Llega la era de los cohetes pequeños

Cohete Electron de Rocket Lab. (AP via Rocket Lab.)

EE.UU. En pocos días, un cohete de 17 metros de altura y 1,20 metros de diámetro creado por la compañía Rocket Lab intentará poner seis pequeños satélites en órbita alrededor de la Tierra. Si todo sale bien, el año próximo la firma lanzará más de un cohete por mes.

Rocket Lab, fundada en 2006, superó con éxito en enero una prueba y se prevé que sea la primera de una nueva generación de empresas en declararse operacional en el mercado de los cohetes pequeños con este lanzamiento previsto entre el 11 y el 19 de noviembre desde su plataforma privada en la península Mahia, en Nueva Zelanda, a menos que ocurra un accidente o un aplazamiento como el que ya sufrió en junio.

Como Rocket Lab, en Estados Unidos y en otros lugares, decenas de nuevas empresas espaciales están desarrollando cohetes diseñados para lanzar satélites pequeños que pesan desde decenas hasta unos pocos centenares de kilos.

Es un nuevo capítulo de “New Space”, la nueva era de la industria espacial que comenzó hace una década y se apoya en el espíritu empresarial privado, sobre todo pujante en Estados Unidos.

El cohete de Rocket Lab se llama Electron, con letras blancas escritas sobre el fuselaje negro hecho de materiales compuestos de carbono. Su motor está impreso en 3D en California, lo que ayuda a reducir los costos, explica a AFP su director financiero, Adam Spice.

Lanzar desde Nueva Zelanda ofrece una ventaja sobre Florida o California: hay pocos aviones.

Las aplicaciones son innumerables, en las telecomunicaciones pero también en los servicios de observación de la Tierra, según los participantes en una conferencia espacial organizada el jueves por The Economist en Nueva York.

Imágenes más precisas y frecuentes del planeta pueden ser utilizadas por muchos sectores, desde la defensa hasta la agricultura, los seguros y las finanzas, para reparar fugas de gasoductos o contabilizar más rápidamente los daños de las inundaciones, entre muchos otros ejemplos.

La firma SpaceKnow ya contabiliza los coches aparcados en el estacionamiento de Disney World o el número de piscinas en Brasil, y observa la actividad de 6.000 fábricas en China, datos que sirven de indicadores económicos para sus clientes en Wall Street.

Para todos estos servicios, se necesitan más satélites y, por lo tanto, lanzadores. Casi diez años después del éxito de SpaceX, las puertas del espacio realmente están empezando a abrirse.

Escrito por Iván Couronne