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Ordenado arzobispo de Mosul el dominico que salvó tesoros del fuego yihadista

El sacerdote salvó tesoros culturales que el grupo yihadista Estado Islámico (EI) iba a quemar

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Ordenado arzobispo de Mosul el dominico que salvó tesoros del fuego yihadista
Fotografía de archivo del padre Najeeb Michaeel. (PEDRO LÁZARO FERNÁNDEZ)

Mosul, en el norte de Irak, tiene un nuevo arzobispo caldeo: el padre dominico Najeeb Michaeel, quien salvó tesoros culturales que el grupo yihadista Estado Islámico (EI) iba a quemar.

Nombrado por el papa Francisco en diciembre y ordenado este viernes por el cardenal Louis Raphaël Sako, patriarca de la Iglesia católica caldea en Irak, el arzobispo Michaeel, de 63 años, huyó en agosto de 2014 de Qaraqosh, cerca de Mosul.

Con el Estado Islámico a las puertas de la ciudad cristiana, este dominico llenó su coche con manuscritos, libros del siglo XVI y archivos inéditos y se dirigió hacia el este y las zonas más seguras de Kurdistán.

Junto a otros dos religiosos, este dominico, que entró en el sacerdocio a los 24 años, transfirió a Erbil el Centro de Digitalización de Manuscritos Orientales, es decir, 8.000 manuscritos caldeos, sirios, armenios y nestorianos, hallados en iglesias y pueblos del norte de Irak, dañados por la humedad y el desgaste.

En diciembre de 2017, Irak proclamó que había vencido al Estado Islámico, que se había hecho con el control en 2014 de un tercio del país y había librado una “limpieza cultural”, destruyendo vestigios y símbolos religiosos, cristianos y musulmanes.

El padre Michaeel, “en la lista de los religiosos que tenían que abatirse” de diferentes grupos yihadistas, según sus propias palabras a la AFP en marzo, volvió en 2017 a Mosul para la primera misa de Navidad tras la expulsión del EI. Solo encontró destrucción y desolación.

No encontró nada del convento y la iglesia Al Saa (Nuestra Señora de la Hora) de Mosul, cuyo nombre proviene del reloj que la emperatriz de Francia Eugenia, esposa de Napoleón III, donó en 1880.

El reloj había desaparecido, el convento fue transformado en una cárcel y las celdas en espacios para fabricar explosivos. En lugar del altar, había una horca.

El viernes, en la iglesia Mar Bulos (San Pablo) de Mosul, con mitra y hábitos blancos, dijo a la AFP querer “enviar al mundo y a Mosul un mensaje de coexistencia y de amistad entre todas las comunidades”.

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