La trayectoria de Robert Altman será premiada con un Oscar
LOS ÁNGELES. - La prolífica carrera del director, productor y guionista estadounidense Robert Altman será premiada con un Oscar honorífico, en la ceremonia más esperada por la industria de Hollywood, el 5 de marzo, anunció el miércoles la Academia de las Ciencias y las Artes Cinematográficas.
Este Oscar premiará "una carrera que ha reinventado en varias ocasiones la forma de arte y que ha inspirado tanto a cineastas como cinéfilos por igual", indicó la Academia.
Altman, nacido en Kansas City (centro de EEUU) en 1925, ha dirigido 86 películas, producido 39 y escrito 37 de ellas. Como director ha sido cinco veces nominado por la Academia por sus obras 'M*A*S*H', 'Nashville', 'El juego de Hollywood', 'Vidas cruzadas' y 'Gosford Park'. También recibió dos nominaciones como productor por 'Nashville' y 'Gosford Park'.
Sin embargo, nunca se llevó un Oscar este director, que durante algunos años se concentró en la televisión, y cuyo trabajo para la gran pantalla ha sido calificado como ecléctico, con una característica visión cínica del mundo. "Su redefinición de géneros, su invención de nuevas formas para usar el medio del cine y su (capacidad para) resucitar lo viejo", fueron factores que pesaron para que los miembros de la Academia seleccionaran al octogenario director para el Oscar honorífico de este año.
Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, Altman escribió para varias revistas y cadenas de radio antes de entrar en una productora de cine independiente, medio que en el que permanecería el resto de su vida.
Trabajaba en televisión cuando le ofrecieron el guión de 'M*A*S*H' (1970), proyecto que había sido rechazado por 15 cineastas. Con una enorme sutileza, Altman convirtió la comedia, ambientada en la guerra de Corea, en una dura crítica contra el papel de Estados Unidos en la guerra de Vietnam.
Otro de sus grandes éxitos llegó en 1975 con 'Nashville', la historia del floreciente mundo de la música country que le valió su segunda nominación a la dorada estatuilla. Le siguieron películas como 'Ladrones como nosotros', 'Tres mujeres' y 'Un día de boda', así como el intento fallido de revivir al personaje de cómic 'Popeye', con Robin Williams, en 1980.
Su obra ha sido en varias ocasiones catalogada como "irregular" por la crítica especializada, y como muestra en 1992 dio un nuevo giro con la película 'El juego de Hollywood', una cínica sátira sobre la industria cinematográfica y sus intrigas. La cinta, que se mofaba de la corriente general de Hollywood a la que Altman siempre ha querido escapar, le valió, irónicamente, su tercera nominación al Oscar.
Sin embargo, nunca se llevó un Oscar este director, que durante algunos años se concentró en la televisión, y cuyo trabajo para la gran pantalla ha sido calificado como ecléctico, con una característica visión cínica del mundo. "Su redefinición de géneros, su invención de nuevas formas para usar el medio del cine y su (capacidad para) resucitar lo viejo", fueron factores que pesaron para que los miembros de la Academia seleccionaran al octogenario director para el Oscar honorífico de este año.
Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, Altman escribió para varias revistas y cadenas de radio antes de entrar en una productora de cine independiente, medio que en el que permanecería el resto de su vida.
Trabajaba en televisión cuando le ofrecieron el guión de 'M*A*S*H' (1970), proyecto que había sido rechazado por 15 cineastas. Con una enorme sutileza, Altman convirtió la comedia, ambientada en la guerra de Corea, en una dura crítica contra el papel de Estados Unidos en la guerra de Vietnam.
Otro de sus grandes éxitos llegó en 1975 con 'Nashville', la historia del floreciente mundo de la música country que le valió su segunda nominación a la dorada estatuilla. Le siguieron películas como 'Ladrones como nosotros', 'Tres mujeres' y 'Un día de boda', así como el intento fallido de revivir al personaje de cómic 'Popeye', con Robin Williams, en 1980.
Su obra ha sido en varias ocasiones catalogada como "irregular" por la crítica especializada, y como muestra en 1992 dio un nuevo giro con la película 'El juego de Hollywood', una cínica sátira sobre la industria cinematográfica y sus intrigas. La cinta, que se mofaba de la corriente general de Hollywood a la que Altman siempre ha querido escapar, le valió, irónicamente, su tercera nominación al Oscar.