Música y cantos a favor de las tortugas marinas en Samaná

Que-lo-nios: tres sílabas que articuladas representan algo más que un nombre.

Miles de tortugas que anidan en la bahía de Samaná donde se celebra un festival artistico cultural para conservarlas.

La cuarta edición de Quelonios se celebró como de costumbre en la playa El Valle, el 2 de febrero del año en curso; en el mismo lugar donde cientos de tortugas marinas desovan desde marzo hasta noviembre de cada año. Sin embargo, la posibilidad de anidar y esperanza de vida se reduce si se encuentran en un ambiente hostil.

Quelonios grita a los vientos la necesidad de conservación ambiental y se proyecta en el futuro como uno evento capaz de crear impacto social en la región del Caribe, tal como afirmó Lorenzo Encarnación, encargado de Comunicaciones y ex voluntario del festival.

Este encuentro con la diversidad humana, donde la conexión con Gaia prima, apuesta por el disfrute del arte como herramienta fundamental para la concienciación. No es, por tanto, casualidad escuchar canciones como las de Azuei en la tarima, quienes nos alientan a unir esfuerzos para salvar nuestros recursos naturales. Además de esta agrupación musical, en el escenario convergió el talento local de Concón Quemao, Dj Normal, Zoom Soom Bao y otros.

Pero de día fue otra cosa. Desde las 2:00 pm hasta las 5:00 pm se realizaron talleres, foros medio ambientales y espacios de discusión donde cada participante pudo profundizar sobre su huella en relación al problema que enfrenta nuestra isla. Una vaina verde, empresa amiga del festival, se encargó de estas formaciones, así como de supervisar la clasificación de los desechos para facilitar su reciclaje.

Esta organización gestiona eventos partiendo de soluciones sostenibles y realiza encuentros de formación. Su participación en el evento muestra que los organizadores promueven acciones coherentes con su discurso.

Quelonios apuesta por la integración de la comunidad. La activa participación de personas originarias de Samaná resulta sin dudas un aspecto a destacar. La venta de comida estuvo a cargo de las pequeñas empresas del lugar.

El bambulá

Los artistas samanenses dieron a conocer un ritmo originario de la bahía: el bambulá, que hizo bailar a los presentes. Esta integración evidencia que los gestores del evento están encaminados a desarrollar un sentido de pertenencia hacia los recursos naturales. Solo conectando con lo que somos y tenemos se desarrolla su valoración y, en consecuencia, su cuidado.