Expresidenta de Ecuador: “Se puede hacer política sin caer en escándalos de corrupción”

SANTO DOMINGO. En 1997 Rosalia Arteaga se desempeñaba como vicepresidenta de Ecuador, cuando el presidente de turno Abdalá Bucaram, quedó destituido por votación en el Congreso donde aludían que tenía incapacidad mental para gobernar. Es cuando Arteaga, para entonces con 41 años, asume la presidencia de su país y días después le dan un golpe de estado.

Revivir esos episodios de su carrera política la llevaron a confesar, durante una entrevista que concedió a Diario Libre, que para ella la política ha tenido situaciones complicadas pero no se arrepiente de haber participado en ella.

Su experiencia en el área, le permite aseverar que se puede hacer política de forma limpia, sin caer en escándalos de corrupción, situaciones que afirma no deberían existir, pero se dan.

“Yo nunca he estado mezclada con casos de corrupción ni de escándalos y así debería de ser siempre pero como no lo es, lo resalto”, dijo el pasado jueves Arteaga en su primera visita al país.

Aunque no se refirió a un caso específico, resaltó que en las actuales circunstancias que vive América Latina, es necesario salir con esa “bandera de valores de ética” de lo que significa el servicio de la colectividad a través del trabajo público.

Esa destitución se produjo por votación en el Congreso aludiendo que tenía incapacidad mental para gobernar, ¿usted que estuvo cerca, notó alguna conducta extraña en él durante ese tiempo?

En Ecuador un Presidente puede ser enjuiciado en el Congreso por varias causas: por traición a la Patria y por incapacidad mental, que debe ser comprobada por médicos, porque los congresistas no son los que tienen que decir: esta persona está loca, pero en este caso no lo hubo, así que fue inconstitucional.

Él decía que era el loco que ama, pero loco de amor por su país, entonces ese no fue el causal. Fue una ruptura constitucional por parte del Congreso.

Usted intentó postularse a la Presidencia en las elecciones de 1998 pero no resultó ganadora, ¿volvería a postularse en este momento?

La única forma de no continuar con un gobierno interino que para mí era ilegítimo era salir y postularme. Yo no tenía partido político, no había hecho campaña y fueron dos o tres días antes de que venciera el proceso de inscripción de candidaturas. Participé, no tuve éxito porque prácticamente no tuve tiempo de hacer campaña electoral.

Muy difícil postularme a la Presidencia en este momento. Cada vez que hay elecciones recibo invitaciones de diferentes sectores para participar otra vez, para ser candidata a la Presidencia, pero siempre me he resistido porque no creo que uno deba estar siempre en la política para servirle al país, lo estamos demostrando desde el punto de vista periodístico, de trabajar con los maestros. No me gusta decir nunca jamás pero no tengo ese interés.

¿Si llegaba a la Presidencia en el 1998 un tema al que iba a dar prioridad?

Lo social.

¿A qué se dedica desde entonces?

Desde el año 1998 me dedico a otros tipos de actividades, dirijo una fundación, trabajo en temas académicos, sigo dedicada a la literatura. He estado muy vinculada a organizaciones ambientalista. Soy miembro de la Academia Mundial de Artes y Ciencias, de la Real Academia de doctores de Europa y miembro del Directorio de la Biblioteca de Alejandría en Egipto.

Además de ser mamá de tres hijos, soy abuela de siete.

Hablemos de su niñez y adolescencia, cómo fue esa etapa de su vida

Nací en Cuenca, en el sur del Ecuador. Una ciudad histórica, colonial, actualmente Patrimonio de la Humanidad. Se dice que Cuenca es la Atenas del Ecuador, una ciudad cultural, llena de poetas.

Diría que mi niñez fue muy feliz. Crecí dentro de una familia muy unida. Soy la primera de cuatro hermanos, mi padre es un médico retirado, quien después de su carrera médica decidió ser escritor. Es autor de novelas histórica y también escribió una biografía sobre mí, es una muestra de amor filial de la que estoy muy orgullosa.

Cuando era pequeña soñaba con ser escritora. Empecé a escribir en años muy tempranos, cuentos, poesía, pero mis publicaciones fueron a partir de los 17 años cuando me gradué del colegio. A esa edad fui editorialista en el periódico más importante de mi ciudad, fue un privilegio y esto me puso en contacto con el Periodismo. Estudié Derecho en Cuenca, hice una especialidad en Antropología y Educación en Brasil.

Tuve cuatro hijos, el segundo con Síndrome de Down, que murió muy pequeño. Se llamaba Jerónimo, y escribí con mucho dolor un libro en el que cuento la historia de él desde que estaba embarazada y lo esperaba con amor y entusiasmo, como toda madre espera a sus hijos, cuando me informan que tenía Síndrome de Down, y para mí fue muy doloroso cuando él enfermó y falleció en mis brazos y en los de mi padre. Es una historia de dolor, pero también de amor y esperanza, es como tener a mi hijo siempre presente. Fue traducido a varios idiomas.

Luego escribí un libro que se llama: Los otros Jerónimos, que son historias de otros niños especiales.

¿Piensa que el pueblo de Ecuador ya está preparado para elegir a una mujer como jefa de Estado?

Creo que Ecuador y todos los países se dan cuenta de que no pueden prescindir de las mujeres, pero todavía sigue habiendo unas dosis de machismo y eso lo seguimos viendo desde los Estados Unidos hasta otros países, entonces, todavía hay que trabajar mucho y la mujer para ser exitosa debe trabajar mucho más que el hombre.

Creo que la mujer está capacitada para ejercer el poder para participar no solo en la política sino en el liderazgo empresarial y en otras áreas, solo hay que darle la oportunidad.