La vida después del agua
Sin tierras, con caminos cortados y la invasión de aguas insalubres, los habitantes costeros del Lago Enriquillo se agarran de lo que pueden para sobrevivir. Mientras los científicos tratan de determinar las causas de la crecida y los políticos prometen soluciones que no llegan, miles de familias rezan para que el agua, esta vez, se detenga.
Ramón Antonio Bórquez (50 años) saca cuentas. Saca cuentas porque ha sido comerciante toda una vida, y hoy la balanza se inclina hacia el lado de la resta. Tiene una deuda de más de un millón de pesos de la que no ha podido salir, y que lo acecha como el agua a su negocio.
— Yo creo que el lago puede subir más, porque ponemos marcas todos los días y vemos cómo sube.
La bodega que administra está emplazada en lo que algún día fue costa natural del Lago Enriquillo, y que hoy es un puente o bahía forzada por la resistencia de la mano humana. En ambos costados de la ruta que lleva a Jimaní hacia el mercado haitiano, los comerciantes han movido tierra, piedra y cemento para rellenar lo que el agua se quiere tragar. Los techos de las oficinas gubernamentales, abandonadas ante el peso de la realidad, se divisan en medio del lago.
La bodega de Bórquez se ve intacta, pero esa impresión es un espejismo: lo que parece el primer piso es en realidad el segundo. El nivel más bajo tuvo que ser cementado a mediados de este año -deuda mediante-, para escapar de la crecida que desde el 2004 tiene a las poblaciones costeras en ascuas.
—Estoy perdiendo por sobre dos millones de pesos, solo bajo el concepto de construcción –saca cuentas. Supervisa el cargamento de las pastas, bandejas y termo envases que comercializa. Tres haitianos se lanzan la mercancía para cargar el camión estacionado al costado de la bodega. El movimiento levanta un polvo blanco y harinoso.
—Yo nunca he dejado que la laguna me arrobe. En 1999 empecé con mi comercio acá en Jimaní, y construí esto en 2003. Entonces no había agua. El lago llegó en 2005 y tuve que empezar a rellenar. Pero este es un pleito que ya comencé a echar, y voy a seguir echando.
Circuito submarino
Las comunidades asentadas al borde del Lago Enriquillo llevan años conviviendo con la crecida. Si en 2004 la cobertura del lago era de 165 km², en 2011 alcanzaba los 350 km². Esto se ha traducido en que 18 mil hectáreas han desaparecido bajo el agua, para impacto de 10 mil familias.
¿Qué está pasando?
Las teorías acerca de la crecida del Lago Enriquillo son múltiples. A veces se complementan, a veces hasta se contradicen. Unas acusan razones naturales, mientras otras acusan la mano del hombre. Por sí mismos o unidos, estos son los elementos que los científicos estudian:
·Cambios en la cobertura y uso de suelos: La deforestación causada por el asentamiento humano estaría provocando un mayor arrastre de sedimentos al lago, con su consecuente crecida.
·Fallas geológicas: Las aguas del lago Sumatre estarían filtrándose al Lago Enriquillo a través de fallas provocadas por movimientos telúricos.
·Desviación del caudal del río Yaque al Lago Enriquillo: La demolición del dique Trujillo habría supuesto un mayor flujo de agua desde el río hacia el lago.
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