El drama de la falta de oxígeno para muchos enfermos de COVID-19 en América Latina

Se trata de la región del mundo con más muertos por coronavirus

Alejandro Ccasa reza tras pasar tres días esperando junto a un tanque de oxígeno vacío para su tío, que tiene COVID-19, en el exterior del establecimiento donde es el primero en la fila para rellenarlo, en Callao, Perú, el 2 de febrero de 2021. El tío de Ccasa falleció más tarde en el día. ((AP Foto/Martín Mejía))

En América Latina, la segunda región del mundo con más muertos por coronavirus, una misma escena de desesperación se repite: gente haciendo filas eternas o pagando altos precios por un tanque de oxígeno mientras muchos enfermos mueren asfixiados en los hospitales.

Bajo un sol abrasador en la amazónica Manaos, en Brasil, o en la fría noche en las afueras de Lima, en Perú, miles de personas peregrinaron en las últimas semanas en busca del vital gas para aliviar a sus familiares contagiados.

La pandemia, que en Latinoamérica deja ya 19.1 millones de contagios y más de 606,000 muertos desde el primer caso confirmado hace casi un año en la región, ha disparado la demanda de oxígeno medicinal.

Yamil Antonio Suca llegó en la madrugada a un centro de distribución en El Callao, el puerto contiguo a la capital peruana, confiando estar entre los afortunados que consiguiera llenar su cilindro. Otros a su lado llevaban dos o tres días de espera.

“Mi papá tiene COVID, tiene 50 años y necesita el oxígeno, su saturación está muy baja”, contó a la AFP este estudiante universitario de 20 años.

Según esta institución, la variación máxima del precio de venta y renta de tanques en establecimientos formales ha sido entre 5% y 7% entre agosto y la última semana de enero.

Pero en el mercado negro, los consumidores denuncian precios abusivos de 45.000 pesos (2.230 dólares) por un tanque de 9.500 litros y 32.000 pesos (1.585 dólares) por otro de 6.000 litros, el triple de lo normal.

Además, presuntos médicos y enfermos promueven en redes sociales la elaboración de dispositivos artesanales, como concentradores de oxígeno a partir de bombas de aire como las de una pecera. Pero especialistas y autoridades advierten contra su uso por su ineficacia y potencial riesgo para la salud.

Nicaragua, donde más de un tercio de la población vive en la pobreza, sufrió una escasez de oxígeno en mayo y junio.

“Era carísimo, un tanque de oxígeno podría costar entre 1.000 y 1.500 dólares. Eso generó una tasa de mortalidad más elevada porque no todos tuvieron capacidad de abastecerse”, dijo a la AFP Roger Pasquier, presidente de la Asociación Nicaragüense de Anestesiología.

- “Impacto importante” -

La Organización Panamericana de la Salud (OPS), oficina regional de la OMS, descartó esta semana una emergencia generalizada en América Latina debido a la falta de oxígeno por la pandemia.

“Yo no creo realmente que se pueda hablar de una crisis regional de oxígeno”, aseguró el miércoles Sylvain Aldighieri, gerente de incidentes de la OPS.

El experto destacó sin embargo un “impacto importante” de la llegada de enfermos críticos de COVID-19 a los hospitales en Manaos en las últimas semanas, y en la región andina el año pasado. Y dijo que que “la capacidad de producción local de oxígeno en algunos casos no ha sido suficiente para abastecer a los hospitales”.

“Algunos países han sido desafiados de manera importante en los últimos meses”, dijo Aldighieri a periodistas.

La OPS apoyó a los gobiernos locales, como en Manaos, enviando una cantidad suplementaria de oxígeno medicinal.

En los últimos meses ha donado más de 600 concentradores de oxígeno a más de 20 países de la región. A diferencia de los tanques, que tienen una cantidad limitada de oxígeno y no lo producen, los concentradores garantizan un suministro infinito si están conectados a una fuente de energía.

Y en algunas ocasiones, dijo Aldighieri, la OPS apuntaló el desarrollo de la producción local de oxígeno en zonas remotas, como en la Guajira colombiana.

Expertos de la OPS dijeron a la AFP que los países latinoamericanos que reportaron los mayores problemas de oxígeno han sido Brasil, y Perú, en el pico anterior del brote en la zona amazónica, aunque también señalaron dificultades en Bolivia y Ecuador.

En México hubo “indicios de una crisis de disponibilidad” la semana pasada, pero las autoridades tomaron medidas para contenerla, dijeron.

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