Italia y Argelia, el pulso discreto por destronar a la mejor Brasil
Javier Martín
Túnez, 28 jun (EFE).- Inscritas en una dinámica ganadora desde el mundial de Rusia en 2018, para cuya fase final ninguna de las dos selecciones se clasificó, Italia y Argelia transitan por la senda de la imbatibilidad con la mirada puesta en la Brasil de Bebeto, Ronaldo Nazario y Romario, que en 1994 logró su cuarta Copa del Mundo y estableció un récord mundial de 36 partidos sin conocer la derrota.
Una racha que comenzó un año antes, en los partidos de clasificación para aquel mundial disputado en Estados Unidos y a la que puso fin México gracias a su victoria por 2-0 en la final de la copa de Oro de la Concacaf disputada en 1996 en Los Ángeles, adonde la 'Canarinha' envió el equipo sub-23.
Un cuarto de siglo después, la Italia que lidera en el campo Lorenzo Insigne (Nápoles) y en el banquillo el exinternacional Roberto Mancini, con 31 partidos invicto, y la Argelia de Ryad Mahrez (Manchester City), considerado el mejor jugador de África con permiso del senegalés del Liverpool Sadio Mané, con 28 partidos sin conocer la derrota, aspiran a batir la marca de los brasileños y reverdecer ajados laureles.
UNA ITALIA EN DECLIVE
Especialmente la escuadra 'azzurri', triple campeona del mundo, para la que el fracaso de su ausencia de la fase final en 2018 parece haber servido de catarsis y de acicate para una renovación de nombres y de estilo de juego que era perentoria, pero a la que se resistía con tenaz conservadurismo.
No solo la escuadra nacional arrastraba el lastre de los viejos y obsoletos esquemas, aquellos que le dieron la gloria en los años previos pero que ya no se adecuan al fútbol actual, asido al vértigo, ya sea en la circulación del balón o en el contraataque, y sobre todo a la exuberancia física, como demuestra la reciente supremacía de los clubes ingleses en las competiciones de clubes.
También había atorado a la Serie A, huérfana de resultados brillantes en las últimas temporadas y poco atractiva para las grandes figuras, pese a las tentadoras rebajas fiscales.
La elección Mancini, un hombre que precisamente dio brillo a la liga Italia desde las filas de la Sampdoria a finales de los años ochenta, y a la selección, con la que alcanzó las semifinales de la Eurocopa de Alemania (1988) y de Copa del Mundo disputada en Italia en 1990, ha cambiado esa dinámica deprimente que alcanzó su auge con la derrota por 1-0 en estadio Frined Arena, de Solna, frente a Suecia en la repesca del Mundial.
El equipo que dirigía entonces Gian Piero Ventura -sustituido después por Luiggi de Maggio, quien solo estuvo seis meses en el banquillo- y en el que ya eran titulares jugadores como Chiellini, Bonucci, Jorginho o Immobile- firmó después un decepcionante 0-0 en Italia que la dejaba fuera de una fase final del mundial por primera vez desde la disputada en Suiza en 1958.
LA 'RESURRECCIÓN MANCINI'
El exjugador del Sampdoria, que aprendió el oficio de entrenador como asistente de la mano del mago sueco Sven-Göran Eriksson en la Lazio tras un breve paso por el banquillo de la Fiorentina, inició su andadura con algunas en la 'azzurra' con algunas dudas. Encadenó buenos partidos, pero sumó dos derrotas antes de iniciar la racha que le ha llevado a los cuartos de final de este Eurocopa, donde le espera Bélgica.
Un total de 31 partidos invicto tras la trabajada y afortunada victoria -en vista del juego - de la semana pasada frente a Austria, con la que superó la marca establecida 82 años antes, entre octubre de 1935 y julio de 1939, cuando Italia, liderada por el mítico entrenador Vittorio Pozo, logró su segundo mundial consecutivo y la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 1936, disputados en la Alemania nazi.
