¿Quién es Lenín Salablanca?, el excarcelado que encara a Policía de Nicaragua
Wilder Pérez R.
Managua, 19 sep (EFE).- Desde el estallido social de abril de 2018, la Policía Nacional se convirtió en el cuerpo más temido en Nicaragua. Todos los disidentes parecen temer a los agentes ataviados con armas de guerra, menos Lenín Salablanca, para algunos, el opositor 'más valiente' del país, quien está convencido que vive 'de milagro'.
Salablanca, un pequeño comerciante de 38 años, se ha vuelto popular en Nicaragua porque, cada vez que es retenido por los agentes por su condición de opositor, los encara, les dice 'sus verdades', y sobrevive para contarlo, lo que de por sí considera un milagro.
'Es un milagro. La verdad es que no tienen por qué llevarme (preso). No estoy cometiendo ningún delito. No hago daño a los demás', dice en entrevista telefónica con Efe desde la ciudad de Juigalpa (centro), donde reside.
Cada vez que lo retienen, Salablanca transmite en vivo con su teléfono móvil, mientras les menciona a los agentes, con aplomo, los artículos de la Constitución que violan al retenerlo sin razón, les recuerda que pertenecen a una institución señalada de cometer crímenes de lesa humanidad, y los manda 'con Dios', algo que casi nadie hace, por temor.
CARLOS MEJÍA GODOY LE COMPUSO CANCIÓN
Incluso inspiró al trovador nicaragüense Carlos Mejía Godoy, quien definió la valentía de Salablanca en un corrido: 'Lo atropellan sin piedad, y él suelta una frase fina: Tengo una oferta especial para la guardia asesina, aquí tengo en mi morral, lo que ponen las gallinas'.
El padre de cuatro niños no se explica por qué los agentes no lo han matado, devuelto a la cárcel de El Chipote, un supuesto centro de torturas de la Policía, o bien a 'La Modelo', la prisión más grande del país, donde estuvo encerrado 10 meses entre 2018 y 2019, tras participar en protestas contra el presidente Daniel Ortega.
La sorpresa del 'más valiente' es justificada en un país donde protestar le ha costado la vida a entre 328 a 684 personas, según diferentes organismos humanitarios (200 reconoce el Gobierno), y llevado a la cárcel a más de mil, de las cuales 94 permanecen en prisión, según el grupo Monitoreo Azul y Blanco, que registra este tipo de incidencias.
Esta es la etapa más reciente de la milagrosa vida de Salablanca, quien incluso pudo no haber nacido, ya que sus padres arriesgaron sus vidas luchando contra la dictadura de Anastasio Somoza Debayle, derrocada el 19 de julio de 1979.
HIJO DE SANDINISTAS 'HISTÓRICOS'
Quien observa a Salablanca hablando en contra del Gobierno de Ortega, no imaginaría que creció siendo sandinista, ya que es hijo de un guerrillero del Frente Sur y posterior militar, y de una mujer revolucionaria.
'Mi madrecita fue secuestrada en los años 80 por la Contra. Ya había nacido, me quedé solo, bajo el amparo de Dios y de mi abuelo materno. Cuando regresó mi mamá, no la reconocía, mi abuelito me llevó a donde estaba la imagen de la virgencita, y me dijo: esta señora le trajo a su mamita de vuelta', recuerda.
Pero no la gozó por mucho tiempo, puesto que, por razones económicas, tuvo que emigrar hacia Costa Rica donde vivió y tocó fondo, pero experimentó otro evento que denominó milagroso.
'De los 13 años a los 22 años era indigente, vivía en las calles, dormía en cartones, comía de la basura, vivía hediondo, para la sociedad no valía nada, pero mi Dios me sustrajo de ese mundo y me puso en un lugar donde puedo servirle a mi patria. Un proceso largo, pero milagroso', sostiene.
ASÍ HACE PATRIA
Salablanca considera que participar en las protestas de 2018 primero, y encarar a los policías ahora, es su forma de hacer patria.
'El compromiso es levantar mi voz por aquellas personas que no pueden. Luchar por una Nicaragua libre, por los hermanos que fueron asesinados, por los familiares que están esperando que todos levantemos nuestras voces hasta lograr esta victoria', insiste.
Al preguntarle por la admiración que despierta en las redes sociales, donde sus videos son virales, responde que 'nunca lo había pensado de esa manera'.
'No lo hago por llamar la atención, sino porque es mi deber como ciudadano', explica.
El comerciante, quien para vivir vende cada día lo que puede, lejos de sentirse valiente, se define como el joven Gedeón de la ciudad bíblica de Ofra, elegido por Dios para salvar a Israel.
Al igual que Gedeón, Salablanca dice haber pedido señales a Jehová, 'y la señal es mi propia vida, si Dios me da la señal, ¿por qué no voy a luchar por la verdad?', resalta.
MENSAJE A SUS HIJOS
Pese a su desenfado, Salablanca no parece presumido. Insiste en no ser 'la única persona valiente' en Nicaragua, dice temer un atentado contra su vida, y aclara: 'Todo me da miedo, sin embargo, tengo el amor de Dios, y existen 366 veces en la Biblia la frase: No temas, una para cada día'.
Sus padres, quienes le inculcaron el sandinismo, hoy no sólo lo apoyan, también lo animan.
Consultado sobre qué se siente ya no ser sandinista, Salablanca, quien había sido encarcelado por casi diez horas tres días antes de esta entrevista, responde inmediatamente: 'Se siente un gran alivio'.
El valiente no abandona su sueño de 'una Nicaragua donde se respeten los derechos humanos', y a sus hijos les dice 'que se tienen que sentir orgullosos de su papito, independientemente de lo que me pase'.EFE
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