Ruta al descanso final de Castro sigue la huella del pasado

Mientras se alista el regreso de sus restos a Santiago, las autoridades cubanas reavivan la imagen de un Castro más joven, cuyo legado han prometido mantener vivo.

En esta imagen de archivo del 7 de enero de 1959, el líder rebelde Fidel Castro, a la izquierda, hace reír a la multitud en Colón, Cuba, durante una parada de su caravana hacia la capital. (AP)

LA HABANA. Una vez que el grupo de rebeldes barbudos de Fidel Castro tomó el poder en 1959, el líder revolucionario inició un viaje de la victoria desde la ciudad oriental de Santiago hasta La Habana.

A partir del miércoles, las cenizas de Castro recorrerán la ruta en sentido contrario, en una procesión solemne hasta el lugar de su descanso final.

El viaje previsto está cargado de simbolismo, en momentos que el país caribeño se prepara para sepultar al único líder que ha conocido en 57 años, aparte de su hermano más joven, Raúl Castro. La llamada Caravana de la Libertad que por seis días encabezó Fidel Castro en 1959 fue uno de sus momentos más victoriosos.

Mientras se alista el regreso de sus restos a Santiago, las autoridades cubanas reavivan la imagen de un Castro más joven, cuyo legado han prometido mantener vivo.

“Fidel siempre será el joven inquieto y el revolucionario incansable, que asaltó el Moncada, llegó a bordo del yate Granma para trazar el camino de la libertad, se batió como león en la Sierra Maestra y recorrió el país en la Caravana de la Victoria”, proclamó el diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista, un día después del fallecimiento de Castro.

La caravana que llevará las cenizas de Castro recorrerá una nación totalmente diferente a la que abanderó hace más de cinco décadas.

“Estaba seguro de que detrás de aquellos rostros, de que aquel hombre o mujer, cuando pasara el instante y volviera a su casa, volverían a su mente el cúmulo inmenso de preocupaciones de cada hombre o mujer humilde”, dijo.

La caravana final con las cenizas de Castro pasará por poblaciones rurales transformadas por las reformas sociales y económicas que él aprobó. Muchos vecinos tienen ahora acceso a sanidad y educación. Pero muchos de esos pueblos y ciudades viven también un prolongado colapso económico con la otrora dominante industria azucarera diezmada, con los molinos y plantaciones abandonados.

Castro y su gobierno revolucionario creían que la dependencia de la isla de las exportaciones de azúcar a Estados Unidos era la raíz de muchos de los males del país, pero tuvieron problemas para diversificar la economía de la isla.

“Probablemente, muchas de estas zonas son más pobres hoy de lo que eran entonces”, dijo Leo Grande.

La procesión hacia el oeste comenzó el miércoles tras dos días de duelo en La Habana, donde miles de personas hicieron fila durante horas el lunes para rendir homenaje ante imágenes de Castro como un joven guerrillero mostradas en la plaza de la Revolución, el amplio espacio donde en el pasado ofreció discursos de varias horas. Allí y en toda Cuba la gente firmó libros de condolencias y una promesa de lealtad a la proclamación que hizo Castro el 1 de mayo de 2000 definiendo la revolución cubana como una batalla sin fin por el socialismo y la autonomía nacional.

En los programas de la televisión estatal y los diarios oficiales, el gobierno ha instado a los cubanos a unirse en apoyo del sistema socialista de partido único instalado por Castro, que no ha logrado mantener el fervor generalizado que ganó hace más de cinco décadas.

Se esperaba que cientos de miles de personas llenaran las calles a lo largo del recorrido de las cenizas de tres días a Santiago.

Algunos cubanos dijeron que la caravana simboliza la lealtad continuada de la isla a la revolución. Julexis Hernández, auditora de banco, recordaba haber visto actos anuales conmemorando la victoriosa marcha de Castro a La Habana desde que era niña.

“Siempre ha sido la caravana de la victoria. Y esta sería la caravana de la tristeza”, dijo el lunes, cuando esperaba con una colega a presentar sus respetos en el monumento público en La Habana.

Otros afirmaron que el último viaje de Castro no les importaba.

“Para mí no simboliza nada. Ya murió”, dijo Alejandro Gómez García, pintor de casas.

Por CHRISTINE ARMARIO, Associated Press

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Christine Armario está en Twitter: https://www.twitter.com/cearmario