Buhoneros en la París: Un espacio público que perdió la ciudadanía
Plaza iniciada hace dos años por el ADN no será terminada en la actual gestión
SANTO DOMINGO. Las calles y aceras están ocupadas. En medio de un desorden que salta a la vista y una higiene que se hace extrañar, una esforzada vendedora desenreda los nudos de varios sacos cargados de ropa usada ante la mirada sigilosa y ansiosa de varios compradores en espera de que “se abra la paca”. Las mesas colocadas en la avenida París han creado callejones y laberintos por donde los transeúntes deben moverse con especial habilidad.
Debajo del elevado, se ofertan pantis, sostenes, calzados y todo tipo, incluso de las grandes marcas, a precios de hasta RD$ 10 por pieza. También hay carteras, juguetes, utilería deportiva, enseres, herramientas y comida en oferta para las ávidas clientas que navegan en los ríos de tela en busca de algún artículo.
A ambos lados de la avenida París, en el tramo comprendido entre la Jacinto de la Concha y la José Martí, los tarantines donde se han instalado puestos de víveres, frutas, especias, bisutería y frituras se adueñan de parte de la vía pública, lo que ralentiza y obstaculiza el tránsito tanto a pie como en vehículos.
“El transito está muy congestionado deberían de ubicarlos en algún lugar donde se pueda ir a comprar sin tener que pasar tanto trabajo como uno pasa en la Duarte”, considera María Santana, quien suele acudir a esta zona donde conviven las grandes tiendas con los vendedores callejeros.
“El transito está muy congestionado deberían de ubicarlos en algún lugar donde se pueda ir a comprar sin tener que pasar tanto trabajo como uno pasa en la Duarte”, considera María Santana, quien suele acudir a esta zona donde conviven las grandes tiendas con los vendedores callejeros.