Dominicana lleva diez años en busca de la tumba de Cleopatra, la última faraona

La arqueóloga dominicana Kathleen Martínez asegura estar a punto de resolver el enigma

La arqueóloga dominicana Kathleen Martínez (i), que desde hace diez años busca la tumba de Cleopatra y Marco Antonio en las ruinas de la antigua ptolemaica de Taposiris Magna, en Burg al Arab, provincia de Alejandría, junto el ministro egipcio de Antigüedades, Mamduh al Damati, y la embajadora dominicana en El Cairo, Maria Gabriella Bonetti, durante una visita organizada recientemente al sitio arqueológico. EFE/Jorge Fuentelsaz

BURG AL ARAB, EGIPTO. Cleopatra, la última faraona de Egipto, se suicidó el 14 de agosto del año 30 a. C., después de que su amante Marco Antonio falleciera en sus brazos. Desde entonces, el destino de sus restos mortales ha sido un enigma que la arqueóloga dominicana Kathleen Martínez asegura estar a punto de resolver.

Martínez habla con la ilusión contagiosa de un iluminado y la convicción de alguien para quien el futuro no fuera un misterio, mientras explica los detalles de su excavación, que comenzó hace una década en la ciudad ptolemaica de Taposiris Magna, donde aun quedan en pie los muros caducos de un templo dedicado a la diosa Isis.

"Cleopatra era la representación viviente de Isis, por lo tanto, se tenía que hacer enterrar en un templo de Isis", asegura la arqueóloga.

Diez años atrás, explica, la misión arrancó con cinco objetivos: "El primero, demostrar que el templo fue construido al inicio de la dinastía griega; el segundo, que funcionó como templo por muchas centurias; el tercero, demostrar que fue centro importantísimo de adoración de la diosa Isis; el cuarto, demostrar que tiene túneles y pasadizos y cámaras subterráneas; y el quinto, encontrar la tumba de Cleopatra y Marco Antonio".

Sólo le queda por cumplir el último de ellos, el que empujó a Martínez a dejar su profesión de abogada en República Dominicana y embarcarse hacia Egipto para comenzar la aventura de su vida.

"Taposiris Magna reúne todas las condiciones (para haber sido elegido por Cleopatra como el lugar donde ser enterrada), no hay ningún otro templo, mausoleo o estructura que tenga las condiciones de Taposiris Magna", sentencia Martínez, para quien "Cleopatra nunca le temió a la muerte, pero sí al anonimato".

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