Psiquiatra deplora que la Seguridad Social no de cobertura a las enfermedades mentales

Advierte sobre estragos devastadores abuso estimulantes sexuales

José Miguel Gómez

SANTO DOMINGO. El psiquiatra José Miguel Gómez denunció la grave situación por la que atraviesan los pacientes  con enfermedades mentales porque el régimen contributivo de la Seguridad Social le niega la cobertura de atenciones médicas y fármacos.

Al mismo tiempo advirtió sobre el peligro  de que personas de menos de 40 años combinen alcohol con estimulantes y la anfetamina para  potenciar las relaciones sexuales.

El expresidente de la Sociedad Dominicana de Psiquiatría también deploró que varios hospitales, sobre todo los ubicados en las provincias más pobres del país no cuentan con facultativo de esa especialidad.

Lamentó que pacientes afectados con esquizofrenia, demencia, alzheimer, bipolaridad, depresión y adictos a sustancias controladas no cuenten con un seguro médico que le permita mitigar los cuantiosos recursos que deben disponer para costear esos quebrantos de salud.

Sostuvo que cualquier paciente bipolar en una familia tiene un costo que oscila entre los 15 y 20 mil pesos mensual, a la vez que dijo que cualquier antipsicótico de 30 cápsulas cuesta sobre los cinco mil pesos.

"Además de esa situación, da vergüenza decir que todavía en la República Dominicana no hay una cobertura nacional de acceso a los servicios de salud mental, a tal punto que hay provincia que no tienen ni psicólogo ni psiquiatra", deploró.

Entrevistado por Héctor Herrera Cabral en el programa D´AGENDA que cada domingo se difunde por Telesistema Canal 11, el facultativo clamó por una reforma al sistema de la Seguridad Social para que se corrija esa y otras distorsiones.

Dentro de esas provincias citó a Bahoruco, Pedernales, Samaná, Dajabón y Montecristi donde las personas no cuentan con esas atenciones médicas, y por lo tanto hay una población vulnerable que necesita de servicios de salud mental que tampoco tienen acceso a los medicamentos debido a que los fármacos en psiquiatría son muy caros.

"Estamos hablando de que las personas que son más pobres, que están en línea de pobreza, y que demanden un servicio de atención en salud mental, no tienen la posibilidad de tener esa atención ni de medicamentos", precisó  Gómez.

Acotó que eso está provocando el deterioro de muchos enfermos mentales que viven deambulando por las calles, y gente que con una terapia pudieran estar llevando una vida normal, y por el contrario andan por las calles de Dios a la espera de la muerte.

Otra situación que, según el galeno, se está presentando es que las familias pobres con pacientes mentales, al no poder costearle los tratamientos y las medicinas, lo llevan al hospital psiquiátrico Padre Billini, o por el contrario lo abandonan en las calles a su suerte.

Estimulantes y anfetamina para tener sexo

Gómez reveló que personas de menos de 40 años combinan sustancias altamente peligrosas para tener sexo, como son el alcohol, los estimulantes y la anfetamina.

Explicó que esas tres sustancias son peligrosas, por los efectos devastadores que provoca en los vasos dilatadores, a nivel de la periferia y central.

"De ahí es que tu ve que las unidades de cuidados intensivos de las grandes clínicas están llenas de una población joven con problemas de infarto, accidentes cerebro-vasculares, con problemas neurológicos y muertes súbita prematuras producto del consumo de esta tríada de medicamentos que la están usando de manera irresponsable", precisó el expresidente de la Sociedad Dominicana de Psiquiatría.

Lamentó que el Estado en vez de fomentar programas educativos, abandona su responsabilidad al no regularizar una publicidad indiscriminada que se pasa a toda hora del día, motivando a consumir esos fármacos que se venden hasta a nivel de colmado sin ninguna prescripción médica.

Advirtió a quienes se han hecho adictos a los estimulantes sexuales de que se exponen, además de las enfermedades antes señaladas, a ser afectados por la disfunción eréctil, lo que se conoce comúnmente como impotente sexual.