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Ministro polaco Exteriores: 'Algunos se sienten incómodos con lo que decimos'

Ignacio Temiño

Varsovia, 11 oct (EFE).- El ministro de Exteriores polaco, Jacek Czaputowicz, reconoció a Efe que hay países que están 'muy incómodos' con la política de su Gobierno porque no aceptan que Varsovia tenga otra visión, y recurren a la crítica constante a Polonia como una forma de 'distraer la atención de sus propios problemas internos'.

Polonia celebra este domingo unas elecciones parlamentarias en las que el partido gobernante Ley y Justicia (PiS), considerado el niño rebelde de la política europea, parte como favorito para repetir victoria, sin que parezca que las críticas de Bruselas y algunos socios europeos, que se han sucedido como un martillo durante los últimos años, hayan hecho mella en sus apoyos.

Jacek Czaputowic mantuvo una entrevista con Efe antes de esos comicios:

Pregunta: ¿Hay una tendencia a criticar a Polonia y a su Gobierno más que a otros países?

Respuesta: Algunos países nos critican para distraer la atención de sus propios problemas internos. Hay países con los que no estamos de acuerdo y que están muy incómodos con lo que decimos. Quieren una Europa cerrada, proteccionista, dividida, sin un acercamiento a los Balcanes, quieren colaborar con Moscú, invitan a Putin a sus países y lo apoyan cuando al mismo tiempo los participantes en manifestaciones multitudinarias piden democracia en Rusia.

P: Por ejemplo, se acusa al Gobierno polaco de ser euroescéptico, aunque su partido se define como eurorrealista. ¿Qué es ser eurorrealista?

R: El eurorrealismo es diferente al euroeantusiasmo, que defiende una Europa federal. Ley y Justicia no apoya esta opción. Para nosotros, los Estados son el motor de la integración europea. La soberanía reside en los parlamentos nacionales, que deberían tener más peso en las decisiones comunitarias.

P: De hecho, se habla de euroescepticismo aunque la sociedad polaca cree firmemente en Europa (según los sondeos) y ustedes aseguran que quieren estar en Europa...

R: Nosotros somos partidarios de avanzar en la integración europea, queremos dar una perspectiva europea a la región de los Balcanes y apostamos por desarrollar mecanismos para reforzar la unidad de mercado y las cuatro libertades, incluida la libre circulación de bienes y de prestación de servicios. Nos oponemos a decisiones que limitan esa libertad de mercado, como la directiva de trabajadores desplazados (a la que también se oponía España), que resultó aprobada y que, por supuesto, limita la libertad de nuestras economías. Aprobarla ha sido una decisión desacertada, un ejemplo del proteccionismo que impulsan algunos países que acusan a los trabajadores polacos de ser causantes de sus propios problemas.

P: Volvemos a lo mismo, Polonia está en la diana de las críticas...

R: En ese caso era más fácil criticar a Polonia que, por ejemplo, a España. Nosotros estamos más lejos, somos más débiles, hemos llegado a la Unión Europea más tarde.

P: Críticas de algunos países, pero al mismo tiempo cada vez mejores relaciones con Alemania, pese a la difícil historia que comparten polacos y alemanes...

R: Sí, nuestras relaciones con Alemania han mejorado en los últimos meses. Alemania es un socio importante para nosotros, y ya hay cada vez más voces en ese país, entre ellas el propio ministro de Exteriores alemán (Heiko Maas), que entienden que no se puede lograr una política europea común eficaz sin Polonia.

P: Hablando de Francia, su presidente les puso en la picota al decir que ustedes frenan la lucha contra el cambio climático por su relación especial con el carbón (Polonia produce cerca del 80 % de su electricidad a base de carbón)...

R: En Polonia estamos comprometidos con el respeto al medio ambiente y estamos haciendo un gran esfuerzo para reducir los efectos negativos del carbón (las emisiones de CO2 se han reducido entre 1988 y 2017 cerca de un 30 % pese al rápido crecimiento económico). Lo que creemos es que hace falta un debate serio en Europa para analizar la cuestión energética. Somos partidarios de un tiempo de transición que tenga en cuenta las especificidades de cada país y los costes que tendría un cambio de modelo energético. Desarrollar fuentes de energía alternativas requiere mucho tiempo e inversión, y necesitaremos el apoyo de la UE para eso.

P: También se les acusa de ser un país donde se limitan los derechos LGTBI. PiS habla de la existencia de una 'revolución cultural y de ingeniería social' en Europa, por ejemplo orientada a promover los movimientos LGTBI y debilitar a la familia tradicional. ¿Está usted de acuerdo?

R: Hay diferencias entre nuestra sociedad y la de otros países occidentales. Polonia es un país católico, donde los valores cristianos son más fuertes y donde la Constitución señala que el matrimonio es una unión entre hombre y mujer. Eso quiere decir que la unión de dos personas del mismo sexo no es posible mientras no cambiemos la Constitución. Eso no justifica ninguna situación de discriminación. La población homosexual está integrada a todos los niveles, disfrutan de sus derechos democráticos, se celebran actos organizados (por colectivos LGTBI) como las marchas por el Orgullo, y corresponde al Estado garantizar esas libertades. En todo caso, en Polonia creemos que la UE es una unión plural, donde cada país tiene derecho a definir los valores y la axiología que su población transmite en las elecciones.

P: Y como colofón a esas críticas, la Comisión Europea (CE) puso en marcha el artículo 7 contra Polonia, un proceso legal que podría retirar a Varsovia su derecho a voto en la UE debido a sus reformas del sistema judicial...

R: El artículo 7 supone que si la Comisión Europea tiene dudas sobre el estado de Derecho, puede remitir el asunto al Consejo, que toma la decisión final. La CE, sin embargo, no la ha hecho, en nuestra opinión porque sabe que hubiera perdido la votación. Hemos convencido a los países miembros de que la Justicia funciona bien en Polonia. Nuestro sistema para proponer jueces es análogo al que existe en España y está menos politizado que el de, por ejemplo, Alemania. El procedimiento del artículo 7 probablemente no tendrá continuación, pero la CE por razones políticas no lo quiere archivar, no quiere reconocer su derrota. EFE

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