El cólera atacó Santo Domingo en 1868

Página sin folio de la Iglesia Santa Bárbara en la cual se consigna que en esa parroquia fallecieron 72 personas por la epidemia de cólera en 1868.

No habían transcurrido cinco años de la Restauración que dio otra vez vida independiente a la República Dominicana, y ya habíamos tenido ocho presidentes diferentes, cuando llegó a la ciudad de Santo Domingo el temido brote de cólera que azotaba el mundo desde hacía un buen tiempo. En los meses finales de 1867 empezaron a aparecer los primeros casos de cólera en la ciudad, y entre enero y febrero de 1868 se produjeron numerosos fallecimientos.

El primer presidente restaurador lo fue José Antonio Salcedo, quien duró poco más de un año, y le siguieron Gaspar Polanco con un mandato de tres meses y medio; Benigno Filomeno Rojas, dos meses; Pedro Antonio Pimentel, menos de cinco meses; José María Cabral, poco más de tres meses; Pedro Guillermo, menos de un mes; Buenaventura Báez, casi siete meses; y José María Cabral que volvió al poder en 1866. En 1865 el país fue gobernado por seis presidentes, entre Polanco y Báez.

Fue en el segundo período de gobierno de Cabral, que se inició en agosto de 1866, cuando llegó la epidemia de cólera a la ciudad capital dominicana. Eran tiempos de mucha inestabilidad política. La ciudad estaba sitiada por las tropas de Báez.

En un artículo titulado “La epidemia de cólera en 1868”, publicado el 9 de agosto de 2019 por el Dr. Herbert Stern, columnista del matutino El Caribe, este dice que “en 1868, estalló una revolución y la ciudad de Santo Domingo fue sitiada y de pronto apareció el cólera con enorme fuerza y devastador efecto en una ya diezmada población”. Y apunta más adelante, con mucho acierto, que “el hecho del aislamiento de la ciudad de Santo Domingo por el cerco militar, fue probablemente la causa para que esa epidemia no se extendiera a todo el territorio nacional.”

Entre los fallecidos en esta epidemia se cita al héroe trinitario Juan Isidro Pérez, quien muriera en el hospital militar de la ciudad, pero del cual no aparece un acta de defunción. Su deceso en esa época se lo escuchamos decir al Ing. Antonio Guerra Sánchez en una charla genealógica sobre el mismo (en el AGN), así como también lo cita el Dr. Stern en su artículo en El Caribe.

Para registrar los fallecimientos por el cólera, los cuales aparecen en el Libro 14 de óbitos de la Catedral de Santo Domingo, el sacerdote encargado de la misma, el presbítero Bernardo Pichardo Betancourt, habilitó un espacio el cual intituló “Muertos del cólera” (Libro 14, Folio 54 al Folio 66), cubriendo los meses de enero, febrero, marzo y abril, y enumeró dichas actas con un conteo diferente a las actas de fallecimiento normal. En el registro de estas defunciones no se lleva un orden cronológico de calendario con las fechas de los mismos. Aparentemente, por la situación en que fallecían, los enterraban de inmediato, y días después iban donde el cura para registrar el obituario.

El presbítero Bernardo Pichardo Betancourt (1830-1889) nació en Santo Domingo fue cura de las iglesias de San Carlos y Santa Bárbara, además de la Catedral. Era tío del historiador Bernardo Pichardo.

En dicho libro se puede constatar que las causas más comunes de los fallecimientos en la época eran por tisis, tétano, de repente, calentura maligna, hidropesía, dentición, pleuresía, fiebre, mal parto, mal de orina, calentura cerebral y lombrices, como se lee en varias de las actas que figuran en dicho libro.

La primera persona que pudo fallecer de cólera en esa época fue Juana alias la Cumanesa, 70 años, quien en un acta del 24 de noviembre de 1867 figura que murió de “evacuaciones”. Aparentemente era una mendiga o enajenada y falleció en la calle.

Desde el 8 de enero al 25 de febrero no se registran defunciones, pero sí el libro tiene dos páginas en blanco, y en ese período se asienta (inexplicablemente) una defunción de Miguel Lara que data del 16 de julio de 1858, también firmada por el padre Bernardo Pichardo. Luego de las páginas en blanco, figura el acta de José Borrel en el Folio 52, quien muere el 25 de febrero de 1868 en el hospital militar de “resultas de cólera” comerciante español de Gerona. Su acta dice textualmente: “Como cura ecónomo de esta Parroquia Mayor de la Catedral, en 25 de febrero de mil ochocientos sesenta y ocho: mandé dar sepultura eclesiástica al cadáver de José Borrel de 38 años, español, esposo de María Antonia Lavandeyra, falleció de resultas del cólera, recibió penitencia y extreamaución en el hospital militar de esta, testigos Simón Gómez y Joaquín Romero. Y de esta doy fe. Bernardo Pichardo B.”

Sin ningún orden cronológico, el 12 de enero de 1868 fallece Isabel Bernal, de 63 años, de evacuaciones. Posteriormente, a partir del folio 54 aparece un listado de los fallecidos por la epidemia con el entre título de “Muertes del cólera”.

