¿Qué tanto podemos confiar en los pronósticos de huracanes?

EL Centro Nacional de Huracanes (NHC) es el encargado del pronosticar los fenómenos

SANTO DOMINGO. Desde el 1 de junio hasta el 30 de noviembre de cada año hay un despliegue de tecnología y un sin fin de aparatos por aire, mar y tierra para poder anticiparse a uno de los fenómenos más poderosos de la naturaleza, los huracanes.

Cada temporada ciclónica millones de ojos están pendientes de los pronósticos, desde que una alerta se activa.

Si retrocedemos al 22 de septiembre de 1998, el huracán Georges golpeó casi por sorpresa a los dominicanos, a pesar de que ya teníamos internet.

Acostumbrados a las alertas emitidas por las autoridades, un “error de pronóstico”, por el director de la Defensa Civil de ese entonces, puso en riesgo innecesario a millones de personas. Un huracán categoría 3, sin aviso a tiempo sobre su llegada y el impacto que tendría por su intensidad.

La tecnología actualmente nos permite ver, prácticamente en tiempo real y desde nuestros móviles, el desarrollo de cualquier ciclón que pueda amenazarnos, directamente desde la fuente de pronóstico.

Los satélites geoestacionarios del Atlántico y del Pacífico (GOES) pueden observar continuamente los huracanes desde su formación hasta su disipación. Una vez que un huracán del Atlántico se convierte en una amenaza para la tierra, es monitoreado directamente por la Fuerza Aérea de EE. UU. Y los aviones de huracanes NOAA, las sondas de caída y las estaciones terrestres. Otro avión que ha sido probado en el monitoreo de huracanes es el NASA Global Hawk, un gran avión no tripulado. Durante los vuelos, los datos se transmiten, se verifican los errores y se entregan tanto a los pronosticadores del NHC como al público.

A medida que la tormenta se acerca a unos 450 km de la costa, los radares terrestres proporcionan datos críticos de precipitación y velocidad del viento. Una vez que la tormenta ha tocado tierra, las estaciones de observación de superficie automatizada (ASOS) y los globos meteorológicos instrumentados (radiosondas) proporcionan mediciones adicionales.

El NASA Global Hawk. Por (NASA)
Vista interior de un avión caza huracanes. Por (NOAA)

Las observaciones se examinan, se controla la calidad y luego se utilizan para inicializar un conjunto de modelos de pronóstico de huracanes con modelos matemáticos.

Es importante resaltar que también los pronósticos han mejorado tanto en las últimas décadas, debido a una combinación de los modelos numéricos más exactos, más observaciones sobre el océano, y un entendimiento mejor de la física del movimiento del huracán.

Los pronosticadores de huracanes luego usan su experiencia y juicio para decidir cómo usar los modelos individuales y en conjunto para producir el mejor pronóstico posible.

Los científicos de NOAA desde 2014 han estado usando planeadores submarinos para monitorear las condiciones del océano en cada temporada, que pueden medir temperatura, salinidad y oxígeno en el mar hasta los 1000 metros de profundidad.

Con esta data adicional pueden mejorar hasta en un 40% el pronóstico de intensidad de un ciclón tropical.

El 15 de agosto la NOAA, lanzó el primer planeador en la República Dominicana, el cual, junto a otros en las aguas de Puerto Rico, ya están enviando información que ayuda en el pronóstico de intensidad de la tormenta Dorian que estará afectando el país en las próximas horas.

Para la NOAA mejorar los pronósticos de la intensidad de los huracanes es importante, porque las comunidades costeras toman decisiones sobre si evacuar o no, en parte debido a la fuerza anticipada de un huracán que se aproxima. Representar el océano con precisión en los modelos de pronóstico de huracanes es una prioridad importante para mejorar los pronósticos de intensidad de huracanes. Los planeadores oceánicos proporcionan datos de gran volumen y alta resolución en áreas donde las tormentas pasan con frecuencia, y donde en general hay una escasez de observaciones oceánicas.

Los errores de la intensidad del viento del NHC hasta el 2016, han tenido un promedio cerca de 9 nudos (10 mph, 17 kph) para un pronóstico de 24 horas, 15 nudos (17 mph, 28 kph) para un pronóstico de 48 horas y 19 nudos (22 mph, 35 kph) para un pronóstico de 72.

En el siguiente gráfico se observan los errores del pronóstico de la trayectoria (1989-2016) de cada año para 24, 48, 72, 96, y 120 horas, de la cuenca del Atlántico, sin incluir las depresiones. Desde 1989 el pronóstico ha mejorado significativamente en todos los rangos, el que más se ha reducido es del de 72 horas, con un margen de error de cerca de 85 millas náuticas (100 mph,160 km)

Desde el huracán Georges a la fecha, el margen de error se ha reducido significativamente, tanto en intensidad como en trayectoria, lo que puede significar una reducción en pérdida de vidas humanas y daños materiales.

La ONAMET (Oficina Nacional de Metereología se basa en en los informes de el Centro Nacional de Huracanes para emitir las alertas a nivel nacional.

Guatemalteco con estudios en Ciencias de la Comunicación y amplia experiencia en el campo visual y multimedia. Ha trabajado para varios medios de comunicación en Guatemala y República Dominicana, y sus fotografías han aparecido en importantes publicaciones en diferentes partes del mundo.