Presidente del Tíbet en exilio espera que China aprenda lección de Hong Kong
Isabel Saco
Ginebra, 15 nov (EFE).- El Gobierno chino debe aprender 'la lección' de las protestas en Hong Kong y entender que sus políticas duras no funcionan ni en ese territorio, como tampoco en el Tíbet o en Taiwán, dice el jefe del Gobierno tibetano en el exilio, Lobsang Sangay, en una entrevista con Efe.
Sangay es el máximo dirigente de la Administración Central Tibetana (ACT), puesto para el que fue elegido por sufragio en 2011, después de que el Dalai Lama optara por separar los asuntos religiosos de los políticos y quedarse únicamente como el guía espiritual de los tibetanos.
El presidente de la ACT, que tiene su sede en Dharamsala (India), mantiene su convicción de que la solución a la opresión que se vive en el Tíbet pasa por la aplicación del principio de 'un país, dos sistemas', pero de forma real y no como se ha pretendido hacer en Hong Kong.
La situación de derechos humanos, así como el espionaje tecnológico y la falta de libertad religiosa en el Tíbet, son los grandes temas que Sangay ha abordado en un foro sobre el Tíbet en Ginebra y que -asegura- debía tener lugar dentro de la sede de la ONU en esta ciudad, lo que fue impedido por presiones de China.
PREGUNTA: Como presidente del Gobierno del Tíbet en el exilio, usted ha defendido la solución de 'un país dos sistemas', pero las revueltas que ya duran cinco meses en Hong Kong indican que este sistema no funciona. ¿Con este ejemplo ha cambiado de opinión?
RESPUESTA: No, porque la situación en el Tíbet es mucho peor que en Hong Kong. Nuestro objetivo es aliviar el sufrimiento de los tibetanos, mejorar su situación y para eso proponemos una autonomía genuina, dentro de China. En el caso de Hong Kong se reconoció el principio 'un país, dos sistemas', pero ha sido violado y nosotros también vivimos eso. Hay que recordar que ese sistema fue originalmente aplicado en el Tíbet en 1951, pero desde entonces y hasta 1959 hubo todo tipo de agresiones y por eso su santidad, el Dalai Lama, tuvo que huir a India. Sin embargo, en vista de que la situación es tan grave y represiva en Tíbet, tenemos que mejorar la situación y para ello lo mejor es una autonomía genuina.
P: ¿Si no funciona para Hong Kong porque debería funcionar para el Tíbet?
R: Debemos mantener la esperanza y seguir intentando. Quizás el Gobierno chino aprenderá la lección del Tíbet, donde sus políticas inflexibles no han funcionado, como tampoco están funcionando en Hong Kong. Esto también es un mensaje muy fuerte para Taiwán., así que el gobierno debería aprender las lecciones y entender que una autonomía genuina para el pueblo tibetano es el camino correcto.
P: Considera posible unir fuerzas con Hong Kong y Taiwán?
R: No tenemos una alianza formal, pero compartimos plataformas. Por ejemplo, al foro que estamos realizando estos días en Ginebra hemos invitado a activistas de Hong Kong, de Taiwán, al presidente del Congreso Mundial Uigur (minoría china musulmana), así como a seguidores del Falung Gong. También participan miembros del Parlamento Europeo y de Canadá.
P: Hay una comprensión común sobre lo que se necesita hacer?
R: Sí, hay un mensaje claro: Las políticas inflexibles del Gobierno chino no funcionan, la represión de los tibetanos, de los uigures o de los hongkoneses no funcionará, y que los derechos humanos deben respetarse. Ahora estamos en Ginebra y este evento debía tener lugar dentro del edificio de la ONU, pero China presionó y amenazó con la financiación que da a la organización, así que no nos permitieron realizar nuestro foro allí. Pero nosotros resistiremos y por eso estamos aquí, en un centro de conferencias muy cerca de la ONU.
P. El tema de este foro es el espionaje tecnológico para la represión y la falta de libertad de religión ¿Cuál es la situación en Tíbet en estos dos temas?
