Historia de un proxeneta

273 mujeres han sido liberadas este año de prostíbulos. ¿Cómo son los hombres que las explotan?

Trabajadoras sexuales en un punto de la avenida 30 de Mayo.

SANTO DOMINGO. De acuer-do con datos suministrados por la Procuraduría Especializada Contra el Tráfico Ilícito de Migrantes y Trata de Personas, en lo que va de año, 273 mujeres han sido encontradas y liberadas de trece prostíbulos que operaban en el país, y donde eran víctimas de proxenetismo.

Por el hecho fueron sometidos a la justicia 21 proxenetas. Al que le fue encontrada la mayor cantidad de mujeres en el burdel, ya las autoridades le entregaron la llave del establecimiento, bajo el acuerdo de que debía pagar una fianza de RD$500 mil, y con el compromiso de que no podía dedicarse a esta actividad en un año.

Bajo condición de anonimato, el dueño de este prostíbulo, uno de los más famosos en este ambiente, accedió a hablar con DL, para hablar sobre cómo funciona este negocio ilícito, y qué le motiva a dedicarse a él, pues es muy poco o nada lo que se sabe de los que ejercen esta práctica, que constituye un delito en casi todos los países del mundo, incluyendo República Dominicana.

P: ¿Cómo llegó al negocio del proxenetismo?

R: En Estados Unidos tuve negocios de bares con liquor stores y de "go go dancing", que allá es algo parecido aquí, pero las muchachas no salen con los clientes. No es permitido. Allá gané dinero en eso, y hace siete años me interesé en venir aquí.

P: ¿Cuál es la mecánica de trabajo que utiliza un proxeneta?

R: Yo trabajo más que nada con taxistas, ellos son quienes normalmente me traen los clientes. Cuando los clientes vienen, consumen bebidas, y si ven una muchacha que les gusta, la invitan a salir. Si ella quiere irse con ellos se va, todo es espontáneo.

P: ¿Cuál es su ganancia?

R: Yo gano por la bebida que se vende, por las habitaciones que alquilo, y algunas comisiones del trabajo de las muchachas.

P: ¿Cómo llegan esas muchachas a usted?

R: Solas. Nunca he tenido que buscar muchachas, ni nunca he pagado para que me traigan las muchachas. Hay negocios que sí lo hacen, porque no tienen la relación que tengo yo.

P: ¿Cuál es la edad de esas mujeres?

R: Mire, cuando a nosotros nos cerraron el negocio, hubo un problema con las muchachas que estaban trabajando con nosotros por una que dicen que es menor de edad. Pero ella nos engañó a nosotros, o más bien engañó a mi hijo, porque él le pidió la cédula, y ella le dio un papel de 18 años.

P: ¿Por qué dedicarse a este negocio y no a otro? R: Porque cuando estaba en Miami me dediqué a este giro y me lo sé.

P: ¿Cuánto gana por noche en un negocio como éste?

R: Bastante. ¿Cuánto? Mucho, depende la noche. Una noche buena podía dejar cincuenta mil. Una noche mala de quince a veinte mil.

P: ¿Qué piensa de la prostitución?

R: Con toda honestidad y sinceridad, en todos los países hay eso.

P: ¿Qué opina de esa forma de vida?

R: Yo creo que es una manera honesta de ganarse la vida, aunque piensan que es deshonesta, pero las muchachas no roban, y trabajan para subsistir.

P: ¿Cuáles riesgos corren las mujeres que trabajan ahí?

R: Es riesgoso, porque usted sabe que en esta vida hay todo tipo de persona y de ambientes.

P: ¿Es cierto que desaparecen mujeres, que las matan?

R: Sí, es verdad. Pero no es tanto, pero es verdad.

P: ¿Se justifica que una mujer tenga que hacer este tipo de trabajo sin querer?

R: No se justifica, y pienso que la mayoría no lo desea, ni lo quiere, lo hace por necesidad.

P: ¿Cómo se siente recibiendo dinero de ese tipo de trabajo, lo ha pensado?

R: Sí, no es correcto, no es correcto, es un negocio, pero no es correcto.