11,000 palabras para hablar en "buen dominicano"

La Academia de la Lengua recoge y documenta en un diccionario el habla de los dominicanos

María José Rincón, académica de número de la Academia Dominicana de la Lengua.

SD. Pronto, el Diccionario del Español Dominicano (DED) estará en manos de todos los interesados en conocer los recovecos del uso del idioma español en la República Dominicana: 800 páginas, 11,000 palabras y más de 20,000 acepciones para entendernos mejor.

María José Rincón, académica de número de la Academia Dominicana de la Lengua (Sillón Z) ha dirigido el proyecto y el equipo que se ha atrevido a tanto.

La idea surgió en 2009, el director de la Academia, Bruno Rosario Candelier, la aceptó con entusiasmo, y la Fundación Pro Academia Dominicana de la Lengua, fundada y dirigida por Fabio Guzmán Ariza, lo respaldaría con el financiamiento. El proyecto culmina un año y medio antes de lo previsto.

P: ¿Cómo se empieza a hacer un diccionario? Y no me diga que por la A…

R: Antiguamente se hacía así, empezando por la A. Cada académico tomaba una letra de abecedario, y arrancaba a trabajar. El que se veía con la letra C tenía más trabajo… ¡es la más larga del diccionario! Es el doble que la A y doble que la M… Actualmente, un diccionario se empieza por "la planta", que es como el plano del diccionario. Pero el problema real es el tiempo,

P: ¿Es un diccionario de dominicanismos?

R: No, ése sería un enfoque más restrictivo. El DED es un diccionario del español dominicano. Es decir, recoge y explica el significado que tienen las palabras del español en el habla de los dominicanos. Es un enfoque más amplio.

P: ¿Cómo definiría el español dominicano…?

R: Diría que es, en el buen sentido de la palabra (como dice Machado)… arcaico. Es decir, tiene ese regusto antiguo del español patrimonial. El hablante dominicano no lo percibe, puesto que es la lengua que hablamos cada día, pero hay palabras cotidianas que en otros lugares ya no se usan y que aquí hemos conservado.

P: ¿Como el "dizque"…?

R: Exacto. O como "lamber" que, además de pertenecer al español patrimonial, es propio del español patrimonial occidental. En la parte oriental de España derivó a "lamer".

P: Conserva esos vocablos, y… ¿acepta fácilmente palabras nuevas?

R: El nivel de préstamos, palabras que toma de otras lenguas, es similar al de otros lugares. No tiene tanta trascendencia…

P: ¿Cómo se recogen las palabras que irán al diccionario?

R: Seleccionamos 250 obras de escritores dominicanos del siglo 20 y del 21, y comenzamos a recoger citas con palabras candidatas. El español dominicano tiene una riqueza extraordinaria en el uso de la metáfora. Eso es lo que realmente "suena" a español dominicano, el contexto en el que se usan, no tanto las palabras. Del verbo tirar, por ejemplo, hemos encontrado más de 20 acepciones.

P: ¿Se "pelearon" por algún término?

R: ¡Claro! Se discutió incluir o no algunas palabras. Sin ir más lejos… "mazámbula". O "molinete" y "molichata", que son términos propios del lenguaje del sofbol.

P: ¿Cuántas palabras maneja el hablante dominicano medio?

R: No está determinado en el caso de nuestro país, pero el hablante medio en otros puntos utiliza alrededor de 600 palabras.

P: ¿Es verdad que el mejor español es el que se habla en Colombia?

R: Creo que eso es un mito urbano… La calidad del idioma, realmente está en el hablante. Hay hablantes colombianos cultos como hay dominicanos, y españoles, y ecuatorianos… que hablan un español de gran calidad. Ahora, si en un lugar hay más hablantes cultos…, entonces ése es un tema de formación, no del idioma.

P: ¿Qué puede hacer la Academia para mejorar esa formación?

R: No es el papel de la Academia, pero no podemos abstraernos tampoco de los problemas de la sociedad en la que desarrollamos nuestro trabajo. De hecho, estamos viviendo un momento apasionante, porque cada vez hay más instituciones que se acercan a la Academia a pedir consejo o formación para su personal. Hay hambre de formación, y eso es maravilloso.

P: ¿El español de España es el referente?

R: Lo fue, ahora los referentes son muchos. El diccionario de americanismos es una prueba de ello.

P: 11.000 palabras son muchas. ¿Estarán todas?

R: ¡Nunca están todas! Un diccionario es por definición un proyecto imperfecto. Para algunos, el valor del diccionario radica en cuántas palabras tiene. Otros se fijan en las que faltan… Y nadie piensa en las que sí están, pero no deberían estar. Son las palabras fantasma.

P: Una vez escrito… ¿cómo se diseña, corrige e imprime un diccionario?

R: Estamos realmente satisfechos con el diseño. Es muy moderno, queríamos que fuera muy accesible. Y debe ser corregido por académicos, en este caso Don Bruno Rosario Candelier, Roberto Guzmán y yo misma… Fabio Guzmán, que es el Presidente de la Fundación Pro Academia Dominicana de la Lengua también ha colaborado en la corrección, y ha hecho posible la realización del proyecto.

María José Rincón

Filóloga, con un máster en la elaboración de diccionarios y la experiencia previa de haber colaborado con Ediciones SM en un diccionario de dominicanismos para estudiantes de bachillerato, Maria José Rincón se embarcó en este proyecto con unas ambiciones mucho más modestas: "Realmente, empezamos el proyecto calculando un diccionario de 3,000 palabras", aclara.

Pero cuando se decidió que el de dominicanismos ya estaba hecho, (hay una versión de los años 30, se elaboró otro en los 40 y Carlos Esteban Deive reunió cerca de 3,000 dominicanismos para un diccionario publicado en los años 70 del pasado siglo reeditado en el 2000), y que la Academia podía hacer algo más inclusivo, el DED ya era un proyecto en marcha.