Los mexicanos afectados por sismo que demostraron que la unión hace la fuerza

No hay una explicación clara de por qué este bloque fue el único del multifamiliar en caer. (EFE)

MEXICO.- Las fachadas están derruidas o quebradas, los escombros se acumulan entre los edificios; en el multifamiliar de Tlalpan todavía se palpa la tragedia, pero el lugar es, a la vez, un emblema de la lucha ciudadana tras el terremoto del 19 de septiembre de 2017 que dejó 319 muertos.

El sismo, de magnitud 7,1, dejó en pie nueve de los diez edificios que componen este conjunto habitacional ubicado en el sur de Ciudad de México y uno de ellos colapsado, lo que acabó con la vida de nueve personas.

El edificio 1-C, donde estaba el departamento de la familia de Francia Gutiérrez, fue el único que se derrumbó.

El terreno sobre el que se alzaba este bloque ahora está rodeado por un cerco de madera que lo aísla de los otros inmuebles. Un gran hoyo rectangular, inundado por agua de lluvia, descubre los viejos cimientos.

No hay una explicación clara de por qué este bloque fue el único del multifamiliar en caer. Una teoría, relata Francia a Efe, es que pudo influir su posición, completamente perpendicular a la Calzada de Tlalpan, una importante arteria en el tránsito capitalino.

La otra teoría, más sólida, hace referencia a la forma de la construcción: “Era el (edificio) más alto y más esbelto”, dice esta activista ambiental.

También les ofrecieron la opción de la “redensificación”, que consiste en agregar niveles extra al edificio, con nuevos departamentos. La idea era que, a través de la venta de dichas viviendas, se pudiera cubrir el costo de la reconstrucción.

Lo vecinos se plantaron y dijeron “No”. A través de un mecanismo que funciona a base de asambleas y en el que cada vecino aporta según su área de conocimiento (derecho, comunicación, etc.), han ido organizando reuniones semanales y movilizaciones para visibilizar sus consignas.

“Tenemos derecho a que el Estado responda ante una emergencia y a esta cobertura para la reconstrucción; que no sea una oportunidad para que las inmobiliarias logren negocios a partir de la desgracia”, razona Francia.

Después de meses de incertidumbre, los afectados pisaron el acelerador el pasado junio y bloquearon la Calzada de Tlalpan. Poco después llegó la noticia que tanto esperaban: el Gobierno de la ciudad se comprometía a iniciar la reconstrucción con fondos públicos en un plazo de 30 días.

Su caso es raro en la capital, donde cientos de personas siguen sin poder recuperar sus viviendas, aunque ha habido fundaciones y fideicomisos impulsados por el sector privado que han ayudado en la reconstrucción.

Son una excepción, pero hay una cosa que Gabriel tiene clara: “Nos han tratado así porque lo hemos exigido, no porque tengamos un trato preferencial”.