El 2020 apunta a una batalla virtual sin precedentes

La Junta empujó a los aspirantes a cargos electivos a ‘evangelizar’ en las redes sociales

El ciberespacio dominicano es terreno fértil para la manipulación electoral por la debilidad de sus regulaciones. (Shutterstock)

Los hechos evidencian que el 2018 fue un año dinámico en el escenario político. Podría decirse que estuvo marcado por la dilatada discusión del otrora proyecto de la ley de Partidos, Agrupaciones y Movimientos Políticos y derivados, pero otros tópicos acompañaron su dominio en la agenda mediática.

El activismo prematuro de la dirigencia política nacional, que desde principios de este año se abre paso para obtener un cargo electivo en mayo del 2020, fue uno de ellos, al punto de que obligó a la Junta Central Electoral (JCE) a prohibir todas las actividades proselitistas hasta que formalmente se inicie el torneo electoral.

A pesar de la restricción, que quedó sentada en la resolución 12-2018 del Pleno, los aspirantes a las diversas nominaciones, particularmente “los presidenciables”, continuaron (y continúan) movilizándose.

Fue así como además de recorrer las provincias y visitar a sus correligionarios, se vieron conminados a explorar, con mayor énfasis, el cada vez más prolífico –y escasamente regulado– universo de las redes sociales y los medios digitales.

Tras la implementación de la medida por parte del órgano rector, en las cronologías de Instagram, Twitter y Facebook de los residentes del Gran Santo Domingo y de Santiago de los Caballeros, las plazas políticas más importante del país, se advirtió un incremento exponencial en la colocación de publicidad electoral para perfiles de jóvenes primeros votantes y de edades comprendidas entre 18 y 34 años de edad, puntualmente desde las cuentas oficiales de los precandidatos de los partidos de la Liberación Dominicana (PLD), del Reformista Social Cristiano (PRSC) y del Revolucionario Moderno (PRM).

Alrededor del mundo, el “servicio” de difusión de contenidos por parte de éstos agentes virtuales creció a partir de la exitosa campaña que desarrolló en ambas plataformas el expresidente Obama en el año 2008, explicó entonces Argüello.

“Éstos robots son capaces de desplazar e intervenir tendencias para colocar sus temas en la agenda pública. Lo hicieron ayer, lo hacen hoy y lo harán mañana, con mayor hincapié y agresividad, y eso sólo contribuye a distanciar al actor político de su electorado y a lesionar el verdadero diálogo y la democracia”, afirmó el experto.

El docente de la Universidad Iberoamericana vio como una inconsistencia que las marcas y a los actores políticos locales no se preocupen por fortalecer sus nexos con la comunidad digital y que no apuesten a la creación de tendencias orgánicas para conocer la cadena de valor de sus audiencias.

Es evidente que la embestida en los medios digitales y en las redes sociales no tendrá precedentes en los próximos comicios, pues hoy 9 de cada 10 dominicanos tiene en sus manos el poder de incidir en la colocación de temas en la agenda pública a través de un teléfono inteligente.

Sin embargo, hay que reconocer que millones de cuentas falsas y legiones de bots al servicio de la dirigencia política podrían distorsionar la realidad del panorama electoral y su evolución en el tiempo.

El ‘pleito’ tuitero del año

En materia política, dos publicaciones se adueñaron de la atención de los usuarios de la red social Twitter. Los peledeístas Franklin Almeyda y Roberto Rodríguez Marchena fueron los autores. Las recogemos aquí: