Censo todavía no arranca de lleno en el Distrito Nacional y Santo Domingo Este

Algunas personas en barrios populares expresan ansiedad por ser censadas

Leidy Mota llamaba y no le respondían en una casa del barrio 27 de Febrero (Francisco Arias)

En varios barrios recorridos por Diario Libre en el Distrito Nacional y Santo Domingo Este todavía este viernes los empadronadores trabajan en las etapas preparatorias del Censo, haciendo los levantamientos y aprendiendo cómo usar las tabletas. 

Los empadronadores y sus supervisores explicaron que primero un cartógrafo les debe indicar el tramo de alrededor de 190 viviendas que deben censar durante los 14 días de trabajo, y luego ellos deben recorrer toda el área y verificar cada residencia. Todo esto antes de empezar de lleno a censar.

Jorge Espinosa, del Departamento de Comunicaciones de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), explicó que el correcto uso de las tabletas es uno de los retos que están enfrentando en el terreno, pero advirtió que esta dificultad estaba prevista que ocurriera como parte normal del proceso. 

Muchas personas expresan ansiedad por recibir la visita, pero todavía no han visto a los empadronadores o éstos le explican que todavía no habían iniciado. 

Una señora que pasaba por la calle 13 del barrio 27 de Febrero avisaba a un empadronador y su supervisor que iba a salir tres minutos de su casa, ubicada más adelante, para que la esperaran, pero ellos le informaron que todavía no estaban censando. 

Algunas personas como la señora Ana Alicia Castillo, quien vende café en la calle 15 del barrio 27 de Febrero, no sabían esta mañana que se estaba haciendo un Censo. Dijo que tiene 70 años, vive sola y en su casa no tiene radio ni televisión para enterarse.

Varios minutos después pasaron por su lado dos empadronadoras, una de ellas con el chaleco doblado sobre el hombro, y una supervisora. La chica se quejaba de que el chaleco era demasiado caluroso y que le quedaba muy largo para su baja estatura (casi por las rodillas). Estas prendas fueron diseñadas con un solo tamaño, según dijeron. 

El código QR de los carnés de varios empadronadores llevan a la página de Internet de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), donde se debe deslizar el dedo para abajo, presionar la opción para verificar y luego entrar el número de cédula que él mismo provea. Así se llega a una pantalla con la foto, el nombre y el número de cédula del entrevistador. 

“Uno tiene temor pero uno los recibe con amor”, respondió Josefina Crespo, al ser preguntada sobre si recibiría a los agentes del Censo. Otra señora del mismo barrio no entendía la razón de la pregunta y contestó: ¿por qué no, tiene algo malo el Censo?

En el club Agrucudegua, de Gualey, un pequeño grupo todavía esperaba a un cartógrafo que debía llegar para ubicarlos en sus zonas. 

Todas estaban conformes con que habían recibido el pago de la dieta correspondiente a la semana de entrenamiento, y sabían que después de los primeros siete días recibirían la primera parte de la dieta de 500 pesos diarios. Al menos en el Distrito Nacional, también está llegando una ración de comida que ha enviado la Dirección General de Aduanas, por disposición del director Yayo Sanz Lovatón.

Este personal reclutado por la ONE dice vivir cerca de las áreas donde hacen el trabajo, tal como se anunció. El patrullaje de policías y militares fue nulo en la mañana. 

Cruzando el puente de la 17, durante un recorrido de cerca de una hora por varias calles de Los Mina, Ensanche Isabelita, Villa Faro y La Milagrosa no se vio ningún empadronador. Un grupo en la calle José Cabrera, en Alma Rosa, hacía junto a su supervisora un recorrido por el vecindario. 

Periodista y escritor egresado de la UASD con una trayectoria en prensa televisiva y varios medios impresos.