"Wwoofers", la tribu verde

Una wwoofer avanza hacia la granja donde sirve como voluntaria.

Trabajadores voluntarios que realizan su actividad a cambio de comida, alojamiento y enseñanza en granjas ecológicas repartidas por todo el mundo donde aprenden a trabajar la tierra y a respetar el medio ambiente. Son los "wwoofers", la nueva tribu verde. Por Daniel Galilea/EFE Reportajes

"Wwoof es un voluntariado en granjas y entornos ecológicos, una ayuda para que otros desarrollen sus proyectos ecológicos relacionados con la producción de alimentos y el desarrollo rural sostenible, y una fuente de experiencias rurales y conocimiento para los voluntarios", señala a Efe, Chemi Peña, coordinador de Wwoof España, que organiza la oferta de granjas que aceptan ayuda voluntaria y la demanda de "wwoofers".

"Wwoof" es también una red mundial, creada en 1971 en Inglaterra (www.wwoof.net), e integrada por asociaciones de diferentes países que colaboran entre sí. Su objetivo es servir de nexo entre los voluntarios que desean experimentar y ayudar en un entorno rural a granjeros que trabajan principalmente con métodos ecológicos y sostenibles. En general, los voluntarios trabajan a cambio de alojamiento, alimentación y aprendizaje.

Los voluntarios, que trabajan la tierra sin compensación económica ni de otros bienes, se autodenominan "wwoofers", palabra derivada de las siglas en inglés de "Willing Workers On Organic Farms" (Wwoof), que puede traducirse como "trabajadores voluntarios en granjas ecológicas".

Peña aclara que la idea del 'wwoofing' no es una simple manera de viajar barato, ya que "Wwoof no promociona viajar por viajar o un turismo de placer, sino una alternativa práctica de vida ecológica en una granja en la que se desarrollen actividades sostenibles típicas, en un entorno rural".

Entre estas tareas figuran la producción agrícola y ganadera ecológicas, el cuidado del entorno y el medio ambiente, las técnicas de bioconstrucción, la utilización de energía renovable y el desarrollo de la sostenibilidad, según Peña.

"El 'wwoofing' ayuda a las personas que ya tienen su proyecto alternativo en marcha mediante voluntarios que desean aprender y participar" en dicha iniciativa y "pone en contacto granjas y wwoofers, ayudando a crear relaciones entre ellos", añade.

El coordinador explica que "los 'wwoofers' acceden a la lista nacional de granjas Wwoof y eligen el proyecto en el que desean participar, poniéndose en contacto con los granjeros para ver la disponibilidad y concretar la dinámica de la ayuda. Así, la granjera o granjero reciben ayuda, a la vez que enseñan a los voluntarios y trabajan y comparten su entorno con ellos y ellas".

Una jornada habitual

Respecto de como es un día típico de un voluntario, Peña señala que "en cada granja es diferente y depende también de la temporada y situación geográfica, aunque en un día normal se comparten las comidas, unas cuatro a seis horas diarias de ayuda práctica y el resto es tiempo libre para disfrutar del entorno y la estancia con quienes viven allí". Todos los trabajos realizados son ecológicos, ya sea "en el huerto, mantenimiento del bosque, jardines, cuidado de animales, etc, porque el trabajo en la tierra y en un entorno natural aporta un equilibrio que en la ciudad se ha perdido".

Respecto de cuál es el perfil de los voluntarios, explica que es variado porque "desde los 18 años en adelante se puede ser un wwoofer, con tal de tener una condición física que permita ayudar en las tareas necesarias".

Peña es categórico al afirmar: "La experiencia que se gana en el 'wwoofing' puede llegar a transformar la vida a una persona, al menos su apreciación de lo que es vivir en y del campo, ya que es una inmersión en un estilo de vida muy diferente al que se vive habitualmente en las ciudades".

Respeto al medio ambiente

"Si bien hay 'wwoofers reincidentes', e incluso 'nómadas', normalmente lo son durante un periodo, hasta que finalmente vuelven a su vida habitual… o se quedan en el campo definitivamente", explica el coordinador.

Acerca del trabajo, Peña señala que aunque "no hay reglas ni normas fijas, en el cuidado de la tierra, producción de alimentos, pasando por el mantenimiento de las construcciones, el entorno y el uso de los recursos, se debe utilizar un enfoque ecológico y sostenible, respetuoso con el medio ambiente y con las personas".

"Ha costado esfuerzo colaborar conjuntamente, pero finalmente en 2013 se ha creado la Federación de Organizaciones Wwoof (FoWO) que ha despegado con más de cuarenta países adheridos y aún avanza tímidamente", anuncia Peña.

En España existen unas 300 granjas, y en Portugal, más de 100. "En América existe una mezcla de organizaciones nacionales y además hay una subagrupación para Latinoamérica que agrupa también a aquéllos países que aún no tienen una organización Wwoof propia", señala Peña.

Todos los trabajos realizados son ecológicos, ya sea en el huerto, mantenimiento del bosque, jardines, etc.