“Me siento más que agradecida por llevarme hasta ahí”

El testimonio de una mujer del Pozo, la parte más vulnerable del sector de Gualey, en el Gran Santo Domingo, que aprendió a leer y escribir a sus 40 años.

Aprender leer y escribir le dio la oportunidad a Úrsula para hacer un curso técnico de atención al niño (Danelis Sena)

“Me siento más que agradecida por llevarme hasta ahí”, escribió Úrsula Contreras Heredia en agradecimiento a Coqui (Johanna Núñez) y a Olivia, las mujeres que durante seis meses se dedicaron a enseñarla a leer y a escribir.

Úrsula estaba nerviosa, pero eso no impidió que su rostro mostrara la alegría, porque su vida ha cambiado después que aprendió a leer y a escribir.

“Úrsula Contrera, Ramona, Morena, Ramiro y Lorena” fueron los nombres que escribió para demostrar que es una nueva alfabetizada. Además del propio, son los nombres de sus hermanas, hija e hijo, estos últimos de 21 y 19 años.

Cuando tenía tres días de nacida contrajo polio, enfermedad que le afectó la pierna derecha. Dijo que no fue a la escuela porque su familia era muy pobre y que su papá murió cuando ella y sus siete hermanos eran unos niños, por lo que fueron repartidos entre tíos y abuelos, pero ella se quedó con su madre.

Se enteró del programa de alfabetización Quisqueya Aprende Contigo, a través de Coqui, que la motivó a alfabetizarse.

Lo primero que aprendió a escribir, después de las vocales, fue su nombre completo y su número de cédula y, como toda persona que aprende a leer, dice que cuando sale a la calle lee todos los letreros y que a veces sale con su esposo, éste la felicita, porque también fue de las personas que le motivó a alfabetizarse.

“Antes vivía en la oscuridad y ahora estoy en la claridad. Me siento bien, dándole las gracias primero a Dios y después a mi coordinadora Coqui, porque me ayudó bastante. No sabía leer nada y hoy me defiendo” Úrsula Contreras.Alfabetizada

Dijo que llegó a sentirse mal en muchas ocasiones, cuando recibía algún papel (documento), porque no sabía lo que decía. Ella solo sabía escribir Uci, porque su pareja y padres de sus hijos le enseñó para que firmara.

Olivia Arias, facilitadora, y Coqui, son las responsables de que Úrsula sea una de las 750 mil personas en todo el país que aprendieron a leer y a escribir, a través del Plan Nacional de Alfabetización Quisqueya Aprende Contigo, cuya meta es de cubrir una población de 800 mil iletrados.

Coqui tiene más de tres años en el programa, primero empezó como facilitadora y ahora es la coordinadora territorial de Gualey, lo que le ha permitido ayudar a muchas personas a que aprendan a leer y a escribir.

Su trabajo la ha llevado a conocer a personas muy humildes, a sufrir sus precariedades, muchas veces fruto de el analfabetismo.

Fue en una de esas búsqueda que encontró a Úrsula, que al principio tuvo que darle “mucha labia”, para que aceptara ir a los núcleos de aprendizaje.

Dijo que el mayor inconveniente lo tienen con las personas jóvenes que se resisten a que se les enseñe a leer y a escribir.

“Tienes que decirles tu estas en la oscuridad, cómo puedes enseñar a tu hijo y si no sabes leer, puedes pasar por un letrero que dice que no cruces que hay un perro que te va a morder, pero cruza, porque no sabes lo que dice”, son de las cosas que Coqui le dice a las personas para motivarlas a que se alfabeticen.

Dice que se sufre mucho ante la negativa, pero que también se sienten felices y realizados cuando ven que personas que lograron convencer egresan del plan y pueden ingresar al sistema educativo público a continuar estudiando o a realizar cursos técnicos, como el de cuidado de niños que hizo Úrsula en el Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional (Infotep).

De su lado, Olivia tiene el rol de alfabetizar a las personas. Ella forma parte de los voluntarios del programa que, previamente reciben una capacitación , y que tienen que ir a las casas de las personas a instruirlas, cuando éstos no pueden asistir a los núcleos de alfabetización.

“Ya tengo dos años, con ocho núcleos, cada uno con seis y ocho personas y es un orgullo cuando a los seis meses que las personas que no sabían nada ya te leen y ellos te expresan esa felicidad por haber aprendido a escribir y a leer”, dijo Olivia.

“El plan une a la comunidad”

David Matos es otro de los coordinadores del plan de Alfabetización, en el barrio 27 de Febrero.

Cuenta que han sido varias las veces en que ha sido atracado en la búsqueda de personas iletradas, pero que no se arrepiente de su labor, porque también ha logrado que muchas personas hoy estén alfabetizadas, incluyendo a uno de sus hermanos.

Dijo que en la comunidad encuentran a muchos de los facilitadores y activistas sociales que le ayudan a penetrar a lugares, adonde la Policía no se atreve entrar, por la inseguridad que representan.

“A veces hay un estudiante de pedagogía en el sector, que se interesa por ayudar a alfabetizar y se suma a los voluntarios, porque el plan une a la comunidad”, comentó Matos