Primera Dama participa en misa a la virgen de La Altagracia en Nueva York
SANTO DOMINGO. La Primera Dama Cándida Montilla de Medina participó este domingo en la misa en honor de la virgen de La Altagracia, celebrada en la Catedral de San Patricio, en la ciudad de Nueva York.
Cientos de dominicanos participaron en el acto religioso que da inicio al Mes de la Herencia Cultural Dominicana, con la coordinación del Consulado Dominicano en Nueva York, que dirige Carlos Castillo.
La misa, en su versión 45, es dedicada a la ciudad de Santo Domingo. Fue oficiada a las 2:00 de la tarde (3:00 en República Dominicana) por el obispo auxiliar de Santo Domingo, monseñor Benito Ángeles.
Para la comunión, el pan y el vino fueron llevados por la Primera Dama y el cónsul Castillo. Niños y niñas con trajes típicos mostraron con orgullo su dominicanidad y llevaron ofrendas y flores para la Virgen.
Por tradición, para esta fecha, cientos de criollos se reúnen en Nueva York, veneran a la protectora espiritual del pueblo dominicano, y muestran con orgullo su dominicanidad. Este 21 de enero se celebra el Día de la Altagracia.
También, participaron, líderes de la comunidad dominicana, entre ellos el senador Adriano Espaillat, la asambleísta Carmen de la Rosa y el ex asambleísta Guillermo Linares.
Un orgullo
La Primera Dama dijo que le llena de orgullo poder compartir con la laboriosa comunidad dominicana en Nueva York este momento de profundo significado espiritual y de fe en la virgen, a quien pidió que mantenga al país y a todos sus fieles bajo su manto protector.
Visita al cardenal de Nueva York
Antes de este acto religioso, el arzobispo de Nueva York, cardenal Timothy Dolan, recibió a la Primera Dama en su residencia contigua a la catedral. Montilla de Medina estuvo acompañada del obispo auxiliar de Santo Domingo, monseñor Ramón Benito Ángeles, el embajador ante las Naciones Unidas, Francisco Cortorreal, el cónsul general Carlos Castillo y el embajador alterno Marcos Montilla.
En el encuentro, el cardenal Dolan reiteró a la Primera Dama su cariño y admiración a la comunidad dominicana. Dijo que la Iglesia necesita de la fe, pasión y compromiso que trae consigo esta comunidad cuando emigra.
Recordó las tres visitas que ha hecho al país y resaltó su belleza humana y la de sus paisajes. Espera, agregó, cumplir pronto su deseo de visitar la República Dominicana nuevamente e ir a la Basílica de Higüey.