El “Niño que mea” deja de malgastar agua

“Queremos llevar a cabo una política real contra el malgasto”, dijo Benoit Hellings, un funcionario del gobierno local Aunque los registros históricos atestan la existencia de una fuente de un niño orinando desde el siglo XIV, la estatua de bronce es de 1619

Hasta ahora el chorro ininterrumpido del Manneken Pis o el “Niño que mea”, símbolo de Bruselas, iba directo al desagüe pero desde hace poco el agua de esta emblemática fuente de 400 años circula en circuito cerrado en nombre de la responsabilidad ecológica. (Wikipedia Creative Commons)

Hasta ahora el chorro ininterrumpido del Manneken Pis o el “Niño que mea”, símbolo de Bruselas, iba directo al desagüe pero desde hace poco el agua de esta emblemática fuente de 400 años circula en circuito cerrado en nombre de la responsabilidad ecológica.

La fuente del niño (’manneke’, en holandés) que orina, un lugar de paso obligado para los turistas en la capital belga, ocultaba un problema de cañerías que nadie había sospechado. Antes de los doodle de Google, este fue uno de los primeros monumentos que se hicieron para celebrar las culturas de otros pueblos, ya que la ciudad lo ha disfrazado de distintos personajes y con ropas de diversos países, incluido de Diablo Cojuelo dominicano.

El problema fue resuelto en marzo mediante la instalación de un canal bajo el monumento para evitar la pérdida de “entre 1.500 y 2.500 litros de agua al día”, explicó el ayuntamiento. Era el equivalente del consumo de “cuatro o cinco viviendas de Bruselas”.

Se desconoce durante cuanto tiempo se malgastó el agua. “Preferimos mirar hacia el futuro”, dijo con una sonrisa Régis Callens, el técnico municipal encargado del caso.

“Sólo faltaba la conexión entre la pila [donde cae el chorro] y el conducto”, desde donde ahora una bomba devuelve el agua a la pequeña estatua de bronce, explicó a la AFP.

“Solo colocamos un pequeño canalón que recupera el agua de la pila, de manera que ahora está en un circuito cerrado, ya no hay más pérdidas”, dijo el técnico mientras mostraba la instalación subterránea.

La ciudad de Bruselas gestiona el consumo de entre 350 y 400 contadores de agua para sus escuelas, sus edificios administrativos y otros monumentos públicos.

El consumo anormal de la fuente del Manneken Pis fue descubierto y reparado gracias a un nuevo sistema de control situado en los contadores, que indica en tiempo real las filtraciones y las fugas de agua.

“Queremos llevar a cabo una política real contra el malgasto”, dijo Benoit Hellings, un funcionario del gobierno local. Y la operación en la famosa estatua fue la oportunidad perfecta para actuar.

“Queremos decirles a los habitantes de Bruselas, de Bélgica y de toda Europa: ‘Si el Manneken Pis es capaz de no malgastar agua, usted también puede hacerlo. El Manneken Pis es ecológicamente responsable, usted también puede serlo’”, aseguró.

Aunque los registros históricos atestan la existencia de una fuente de un niño orinando desde el siglo XIV, la estatua de bronce es de 1619.

Sin embargo la estatua actual, situada en el cruce de dos calles en el centro histórico de Bruselas, es una copia. La estatua original está conservada desde hace medio siglo en el museo de la ciudad para evitar la posibilidad de un robo.

En el plano simbólico, el Manneken Pis “encarna la despreocupación y la resistencia de Bruselas”, según la página web del gobierno local.

Una de las leyendas afirma que el niño salvó a Bruselas de una enorme explosión de pólvora de cañón en el siglo XVII ya que habría extinguido un incendio orinando sobre las llamas.

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