El horario especial por Navidad y sus posibles secuelas en la pandemia

Medidas anunciadas se mueven entre el endurecimiento y la flexibilización para el comercio y el libre tránsito

Agentes policiales en operativos durante el toque de queda. (Diario Libre)

El Gobierno dominicano, a través del Gabinete de Salud, anunció ayer las nuevas medidas adoptadas para permitir el disfrute de las festividades navideñas en familia, al tiempo que se intenta controlar las aglomeraciones de personas que incidan en un mayor incremento de los casos de COVID-19.

Las disposiciones anunciadas por la vicepresidenta de la República, Raquel Peña, en su calidad de coordinadora del Gabinete, incluye la ampliación del toque de queda para el cierre de establecimiento a partir de las 7:00 noche hasta la 5:00 de la madrugada, pero permitiendo la circulación hasta las 9:00 de la noche, para que las personas puedan llegar a sus hogares.

Esta medida se aplica para el Distrito Nacional y las provincias Santo Domingo, Santiago, La Vega, Duarte y Puerto Plata.

En todo el país, sin embargo, se hace la excepción de que los días 24 y 31 de diciembre, el libre tránsito se extiende hasta la 1:00 de la madrugada de los días 25 y 1 de enero. La disposición contempla, además, prohibir la venta de alcohol a partir de las 6:00 de la tarde.

Estas medidas buscan contener la propagación del coronavirus en momentos en que se refleja una tendencia a al alza en los contagios. Este martes, el Ministerio de Salud Pública reportó 613 nuevos casos en las últimas 24 horas, con una positividad acumulada de 12.99 %, cuando en la víspera fue de 12.82 %. La situación de los hospitales sigue en aumento de la ocupación tanto en camas de internamiento como en las unidades de cuidados intensivos.

Justo en los momentos en que en el país se debatía el alcance de las medidas adoptadas por el Gabinete de Salud, las agencias de noticias reproducían la información de que Londres había subido al nivel 3 de las restricciones, debido a los “aumentos exponenciales muy marcados” que se están registrando en el contagio del COVID-19.

En este nivel, las personas no podrán socializar en interior y cierran todos los bares y restaurantes, que solo tendrán servicio para llevar.

Alemania, que ha experimentado récords de contagios, también dispuso que desde este 16 de diciembre y hasta el 10 de enero se cierran los comercios no esenciales y los colegios. Disposición similar adoptaron en los Países Bajos la que se extiende hasta el 19 de enero. Francia también estableció un toque de queda nocturno desde el 15 de diciembre al 20 de enero.

Esta misma semana, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, anunció medidas de control, como el no comer en el interior de los restaurantes, pero justo el lunes, el alcalde Bill de Blasio, advertía que la ciudad debe prepararse para un cierre total.

El pasado 3 de diciembre, la gobernadora de Puerto Rico, Wanda Vásquez, anunció nuevas restricciones que empezarían desde el 7 de ese mes y se extendería hasta el 7 de enero, debido al incremento que observaban en los contagios. En el vecino país se cierran todos los negocios a partir de las 8:30 con un toque de queda a partir de las 9:00 y solo se les permite operar con el 30 % de su capacidad. Los restaurantes operan hasta las 11:00 de la noche, pero solo con servicios para llevar o a domicilio, tampoco se permite la venta a alcohol desde las 5:00 de la mañana del sábado hasta las 5:00 de la mañana del lunes.

Efectividad de las medidas

El sociólogo especializado en temas de seguridad, Daniel Pou, dice tener dudas sobre la capacidad que puedan tener los organismos de socorro y seguridad para evitar que se cumplan las prohibiciones al libre tránsito en las fechas señaladas.

“Las medidas no están siendo acatadas por la ciudadanía y las autoridades carecen de eficacia para hacerlas cumplir”, comenta Pou, quien ve un relajamiento en la ciudadanía que, a su juicio, se evidencia en el repunte de los casos de COVID-19.

Indica que los cuerpos de seguridad no tienen capacidad para tener presencia en todo el país, además de que gran parte de la ciudadanía no les tiene el respeto que se debería.

“Esas medidas especiales, sencillamente son un ingrediente que va a contribuir más al relajamiento de la gente en el aspecto de observancia (de los protocolos sanitarios) y creo que no resultará exitoso, al contrario, deteriora más el cumplimiento de las normas y los resultados los tendremos en enero”, insiste Pou.

Es periodista en Diario Libre.