Al igual que entonces, Mancini ha sabido combinar buen juego, destellos de brillantez y fiabilidad en el resultado en los momentos menos lucidos -como el citado partido con Austria- gracias a una equilibrada combinación de veteranía y juventud, encarnada en los dos centrales -protagonistas del gran fiasco de Rusia- y noveles de espectacular presente y prometedor futuro como Federico Chiesa (Juventus), Gianluiggi Donnarumma (Milan) o Manuel Locatelli (Sassuolo).
EL DESAFÍO BELGA
La opción de batir a Brasil para los italianos pasa por alzar la Eurocopa, en la que ha demostrado lunes y sombras: luces amenazantes en la primera fase, en la que completó tres grandes partidos con victorias contundentes frente a equipos como Suiza, País de Gales y Turquía, con siete goles a favor y cero en contra.
Y sombras frente a una Austria igualmente en ascenso, liderada por el nuevo defensa del Real Madrid David Alaba, que se adelantó en el marcador -aunque el gol fue anulado-, llevó el partido a la prórroga y colocó un nudo en la garganta cunado a falta de unos minutos recortó la ventaja.
Precisamente, la fiabilidad defensiva -característica de la Italia de todas las épocas, especialmente las doradas- es una de las virtudes de los de Mancini: Italia ha sumado 12 victorias consecutivas desde el empate con Holanda en la Liga de las Naciones en octubre de 2020.
Once de esas victorias se sumaron con la portería a cero hasta que en el austríaco Kalajdzic perforó la meta de Wembley y acabó con 1.168 minutos de imbatibilidad.
ARGELIA, SIETE AÑOS DE TRAVESÍA POR EL DESIERTO
La racha victoriosa de Argelia es similar, y parte de una crisis de cinco años que se prolongó desde su eliminación de la fase final del mundial de Brasil en 2014, donde alcanzó los octavos de final, hasta la llegada en 2018 del actual seleccionador, Djamel Belmadi, un hombre de la casa.
Entre aquel espectacular partido frente a Alemania, en el que 'los zorros verdes del desierto' estuvieron a punto de cobrarse una venganza histórica del mundial de 1982 y alcanzar los cuartos de final por primera vez en su historia, hasta el aterrizaje del carismático Belmaldi, por el inestable banquillo argelino pasaron una decena de entrenadores, en su mayoría franceses además del español Lucas Alcaraz.
Bajo su mando, y asido a estrellas de reconocimiento internacional como Mahrez, veteranos como Islam Slimani (Olympique de Lyon) o Soufian Fegholi (Galatasaray) y de jóvenes valores reconocidos en Europa como Ismaël Bennacer (Milan), Argelia sorprendió en 2019 al ganar la última Copa de Naciones de África (CAF), con un gol de Baghdad Bounedjah (Al Saad catarí).
Desde las eliminatorias para ese torneo, los de Belmadi han encadenado siete empates y 21 victorias, la última el pasado 17 de junio frente a Liberia en Argel (5-1), que le han llevado a robar el récord de partidos invictos en África qure ostentaba Costa de Marfil.
FIABILIDAD CON ESTRELLAS
Al igual que Italia, la Argelia de Mahrez es un equipo equilibrado y de potencia física, muy ordenado en defensa y que cimienta sus victorias en el trabajo incansable en el centro del campo del joven valor en alza del Twente Ramiz Zerrouki, la chispa de Bennaceur y el factor desequilibrante que supone Mahrez.
Con estos mimbres, los 'zorros verdes' suman 63 goles a favor y 18 en contra desde que se iniciara la racha en 2018 con una victoria (4-1) sobre Togo en un partido de clasificación para la copa de África.
Batir el récord la Brasil que Carlos Alberto Parreira llevó a la cima del fútbol en el Rose Bowl Stadium gracias al error en los penaltis de Roberto Baggio tendrá como recompensa la clasificación para Catar 2022 y la posibilidad de repetir título africano en enero, durante la disputa de la fase final en Camerún. EFE