Así, la primera acta de la lista corresponde a Dorotea Heckman, holandesa, quien había fallecido el año de 1867 (sin fecha exacta). Luego sigue un acta sin nombre también de 1867, y sigue Manuel Valverde, 1868, en cuya acta se consigna que también fallecieron, sin ofrecer sus nombres, “su madre y una hermana casada”. Y sigue otra sin nombre.

El 25 de enero de 1868 falleció de cólera Manuel Peinado quien estaba casado con Isabel Rodríguez. Este, según Carlos Larrazábal Blanco, era “‘militar de la marina’, capitán comandante de la goleta de guerra Buenaventura”.

El 28 de enero de 1868 la fallecida fue Carmen Suazo, “absuelta y oleada in articulis mortis”. El 1-1-1868 figuran Antonia Batonero de 42 años; el 25-1-1868, Cristian Martir, 38 años, María del Carmen, 6 años, y José Vidal, 3 años; 14-1-1868, María de la Cruz Martínez, 58 años, Francisca Andújar, 33 años, y Manuel María Cordero, 19 años; 27-1-1868, Juan Luis Duquela, 60 años; 28-1-1868, Angela Argüelles, casada con Narciso Leyba; 29-1-1868, María del Carmen Chapman, 28 años, Anuncio Buenrostro, 49 años, natural de Nantes, Francia, casado con María Jacinta Romero, natural de Santo Domingo, y Remigio Evangelista, 24 años.

El 30-1-1868, Yen Simón, 52 años, falleció en la Calle del Ángulo, Teodoro Eriza, 59 años, en el Solar del Almirante, era un marino febrerista, según Larrazábal, y estaba casado con María Eugenia Cupete (o Caminero). Ese mismo día mueren Clementina Simona, María Saturnina, Juan Martir Arian, 40 años, y José de la Cruz Martínez; el 13-1-1868, Valentino Martes; 1-2-1868, Guillermo Lins; el 2-2-1868, José Ramírez, 29 años, Gerónimo Dochtoz, y María de los Angeles, 45 años; 3-2-1868, Juana Bautista Martínez; 4-2-1868, María Josefa Rodeñon, y Carolina Cabrera, oriunda de Azua, 45 años; y el 6-2-1868, María Sinforiano, de 67 años.

Narciso Leyba falleció el 6-2-1868. Estuvo casado con Angela Argüelles, a quien consignamos más arriba que falleció por la misma causa del cólera el 28 de enero. Luego aparecen el 7-2-1868, Nicasia, y María Tomasa; 9-2-1868, Miguel Ricar; 10-2-1868, Juan Martin; 12-2-1868, María de los Dolores Moscoso, y Juan Basilio Lanser, 34 años; 13-2-1868, María Rosa Moscoso; 15-2-1868, Isabel María Montes, así como Gregoria Contreras, y dos niños más, de 2 y 1 año, y otro fue Ciprian Mañón de 23 años; 16-2-1868, Leandra, y otra llamada Tetres; 18-2-1868, María Merced Aponte, 27 años, y María Bárbara; 21-2-1868, Antolín Abad, y María de la Cruz; 22-2-1868, María Luisa González, 26 años; 23-2-1868, Simón Martir, y Justo; 24-2-1868, María Lorenzo Estevan, 55 años y Manuela María Cordero, 20 años; 25-2-1868, María Virginia Marti, 5 años; 27-2-1868, Alonso Núñez, de Villa Serreda (sic)*, Orense, 38 años; 28-2-1868, Marcelina Vega y José Luciano; 29-2-1868, Micaela Luna; 8-3-1868, José Crecencio Rodríguez, 42 años; 14-3-1868, María Eubarda Lorenzo; 19-3-1868, José Arturo Sardá, colera fulminante; 24-3-1868, Magdalena de Castro; 12-4-1868, Susana Mejía; 8-4-1868, Margarita Ozuna y Merced Beltrán; María Isabel Silva de 40 años y su hija de 16 años.

También figuran algunos con la única fecha del año 1868, como María Concepción Parra, Manuela Signe, Ramona Signe, Inés Aria, y José Calisto. Y sin ninguna fecha están las actas de Holand y su hijo; sin nombre, uno que murió frente a la casa de Colón; los Valverde, con dos hijas, otros dos cadáveres (sin nombres) en el callejón de la plaza Holand.

En los libros de las parroquias de Santa Bárbara y de San Carlos no aparecen en esa época actas de defunciones por causa del cólera, pero sí es notorio que en la Iglesia de Santa Bárbara, en el Libro 14 de óbitos de la misma, en una página sin número de folio figura la inscripción firmada por el párroco J. M. Perdomo, que dice que en la misma fallecieron 72 personas por el cólera. La misma reza: “Enero 22 1868, Colera mortens, Muertos de esta terrible enfermedad en la Parroquia de Santa Bárbara 72 personas. Certifico. J. M. Perdomo.”

Este sacerdote era José María Perdomo Valdez, natural de San Cristóbal y nacido hacia 1838. Falleció en 1895, según Larrazábal.