¿Por qué tengo la presión alta?
En el 95% de los pacientes con hipertensión no existe una causa orgánica. La presión arterial está causada por disposiciones hereditarias y factores de riesgo externos como obesidad, estrés y consumo excesivo de alcohol y sal. Las enfermedades orgánicas o los trastornos hormonales son responsables de la hipertensión sólo en el 5% de los casos.
¿Qué consecuencias tiene la hipertensión?
La hipertensión no tratada puede producir diversos daños orgánicos (el denominado daño de los órganos diana). Corazón, cerebro, riñones, vasos sanguíneos y ojos son particularmente vulnerables.
Cuanto más alta es la presión arterial, más tiene que trabajar el corazón (es decir, el ventrículo izquierdo) para bombear la sangre a la arteria principal (aorta). En el músculo cardiaco con el tiempo se produce engrosamiento lo que se llama “corazón hipertenso”.
Es el factor de riesgo más importante del ictus o accidente cerebrovascular. Comparado con las personas con presión arterial normal, el riesgo de padecer un ictus en pacientes con hipertensión aumenta de 3 a 4 veces. La hipertensión no tratada puede causar daños a los riñones.
Sus cambios arterioescleróticos son especialmente dañinos para los vasos sanguíneos más pequeños en los riñones, que participan en el sistema de filtración renal (nefroesclerosis).
La hipertensión generalmente hace que los vasos sanguíneos se vuelvan rígidos y frágiles. Si se deposita grasa e incrustaciones en los vasos sanguíneos, se reduce su diámetro, produciendo trastornos circulatorios (arterioesclerosis). Aparte de la hipertensión, las concentraciones elevadas de colesterol, la diabetes, el tabaquismo, la obesidad, la inactividad física y el estrés también fomentan la arterioesclerosis.
¿Puedo evitarla?
Tener hábitos de vida saludable y, sobre todo, evitar el sobrepeso y la obesidad son los principales factores para prevenir la aparición de la hipertensión. Llevar una dieta sana y practicar ejercicio puede ayudar a que la población general esté exenta de sufrir esta patología. En los casos en los que en la familia haya antecedentes de hipertensión y por tanto haya una predisposición a ser hipertenso a lo largo del tiempo, este factor genético supone una llamada de atención adicional a que el paciente cuide esos hábitos de vida y vigile sus cifras de tensión arterial.
La autora asumirá en agosto la presidencia de la Sociedad Dominicana de Cardiología claudiaalmonte@hotmail.com