La prensa extranjera, en la diana en China por la cobertura de inundaciones
Javier Triana
Pekín, 30 jul (EFE).- De ciudadanos enfadados con las informaciones 'falsas' de la prensa extranjera a amenazas de muerte por vía telefónica a los números privados de los corresponsales: la cobertura de las inundaciones en el centro de China ha vuelto a poner a los medios foráneos en el disparadero en el país asiático.
Las denuncias de acoso, los llamamientos a la no cooperación con la prensa extranjera, el hostigamiento a través de redes sociales o incluso la intimidación para eliminar el material grabado se dieron en este caso en Zhengzhou, la capital de la provincia central china de Henan, la más afectada por las recientes lluvias torrenciales en lo que va de año.
Allí llegó a última hora de la tarde del pasado día 21 -un día después de que comenzaran a circular por redes sociales imágenes sobrecogedoras de las riadas en Zhengzhou- un cámara de un medio de comunicación europeo (que prefiere permanecer en el anonimato por cuestiones de seguridad) junto a otros tres compañeros.
'Fuimos directamente al túnel (inundado de Jingguang) en el que había un montón de vehículos afectados, a tomar imágenes y a hacer entrevistas', relata a Efe. 'Y en media hora estábamos ya rodeados de gente, entre veinte y cincuenta personas, incluida gente que entrevistamos que había cambiado de parecer'.
'Luego empezó a tornarse todo un poco más agresivo. Nos preguntaron si éramos de la BBC', señala.
'UN ESCENARIO PELIGROSO'
Todo esto porque las Juventudes Comunistas de Henan habían pedido a sus 1,6 millones de seguidores en la red social Weibo (equivalente a Twitter en China) que informaran sobre el paradero del reportero de la cadena británica Robin Brant.
En el ciberespacio chino había quien estaba furioso por unos subtítulos en chino en una información de Brant en los que se decía que 'se había dejado morir a la gente' en la estación de metro de Shakou, que las autoridades no acertaron a cerrar a tiempo y donde fallecieron ahogadas al menos 14 personas.
'Se creó un escenario peligroso donde la masa reacciona más que el individuo. Nos estaban gritando '¡espías!' y, a la traductora (de nacionalidad china), '¡traidora!'', rememora el reportero. 'Para calmar los ánimos, decidimos borrar (de la memoria de la cámara) las entrevistas que nos pidieron'.
Para la fuente, se trata de una 'situación lamentable', 'pero se llegó a un punto en que, si no se hace, la integridad física del equipo está en juego. Para mí es para evitar un mal peor, pero claro, la situación es lamentable y no debería ser así ni aquí ni en ninguna parte del mundo'.
La suya no fue la única experiencia de ese estilo en Zhengzhou: al menos una decena de reporteros de medios de Estados Unidos, Alemania, Francia y Catar experimentaron acoso, bien en persona, bien a través de redes sociales o mensajes y llamadas telefónicas a sus números privados.
Los traductores, productores y asistentes chinos de esos y otros medios también han recibido amenazas -incluidas amenazas de muerte- y han sido acusados de 'traición' por su trabajo para la prensa extranjera, autorizada y regulada por Pekín.
DENUNCIAS DE ACOSO
Así las cosas, el Club de Corresponsales Extranjeros de China (FCCC, por sus siglas en inglés) emitió un comunicado este martes en el que lamentó que 'la retórica de organizaciones afiliadas con el gobernante Partido Comunista pone directamente en peligro la seguridad física de los periodistas extranjeros en China y entorpece una labor informativa libre'.
El FCCC se mostró 'abatido por la creciente hostilidad hacia la prensa extranjera en China, un sentimiento apuntalado por el creciente nacionalismo chino a veces directamente azuzado por funcionarios chinos y entidades oficiales'.
'La censura de los medios extranjeros en China -continuó el texto de la organización- ha contribuido a una visión incompleta de nuestro trabajo en China. En suma, esto ha creado un deterioro del ambiente de trabajo para la prensa extranjera e impide que los periodistas proporcionemos la cobertura completa de China que deseamos'.
EL LADO CHINO, EN DESACUERDO
Desde el diario estatal China Daily, la visión era totalmente distinta.
A través de su perfil en la red social Twitter -cuyo acceso está bloqueado en China-, el rotativo argumentó este miércoles que 'la prensa extranjera se enfrenta a una crisis de confianza en China. Las acusaciones de paparruchas contra medios como la BBC han ahondado las críticas hacia los medios extranjeros entre los chinos'.
'La desconfianza del público chino es el precio que la prensa extranjera ha de pagar. Las consecuencias que hemos visto por sus informaciones sobre Xinjiang y Hong Kong se reflejan en los incidentes en Henan', justificó un empleado de China Daily en un vídeo que busca 'desmontar' los argumentos de un periodista alemán acosado y exculpar al grupo de gente que le rodeó en Zhengzhou.
Desde el Ministerio de Asuntos Exteriores de China, el portavoz Zhao Lijian afirmó este jueves, a preguntas sobre el comunicado del FCCC, que 'no existe el amor ni el odio sin una razón o un motivo'.
Asimismo, agregó que 'no es nada nuevo que el FCCC distorsione los hechos y desacredite el entorno para los informadores en China'.
El portavoz de la cancillería también mostró su oposición 'al prejuicio ideológico contra China, al uso de la denominada libertad de prensa para elaborar noticias falsas, y a la violación de la ética periodística'. EFE
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