Yan Couto: 'No quiero ser 'el nuevo Alves', quiero ser Yan Couto'
Girona, 15 may (EFE).- 'No quiero ser 'el nuevo Alves', quiero ser Yan Couto', reivindica, en esta entrevista con EFE, el carrilero derecho (Curitiba, 2002), cedido al Girona por el Manchester City.
Ya ha pasado de gran promesa a realidad y está justificando con creces que hace un año el club inglés pagara unos seis millones para hacerse con sus servicios hasta 2025 tras imponerse al fuerte interés del Barça.
En Montilivi, empezó la temporada sin contar, pero la situación mutó en marzo y ha sido titular fijo en los últimos once partidos. Mientras el Girona ha conseguido siete triunfos y ha llegado a puestos de 'playoff' de ascenso a Primera, Couto ha evidenciado por qué Goal le ha incluido en la lista de los 50 mejores futbolistas nacidos a partir de 2002.
¿Cómo empezó su relación con el fútbol?
Mi conexión con el fútbol comenzó el día que nací. Mi padre siempre cuenta que mientras yo nacía, Brasil estaba jugando contra Turquía en la primera jornada de la Copa del Mundo de 2002, la última que ganó la selección. Dice que no sabía si atender al médico o al partido. Desde entonces mi objetivo es llegar algún día a la selección, jugar una Copa del Mundo y ganarla. Es difícil, porque es el sueño máximo de muchos chicos, pero sería cerrar un círculo vital.
A chutar empecé a los tres años, y a los seis empecé a jugar a 'futsal' y a los diez a fútbol normal. Estaba todo el día con el fútbol, de lunes a domingo. No paraba. Cuando íbamos de vacaciones mi padre no quería que nos lleváramos ninguna pelota para descansar un poco la cabeza del fútbol, porque no hacíamos prácticamente nada que no fuera fútbol, incluso iba al colegio con botas para jugar en el intervalo entre clases y siempre llevaba la camiseta de Brasil con el '10' que me regaló, la primera que tuve, pero yo siempre llevaba una pelota escondida.
Yo siempre quería jugar. A veces, él intentaba racionarme un poco el fútbol para que no me volviera loco, porque si juegas a todas horas puedes llegar a aburrirlo, pero nunca pasó. Al contrario. Siempre me ha ayudado mucho, desde pequeño, cuando jugábamos en el parque, hasta hoy. Es un ejemplo para mí, un auténtico héroe, y soy feliz por haber cumplido mi sueño y el que él no pudo cumplir.
¿Quién es su principal ídolo?
Cuando vi a Cristiano por primera vez pensé que quería ser como él. Más que admirar a algún brasileño, intentaba copiar e inspirarme en Cristiano. Uno de mis sueños es jugar con o contra él. Quiero estar en el mismo campo que él y cambiarnos las camisetas. O regalarle la mía, aunque sea. En Brasil, los fines de semana me levantaba temprano para ver sus partidos de la Premier o LaLiga y, a veces, incluso faltaba a entrenos para verle jugar en la Champions. Le decía al míster que tenía que quedarme en casa para estudiar. Como laterales, siempre me gustaron Dani Alves y Cicinho.
¿Asusta que le comparen con Alves?
Da un poco de miedo, sí. Es una comparación pesada, pero no me importa mucho. Es un honor, porque quiere decir que la gente ve un futuro grande en mí, pero yo sé que tengo que mejorar mucho para llegar a una mínima parte de Alves, y quiero hacer mi historia, quiero construir mi nombre. No quiero ser 'el nuevo Alves', yo quiero ser Yan Couto.
El Mundial sub-17 de 2019 le cambió la vida.
Fue una locura, uno de los mejores momentos de mi vida, y fue un orgullo ser campeones. Y me llevó a ser querido por el City, el Barça y el Bayern. Pude elegir donde quería ir. Me sentí como cuando eliges equipo en los videojuegos, y fue muy difícil porque son tres clubes muy grandes. Me iba al Barça porque me ofrecían jugar en el primer equipo, pero dos días antes de firmar cambié de opinión y elegí el City porque era lo mejor para mí y para mi yo futuro, porque tienen un equipazo que está creciendo mucho y por Pep. Sería fantástico ser entrenado por el mejor míster del mundo. Si continuo trabajando así todos los días sé que algún día me llegará la oportunidad de estar ahí, más adelante, pero sé que soy muy joven y que todavía tengo mejorar en muchas cosas.
¿Dónde preferiría jugar la temporada que viene? ¿En el Etihad Stadium o en Montilivi?
Todavía no he hablado con nadie. Cuando termine la temporada ya hablaremos. Estaré contento tanto si me quedo en el City como si me quedo en el Girona, que también es un gran club. Mi único objetivo mismo ahora es ayudar al equipo a intentar lograr el ascenso a Primera. Miro al equipo y nos veo unidos, juntos. Veo cómo estamos jugando y que estamos haciendo partidos muy buenos, haciendo muchos goles, presionando con agresividad, y me da la seguridad y la confianza para soñar con llegar al 'playoff'.
Si hubiéramos jugado toda el año así estaríamos más arriba, pero en verano salieron muchos jugadores y llegaron muchos y necesitábamos un tiempo para formar un equipo. Lo más importante es que estamos en el mejor momento de toda la temporada justo en el momento decisivo. Afrontamos cada partido como si fuera una final, y ahora la próxima es este lunes con el Sporting. Estamos concentrados e ilusionados en lograr los tres puntos para seguir en 'playoff' y llegar lo más arriba posible.
La primera parte de la temporada también fue dura en el aspecto individual.
Pasé el coronavirus en Brasil y cuando llegué estaba mal físicamente. También necesitaba un tiempo de adaptación porque los entrenos son muy diferentes en Europa. Mentalmente fue duro. Me tocó ver muchos partidos desde fuera. Muchos días lloraba. Yo nunca había pasado por una situación así. Siempre había jugado en todos los equipos, y no entendía por qué no jugaba, por qué no estaba bien. Parecía que no era yo. Me sentía triste, en casa. Pero en los entrenos siempre lo daba todo, no decía nada, y así, día a día, fui volteando y superando esa difícil situación. Son cosas del fútbol, supongo.
Ahora estoy muy contento, y quiero seguir dando lo mejor de mi para ayudar al equipo y seguir jugando, con todo el respeto a Jordi [Calavera]. Siempre digo que nunca se debe dejar de trabajar porque el solo talento no llega el éxito. Los brasileños tenemos mucha calidad, sí, pero si no te esfuerzas, si no trabajas, nunca llegarás a ningún lado. EFE
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