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Menos protestas en Hong Kong, más aversión hacia el Gobierno por el COVID-19

Shirley Lau

Hong Kong, 26 feb (EFE).- Calles vacías en Hong Kong para evitar contagios de coronavirus en vez de manifestaciones masivas en favor de la democracia. Mascarillas para protegerse de posibles infecciones de coronavirus en vez de para ocultar la identidad ante las fuerzas de seguridad hongkonesas.

Después de meses de protestas prodemocráticas y antigubernamentales en las calles de Hong Kong, este centro financiero asiático presenta una imagen totalmente distinta, extrañamente desierta, aunque la aversión hacia el Gobierno permanece: esta vez, espoleada por la epidemia de neumonía COVID-19.

Así, cual virus, la lucha prodemocrática ha mutado adaptándose a las circunstancias.

'Estamos asistiendo a un cambio de conducta', asegura a Efe Jacky Fung, del Instituto de Investigación Política de Hong Kong. 'La gente no sale a protestar por el virus, pero su enfado con el Gobierno sigue ahí, y de hecho se ha fortalecido por el virus'.

La respuesta del Ejecutivo hongkonés a los desafíos planteados por la epidemia de COVID-19 le han costado numerosas críticas de diversos sectores, incluso de muchos ciudadanos que no se habían sentido atraídos por las protestas políticas en pleno auge de éstas.

EL SARS, UN TÉTRICO PRECEDENTE

Con el funesto recuerdo del Síndrome Respiratorio Agudo y Grave (SARS, por su acrónimo inglés) presente, que también se originó en China y se cobró en Hong Kong 299 de las 774 víctimas mundiales, se han producido llamamientos por parte de distintos segmentos sociales para sellar por completo la frontera con la China continental.

No obstante, las autoridades hongkonesas siguen manteniendo tres de los trece pasos fronterizos abiertos.

Asimismo, el Gobierno dirigido por la polémica Carrie Lam también es la diana de las críticas por la escasez de mascarillas y los actuales fallos en la cadena de suministro de otros bienes de consumo.

Una reciente encuesta realizada por el Instituto de Investigación de la Opinión Pública de Hong Kong reveló que el 76 % de los participantes no están satisfechos con la respuesta del Ejecutivo hongkonés a la epidemia, que hasta este miércoles había dejado dos muertos entre los 89 contagiados diagnosticados en el archipiélago.

¿MÁS PROTESTAS EN EL FUTURO?

Este descontento creciente está -según Fung, del Instituto de Investigación Política de Hong Kong- sembrando a futuro la simiente de protestas antigubernamentales que servirán para apuntalar el movimiento prodemocrático.

'En una epidemia, la aprobación de un gobierno tiende a subir, pero al nuestro le está pasando lo contrario. Cuando termine la epidemia, los manifestantes puede que vuelvan a salir y den rienda suelta a la rabia reprimida', apunta.

El movimiento prodemocrático -iniciado por una controvertida propuesta de ley de extradición ya desestimada- empezó a perder empuje tras las elecciones locales del pasado noviembre, en las que la oposición arrasó.

Esta bajada en los números de manifestantes en las calles también podría haberse debido al reajuste de la táctica policial, dirigida ahora a sofocar las protestas antes de que los números sean incontrolables. Desde junio, 7.000 personas ha sido arrestadas.

Aunque se siguen registrando protestas, en su mayoría contra los planes gubernamentales de situar centros de cuarentena contra el virus cerca de zonas residenciales, las cifras rozan la insignificancia.

En una de estas protestas, celebrada el pasado día 16, un estudiante de 20 años que se identificó como Tony dijo a Efe que él fue detenido por las fuerzas de seguridad durante una manifestación, pero que eso no le ha restado ganas de continuar con sus protestas, ahora apoyado por más gente que se ha sumado a la oposición al Ejecutivo local.

'Este virus ha hecho que alguna gente se dé cuenta de la ineptitud del Gobierno. En mi familia solían oponerse a las protestas, pero ahora han pasado a criticar a Carrie Lam. Han empezado a entender por qué salimos a luchar por la libertad. Esto es bueno', agregó.

NUEVOS SINDICATOS, FUERZAS RENOVADAS

Otra novedad a raíz de la epidemia que los manifestantes consideran esperanzador es la aparición de nuevos sindicatos.

En la capitalista Hong Kong, los sindicatos no suelen tener mucho peso y pocos trabajadores entienden la necesidad de unirse a uno de ellos. Pero desde hace meses las cosas empezaron a cambiar.

Entre junio y diciembre de 2019, 135 nuevos sindicatos solicitaron registro oficial, 12 veces más que en el mismo periodo, un año antes. Un centenar de ellos se crearon en diciembre, cuando se rumiaban planes de una huelga general que paralizara la ciudad.

Muchos de estos sindicatos apoyan a los manifestantes y buscarán, mediante una huelga, presionar al Gobierno a que responda a las cinco demandas del movimiento prodemocrático, que incluyen la amnistía de los arrestados, el sufragio universal o el establecimiento de una comisión independiente que investigue la brutalidad policial durante las protestas, entre otras.

Con la epidemia del nuevo coronavirus SARS-CoV-2 y la resultante neumonía COVID-19, los sindicatos se han topado con una misión más: lograr que las autoridades tomen nuevas y mayores medidas preventivas contra la enfermedad y protejan al personal sanitario en el frente de la lucha contra ésta.

En ese sentido se convocó la huelga de trabajadores sanitarios que, durante cinco días, convocó el Sindicato de Empleados de la Autoridad Hospitalaria de Hong Kong, y que fue respaldada por 9.000 doctores, enfermeros y otro personal médico, con el objetivo de lograr el cierre total de las fronteras y dotar de más recursos al sistema sanitario.

NUEVAS VÍAS PARA EL CAMBIO

El exsindicalista y profesor asociado de Psicología de la Universidad China de Hong Kong Chris Chan afirma que el virus ha servido de catalizador para los sindicatos afines al movimiento prodemocrático.

'Cuando más adelante llegue el momento, estos sindicatos podrían unir fuerzas para convocar una huelga general. No es imposible que la democracia se logre a través de sindicatos', opinó el experto, especializado en trabajo y movimientos sociales.

Puede que, además, los sindicatos ganen el peso necesario como para influir en el reducido comité elector encargado de escoger a los jefes del Gobierno hongkonés, y que ha estado tradicionalmente dominado por afines al autoritario régimen chino.

'Los sindicatos de trabajadores podrían iniciar cambios políticos dentro del sistema establecido. Es una nueva vía', cuenta a Efe Michael Chan, fundador del nuevo sindicato ferroviario Railway Power, que recientemente amenazó con una huelga para forzar al Gobierno a cerrar las fronteras.

Sin embargo, no será un camino de rosas: este sindicato, el cuarto mayor de los ochos del sector a pesar de su fundación el pasado noviembre, se vio obligado a cancelar la huelga por falta de apoyos. Además, Chan confiesa que algunos compañeros se burlaron de él, mientras que la prensa prochina le tildó de 'traidor' y 'cucaracha'.

'No puedo decir que no esté asustado, pero no me voy a rendir -asevera-. Todo siempre es difícil antes de volverse fácil'. EFE

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