R: El Gobierno y las compañías chinas están usando la inteligencia artificial para controlar a su propia gente y exportando esta tecnología. China ha desarrollado programas y algoritmos para prevenir protestas y los ha probado en Xinjang (provincia donde vive la minoría uigur), donde pasan cosas muy inquietantes. El actual gobernador de Xinjang era el secretario del Partido (máxima autoridad) en el Tíbet y es quien ha diseñado el sistema de vigilancia en China y que se está exportando al resto del mundo, así que lo que pasa hoy en el Tíbet sucederá mañana en el resto del mundo.
P: ¿Cómo toma usted que la Unión Europea no sea más firme en su defensa de los derechos humanos en el Tíbet?
R: Una de las estrategias más efectivas durante el colonialismo fue dividir y reinar, y ahora China la está utilizando contra Europa. China ha formado un grupo con 16 países de Europa (central y oriental) que supuestamente tiene objetivos puramente económicos y comerciales, pero cuando hay un voto sobre la situación en China en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, casi todos esos países se abstienen de hablar. China ha conseguido dividir a Europa y dominar el discurso.
P: Muchos consideran que el aumento de la ayuda de la Administración del presidente Donald Trump a la causa tibetana se debe más a un deseo de molestar a China que a una convicción ¿Usted que piensa?
R: En los últimos treinta años, los gobiernos de EEUU y tanto el Partido Demócrata como el Republicano nos han apoyado en el Congreso, aunque con algunos altos y bajos. Se puede uno preguntar si estamos siendo utilizados o no, pero es mejor tener apoyo que no.
P: ¿En qué medida cree que los tibetanos que viven en Tíbet se sienten representados por usted? ¿Es posible mantener el vínculo entre los tibetanos dentro de China y los que están en el exilio?
R: Se puede hacer una distinción teórica entre los tibetanos que están en el Tíbet y los tibetanos en el exilio, pero en realidad el 30 % de este último grupo nacieron en Tíbet y escaparon a India desde los años noventa, y tienen a sus padres, hermanos y familiares en el Tíbet y se comunican a menudo con ellos. La conexión emocional es muy fuerte. El gobierno no me permite viajar al Tíbet, pero si usted busca mi nombre en internet, en cualquier red social, verá a gente en el Tíbet cantando canciones con mi nombre, incluso en pueblos alejados y áreas de nómadas. Regularmente recibo mensajes, oraciones, cartas y con esto no quiero decir que me apoyan a mí, sino al símbolo que yo represento.
P. El Tíbet es una de las regiones del mundo más afectada por el cambio climático, pero poco se habla de ello ¿Qué consecuencias puede tener esto para el resto del mundo?
R: De la misma forma que la Amazonía en Latinoamérica es tan importante ante el cambio climático, la región del Himalaya,y en particular la meseta tibetana, es fundamental para Asia y el resto del mundo. Diez grandes ríos de Asia tienen su origen en el Tíbet y de allí proviene el agua que consumen 1.400 millones de personas. Tenemos la tercera reserva de glaciares, hielo y nieve más importante después del Artico y la Antártida, y el 70 % de la meseta tibetana es permafrost, es decir suelo de hielo debajo del cual hay 10.000 millones de toneladas de dióxido de carbono y una cantidad similar de metano, pero con el aumento de las temperaturas el permafrost está adelgazando y estos gases salen a la atmósfera todavía en pequeñas cantidades, pero esto empeorará con el calentamiento del planeta.
P. ¿Y cuál es la política ambiental del Gobierno chino ante lo que usted describe?
R: Minería rampante. El Tíbet es rico en minerales, uranio, carbón, cobre, tenemos 123 tipos de minerales y el más importante es el litio. ¿Alguien se pregunta por qué los teléfonos y otros productos chinos son tan baratos? Pues porque las baterías de litio vienen del Tíbet, pero las compañías que lo extraen no nos pagan nada, pero sí contaminan nuestro suelo, el agua y el aire. La segunda mayor compañía de cobre de China está en Tíbet y todo esto se hace a costa del medio ambiente. Se dice que en cincuenta años no habrá nieve en el Everest, imagínese. Hay que entender que el estudio del cambio climático está incompleto si no se estudia lo que pasa en la meseta del Tíbet. EFE
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