con Efe el diplomático y experto del Instituto para los Estudios de Política Internacional (ISPI) Armando Sanguini.

'Los actores son muchos, quizá demasiados. Hay protagonistas, actores, figurantes y comparsas. Italia estaría entre los actores importantes', explica este experto, para quien no obstante el riesgo de perder influencia 'siempre' acecha en este tipo de crisis.

Entre los protagonistas están la Turquía de Recep Tayyip Erdogan, que ha enviado tropas al país magrebí, la Unión Europea o Catar, partidarios de Serraj, mientras que Hafter cuenta con el respaldo de Rusia, Arabia Saudí, Egipto o Emiratos Árabes Unidos.

ITALIA Y SUS ENORMES INTERESES EN LIBIA

Pero se diría que ningún país tiene tantos intereses en la crisis de Libia como Italia, sobre todo por su cercanía, pues las costas del país norteafricano están a tiro de piedra del enclave italiano más meridional, la isla de Lampedusa, a poco más de 200 kilómetros.

Roma quiere una Libia pacificada en primer lugar porque desde sus descontroladas costas zarpan la mayoría de los inmigrantes que viajan hacia Europa por la peligrosa vía del Mediterráneo central.

Por ello Italia mantiene un acuerdo con las autoridades de Trípoli para que controlen el flujo migratorio, donando naves y patrulleras, algo muy cuestionado por organizaciones humanitarias que denuncian los malos tratos sufridos por los inmigrantes en los centros libios.

Otro interés es de índole económico. En Libia opera desde 1959 la petrolera ENI, participada por el Estado italiano, y cada día produce en el litoral de Trípoli y en el desierto 302.000 barriles de crudo, de acuerdo con los datos de la compañía en 2018.

Para su explotación Italia ha invertido millones de euros en la construcción de infraestructuras, como el canal 'Greenstream', un tubo de más de 500 kilómetros que transporta gas hasta Sicilia.

Unos suculentos intereses energéticos que a menudo se han topado con la competencia de la petrolera Total, participada por el Estado francés.

Y otra cuestión que preocupa en Italia es la amenaza a su seguridad interna que podría arrojar una Libia asentada en el caos, sobre todo por la presencia de grupos terroristas y de extremismo islámico repartidos por la zona del Sahel.

LA AGENDA DEL GOBIERNO ITALIANO

Para conservar su puesto en la mesa, el Gobierno italiano mantiene estos días una agenda frenética. Conte viajó a Ankara y El Cairo, mientras que su ministro de Exteriores acudió a Túnez y pone sus esperanzas en la Conferencia de Berlín del domingo.

Por el momento las partes siguen enfrentadas a pesar del esfuerzo de Rusia y Turquía por un alto el fuego permanente. Las últimas negociaciones han tenido lugar en Moscú y, aunque el acuerdo tenía el 'sí' de Al Serraj, Hafter acabó marchándose y pidiendo dos días para pensárselo.

'Así quieren demostrar que solo son marionetas hasta cierto punto (...) Los protagonistas son los libios. Los demás son personajes que quieren ser protagonistas. El gesto de ayer de Hafter (al abandonar Moscú) así lo demuestra',´afirmó el experto diplomático. EFE

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