Sistema de drenaje sanitario en el Ensanche La Fe está colapsado

Residentes en el ensanche La Fe padecen desde hace años un problema que afecta su calidad de vida y la salud, como lo es el colapsado sistema de drenaje sanitario que cada cierto tiempo se torna insoportable.

Este sector construido a inicios de los años 1940, con una población de unas 150 familias, ahora tiene más de 2,000 en el mismo espacio y con el mismo sistema sanitario. Las tuberías de asbesto tienen un diámetro que para la población actual resulta insuficiente, por lo que en cualquier lugar revienta y lanza la materia fecal hacia la superficie.

Ramón Cruz Morel, presidente de la Junta de Vecinos del Ensanche La Fe desde hace más de 20 años, cuenta que se trata de un problema serio que afecta directamente a las familias residentes en ese sector.

Propone la sustitución de las tuberías por una de mayor diámetro a fin de que el problema sea solucionado y se eliminen los malos olores y la contaminación en algunas de las calles del barrio.

“Todo el drenaje sanitario de las calles José Ortega y Gasett, San Martín, Pedro Livio Cedeño y Máximo Gómez descargan en esta calle, la Juan Alejandro Ibarra, y cuando está entaponada todo se devuelve para atrás porque aquí confluyen todo en esta pendiente”, detalló.

El dirigente comunitario dijo que han hecho muchas reuniones y que el director de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD), Alejandro Montás, ha enviado emisarios que los escuchan y toman notas, pero no pasa más nada.

“Es una obra de Estado que hay que invertir para hacer un cambio general de tuberías sanitarias, el sistema sanitario hay que cambiarlo por completo. El mal olor invade y la gente no encuentra qué hacer y algunos han tendido que romper las calles ya reparadas para que salga la materia fecal”, dijo el dirigente comunitario.

Uno de los más sufridos es el comerciante Vinicio Domínguez, que tiene un colmado en la calle Francisco Villaespesa. Frente a su negocio tres o cuatro veces al año explota la tubería y brota a borbotones agua cloacal, lo que afecta a los compradores de su negocio y a los residentes.

Para contribuir con la solución del problema contacta con la CAASD, que en ocasiones envía brigadas y mejoran la situación, pero otras veces tiene que pagar a particulares de sus propios bolsillos para destapar el sistema.

Cuenta que es un problema serio de salud y que para evitar que la situación empeore hay que echar agua con mucha frecuencia, pero no deja de hablar una realidad: el aporte que hacen muchos moradores para agravar el problema.

“El problema es grave porque la tubería por tiempo se llena y por algún lado revienta, se ha cambiado el tubo en esta parte, pero el otro es muy estrecho y se tapa mucho, además la gente es muy inconsciente cuando entran la cinta en el tubo a veces sacan hasta pantaloncillos”, sostiene el comerciante.

En la CAASD están conscientes del problema, pero que para solucionarlo se requiere de recursos que no están presupuestados.