Las Harley de Cuba celebran su historia

La mayoría de las motos son usadas para el transporte diario, por sus dueños

El encuentro se hizo a iniciativa de los harlistas cubanos.

Varadero, Cuba. Las motos Harley Davidson de Cuba, clásicos de más de 50 años que también han sido víctimas del diferendo entre la isla y Estados Unidos, protagonizaron este fin de semana su primera concentración nacional en el balneario de Varadero, haciendo gala de su historia y resistencia.

Unas 50 motocicletas de la mítica marca estadounidense fueron exhibidas y realizaron competiciones de habilidades en Varadero (a 150 kilómetros al este de La Habana), adornadas con los típicos atributos "harlistas" de águilas, calaveras y remaches, junto a banderas cubanas e imágenes del Che Guevara.

El primer encuentro nacional de las Harley Davidson ha sido una iniciativa independiente de los propietarios de esas motocicletas, con la meta de estrechar vínculos y promover el cuidado de sus "viejas máquinas".

Servando Morales, de 39 años, compitió con una Flathead VLD 80 de 1936 que heredó de su abuelo, le sirve como transporte diario, y está considerada una de las dos Harley más vetustas que ruedan en la isla.

La comunidad "harlista" estima que en Cuba unos 300 motores Harley Davidson tienen registro certificado y su antigüedad oscila entre los 50 y 75 años.

Su gran valor es que se mantienen activas décadas después de que el bloqueo económico que Estados Unidos impuso a la isla al triunfo de la revolución de 1959 cortó la importación de las motocicletas y de sus piezas.

Las Harley sufrieron los mismos problemas que los llamados "almendrones", los añosos autos estadounidenses anteriores a 1959 que acaparan casi todo el parque de taxis privados del país y se han convertido en uno de sus íconos visuales.

Durante los años 70 y 80 esas motos "caminaron" gracias a adaptaciones e inventos de los mecánicos locales que usaron bovinas y pistones rusos, ruedas y llantas de automóviles, y piezas hechas en torno.

Sergio Morales, de 61 años, ha sido mecánico de esas motocicletas durante cuatro décadas y es sin duda el "harlista" cubano más famoso: su nombre y el de su esposa Miriam Hernández están en una placa del Museo de la Harley-Davidson en Milwaukee (Estados Unidos). EFE