“Nos tocó vivir la tragedia ahora, ¿pero cuántos han llegado?"

En Baní ven los viajes ilegales como una salvación; delante del camión accidentado en Chiapas, habría llegado otro exitosamente

Una persona enseña una foto enmarcada de Juan Alberto Soto, uno de los fallecidos en el accidente de un camión que transportaba migrantes en Chiapas, México. (Diario Libre/Franyelis Arias)

Varios parientes de los dos banilejos sepultados este fin de semana en Cañafistol, Baní, ven la tragedia en Chiapas, México, como un error humano del conductor que no significa que los viajes ilegales sean malos.

“A los organizadores de viajes ilegales el gobierno deberían darles pergaminos de reconocimiento cada año”, afirmó uno de los vecinos que acudió al entierro de Juan Alberto Soto, fallecido junto a otros 11 dominicanos en México cuando el tráiler que los conduciría a la frontera con Estados Unidos se volcó. Sostiene que esos viajes son la forma del pobre echar adelante y que las remesas que envían esos emigrantes tienen la economía dominicana “parada”.

"Nos tocó vivir la tragedia ahora, pero cuántos han llegado", se preguntó el señor, justificando lo sucedido.

Ellos narran al detalle todos los pasos que hay que dar para embarcarse en uno de esos viajes, los cuales han dado ellos y muchos de sus conocidos que hoy viven en Estados Unidos.

Un tío de Yunior Báez Soto, sepultado ayer, dijo tener conocimiento de que delante del vehículo que se accidentó iba otro que transportó sin inconvenientes a más de 200 inmigrantes.

Asegura que él mismo se ha ido varias veces por esa vía y otras tres veces en yola a Puerto Rico, al igual que sus hijos. Por eso aconseja, como lo hizo con sus hijos, que después de pagar tanto dinero no se dejen llevar en camiones que vayan demasiado llenos, y que llamen a las personas que les cobran el dinero en República Dominicana para que ellos exijan que les proporcionen un vehículo más cómodo.

 “Los hijos míos se iban a subir en uno y yo les dije: no se suban no. Usted tiene que llamar al que está aquí, y el que está aquí llama y le dice: no me lo subas ahí; como llamaron con los hijos míos. Se fueron al rato en otra vaina más cómoda”, señaló el hombre.

Explicó que luego de pagar el dinero, que oscila los 22,000 dólares, la persona viaja legalmente a Guatemala por avión. De allí son recogidos por los camiones, que los van dejando en otros lugares, donde los recogen otros camiones. Son cerca de 20 pasos similares, hasta que son dejados en un lugar donde tienen que saltarse una pared para caer en territorio de los Estados Unidos.

“Ellos son muy buenos cuando llevan a uno, pero si fallaron ahí la gente los quiere matar”, dice. Está seguro de que “si él (el chofer) hubiera ido a un paso de 50 millas por hora, estuvieran todos ellos allá”.

Mientras tanto, el Ministerio Público apresó a cinco hombres acusándolos de ser los supuestos líderes de una red de tráfico de inmigrantes por Centroamérica hasta los Estados Unidos.

Periodista y escritor egresado de la UASD con una trayectoria en prensa televisiva y varios medios impresos.