Asume nuevo parlamento de Irak

BAGDAD.- El nuevo parlamento de Irak asumió el jueves, con las partes aún en desacuerdo sobre la formación del próximo gobierno, así como el tránsito vehicular prohibido en las calles de la capital, ante el temor de atentados.

Los acontecimientos se desarrollan en momentos en que se teme que el país esté cada vez más cerca de una guerra civil.

La muy esperada primera sesión del parlamento duró apenas 30 minutos y fue suspendida al no haber un acuerdo en torno a quién será su presidente.

Los miembros de la legislatura juraron "preservar la independencia y soberanía de Irak y encargarse del país en el mejor interés de su pueblo".

El jefe de la comisión constitucional, Humam Hamudi, se puso de pie y protestó por el cambio de dos palabras en la juramentación. Luego de una breve consulta, funcionarios acordaron que la nueva redacción era aceptable y la jornada fue terminada, sin más incidentes.

Adnan Pachachi, el político que leyó la juramentación, habló de una nación en crisis.

"Tenemos que demostrarle al mundo que no está ocurriendo, ni ocurrirá, una guerra civil entre nuestro pueblo. El peligro sigue cerniéndose sobre nosotros y los enemigos están listos para enfrentarnos, porque no les agrada ver a un Irak unido, fuerte y estable", indicó.

El primer ministro interino Ibrahim al-Jaafari dijo a la prensa luego de la breve sesión que "si los políticos trabajan seriamente, podemos tener un gobierno en un mes".

Mientras tanto, la policía informó que encontró 27 cadáveres abandonados en varias zonas de Bagdad durante la noche, en medio de una ola de asesinatos de aparente corte sectario.

Las víctimas, todas ellas hombres muertos a tiros, fueron encontradas entre las 19.00 del miércoles y las 7.00 del jueves en zonas chiítas y sunitas de Bagdad, dijo el teniente coronel Falah al-Mohammedawi, del ministerio a cargo de la policía. Los sujetos traían ropas de civil y muchos tenían las manos atadas.

La capital, donde sunitas y chiítas viven virtualmente puerta con puerta, ha registrado una serie de asesinatos de corte sectario desde que fue destruida con explosivos una mezquita chiíta en Samarra el 22 de febrero y luego fueron atacados los mercados de un barrio marginal chiíta el domingo.

Funcionarios estadounidenses e iraquíes culparon a rebeldes de intentar fomentar una guerra civil con ambos ataques.