Mata Los Indios: una comarca altagraciana desde hace más de 70 años

Se preparan para celebrar el Día de la Virgen, aunque con limitaciones

Cada 21 de enero, en la comunidad Mata Los Indios, en Santo Domingo Norte, hay una celebración especial. Es una fecha esperada por grandes y chicos que desde hace más de 70 años celebran el Día de la Altagracia con toque de balsié, comidas, bebidas, velas y brebajes que, según los celebrantes, es la forma de venerar a la madre de Jesús.

“La Virgen de La Altagracia es una santa, es la mai de nosotros los dominicanos, es la mai de nosotros y del mundo entero, le decimos la Virgen de La Altagracia, en otro sitio le dicen otro nombre, pero es la virgen”, declara con seguridad y convencimiento Andrés Ferrand de la Cruz, uno de los organizadores de la fiesta de la madre de Jesús junto a Fernando del Rosario, mejor conocido como Paisón, que está ya de retirada por enfermedad.

En esa comarca, donde gran parte son familiares, todo el mundo espera la fecha, se come mucho, se baila, se toma ron y se pasa bien, tanto entre los pobladores como también con visitantes de otras provincias como Santiago, Puerto Plata y de otras que van a compartir, e incluso “vienen de otros países”, asegura Ferrand.

El escenario se prepara con tiempo, la enramada donde está el altar se decora con papel crepé de colorido diverso. El cuadro de la Sagrada Familia lo colocan en el centro del altar con un crucifijo envuelto en sus alrededores con otros santos a los que también se le prenden velas y velones.

Flores, crucifijos, pedazos de cigarros puros, refrescos son parte de los adornos del ritual que inicia a las 8:00 de la mañana y concluye ocho y nueve horas después. Ese día muchas familias no cocinan en casa, pues desde muy temprano se preparan los fogones para cocinar alimentos donados por devotos de la virgen donde todo el que quiera comida la tiene de manera gratuita, eso sí la bebida la compra el consumidor, la cual comparte con otros, incluso a “pico de botella”.

Pese al consumo de alcohol durante la festividad no se pelea y la gente disfruta celebrar el Día de la Virgen compitiendo con los demás de manera sana. Es un día para honrar a la madre de Dios de una manera sana y respetuosa de esa figura materna de Jesús y protectora del pueblo dominicano.

Algunos niños “estrenan” ropas ese día al igual que adultos que casi siempre se visten con los colores de la virgen, el azul, pero hay quienes prefieren el blanco o el morado.

Es una fiesta mágico religiosa en la que la gente honra a la madre de Jesús de una manera distinta a las celebraciones tradicionales de la Iglesia católica. Los participantes de la celebración dicen ser católicos y algunos rechazan elementos como “la montadera”, la bebida y lo que consideran bailes indecentes, principalmente protagonizados por algunos jóvenes.

Se baila balsié, no palo, aclara Ferrand porque cada cosa tiene su espacio y distingue esa fiesta con otra de mucha concurrencia como la de San Miguel el 29 de septiembre, que tiene otro lugar cercano donde celebrarse.

Al preguntarle a Ferrand de la Cruz por qué dos lugares diferentes y tan cercanos, explica que no se deben mezclar porque uno es para santos varones y otra para mujeres, aunque en los altares de ambos hay diversidad de imágenes de hombre y mujeres.

“Nosotros no tenemos que ver con hechicería, nosotros somos católicos, no hacemos nada de eso, somos católico, otros hacen muchísimas porquerías, en la fiesta de la virgen la gente no se monta, en la de San Miguel el 29 sí”, aclara.

Las imagen de la virgen de la Altagracia es la principal. Por (Massiel Beco)
Andrés y esposa en el lugar donde se cocinan los alimentos cada 21 de enero. Por (Massiel Beco)
La gente lleva velas y velones a los santos. Por (Massiel Beco)

COVID-19 y celebración

Este año la celebración encuentra un inconveniente y es el toque de queda establecido por las autoridades para evitar la propagación del coronavirus. Ferrand de la Cruz, no espera mucha concurrencia este año por la situación, pero dice estar seguro de que habrá celebración.

Afirma que conseguirán el permiso de la autoridades, como el día de San Miguel, y para ello se dirigirán a la policía de Villa Mella para que se les permita hacer su fiesta, guardando el protocolo de lugar, aunque reconoce que mucha gente no respeta las reglas.

El cree en el coronavirus y sospecha que le dio hace un tiempo cuando tenía dolor de cabeza y de cuerpo y no soportaba ni el olor a la comida, pero entiende que la tradición del Día de la Altagracia no debe dejar de hacerse.

“Las autoridades no quieren agrupación de gente, pero la gente como quiera se pega mucho con virus y sin virus. No caeremos preso, la vamos a hacer como la del 29 de septiembre, vamos a la Policía para que nos den el permiso por lo menos hasta las cuatro de la tarde”, indica.

Licenciado en Comunicación Social por la universidad O&M. Ha ejercido el periodismo desde 1988 en radio, televisión y periódicos.