LeBron James en perspectiva
SANTO DOMINGO. Luego de que los Cleveland Cavaliers dominaran a los Boston Celtics 117-104 en el primer partido de la Final por la Conferencia Este del 2017, la reacción ante los medios de LeBron James fue decir “aunque ganamos, no estuvimos en nuestra mejor forma; podemos ejecutar mejor nuestro plan”.
Esto puede sonar exagerado viniendo de alguien que acababa de anotar 38 puntos con 9 rebotes, 7 asistencias y 2 robos de balón; ayudando a su equipo ganar por ¡13 puntos! Sin embargo, esto pone de manifiesto el nivel de excelencia que James exige de su equipo y de sí mismo. La meta del delantero de los Cavaliers no es simplemente ganar, es ser el mejor.
En la rueda de prensa post-juego, el entrenador en jefe de los Celtics, Brad Stevens, declaró: “es increíble, pero desde que yo entré a la NBA (2013), Lebron ha mejorado su juego. Está jugando mucho mejor. Yo pensaba que eso no era posible.”
A los 32 años, a una edad en la cual la mayoría de los jugadores de la NBA están en su declive, James ha podido elevar su juego a niveles extraordinarios. En esta post-temporada del 2016/2017, en 13 encuentros, LeBron promedia números impresionantes por partido: 41 minutos, 32.5 puntos, 8.0 rebotes, 7.0 asistencias, 1.4 tapas, 2.2 robos, 57% en tiros de campo y 42% en tiros de 3.
A los 32 años en la temporada 1995/1996, el gran Michael Jordan, considerado por la mayoría de los analistas deportivos como el mejor de todos los tiempos, promedió: 40 minutos, 30.7 puntos, 4.9 rebotes, 4.1 asistencias, 0.3 tapas, 1.8 robos, 46% en tiros de campo y 40% en tiros de 3 en 18 partidos. La mejor post-temporada de Jordan ocurrió en la temporada 1991/1992 a los 28 años con promedios de: 42 minutos, 34.5 puntos, 6.2 rebotes, 5.8 asistencias, 0.7 tapas, 2.0 robos, 50% en tiros de campo y 39% en tiros de 3 en 22 partidos.
Lo asombroso de James es cómo su estilo de juego se ha adaptado a través de los años y cómo sigue mejorando temporada tras temporada a pesar de todos los minutos jugados; más de 50,000 en su carrera, superando el total de la carrera de Jordan. Si dividimos su carrera en tres etapas (inicios con los Cavaliers, era de Miami y regreso a Cleveland), estos son los números durante la temporada regular:
Esencialmente, James ha podido mantener promedios constantes de 25+ puntos, 7+ rebotes y 7+ asistencias durante 14 temporadas consecutivas. Esto ha sido posible aun jugando menos minutos por juego (36) que al principio de su carrera (40+); gracias a una mayor eficiencia en su juego. Sus porcentajes de tiros de campo y tiros de 3 han mejorado de 47% y 33% (2003-2010) a 52% y 34% (2014 a la fecha), respectivamente.
Este año ha representado probablemente la temporada más completa y eficaz de su carrera, a pesar de haber terminado sólo cuarto en la votación por el premio al Jugador Más Valioso. En la temporada regular 2016/2017, James alcanzó encestar 55% de sus tiros de campo y 36% de 3. Más importante aun, el #23 de Cleveland ha sabido maximizar la construcción del roster de su equipo, liderando a sus compañeros a jugar a niveles ofensivos asombrosos. Durante 13 partidos en la post-temporada, el equipo tiene récord de 12-1 y ha anotado un promedio de 116 puntos por juego.
La gerencia de los Cavaliers ha rodeado a James de tiradores acertados de larga distancia como lo son Kyle Korver, J.R. Smith, Kevin Love, Iman Shumpert y Channing Frye, lo cual ha permitido al mejor jugador del mundo penetrar hacia el canasto sin reservas. Si el equipo contrario decide enviar dos jugadores a defender la penetración, LeBron tiene la opción de pasar la pelota a un compañero completamente despejado en la línea de 3.
Como una alternativa, le puede entregar el balón al estelar Kyrie Irving, quién es un experto en crear su propio tiro acertado bajo las peores circunstancias. En el caso de que el contrincante de Cleveland decida retar a LeBron y no enviar ayuda, el partido se le puede ir de la mano en cuestión de minutos. Cuando James establece territorio cerca del aro, no hay defensa capaz de detenerlo.
LeBron James ha aterrorizado a la Conferencia del Este por más de una década. El próximo 1 de junio el delantero estará jugando en su octava final en las últimas 11 temporadas y su séptima consecutiva, algo que no ocurre desde la dinastía de los Boston Celtics de Red Auerbach y Bill Russell en los años 50 y 60.
Los críticos pueden resaltar la débil competencia en el Este y un récord modesto de 3-4 en las Finales de James. Sin embargo, no podemos ignorar el extraordinario nivel de preparación y acondicionamiento que requiere mantener la excelencia por tantos años consecutivos. También debemos destacar que lo ha logrado en dos equipos con filosofías totalmente distintas (Miami vs. Cleveland), 3 entrenadores en jefe y 3 gerentes generales. La única constante en esos 8 viajes a las finales para las dos franquicias ha sido LeBron James.
Como si fuera poco, en los últimos tres años, James y los Cavaliers han tenido que enfrentar en las finales a los Golden State Warriors; un equipo que ganó el campeonato en el 2015, rompió el récord de más victorias en una temporada regular en el 2016 y adquirió a Kevin Durant para esta temporada, Jugador Más Valioso del 2014 y unos de los tres mejores jugadores del mundo en la actualidad. Los anillos no se compran, se ganan en la cancha. No hay nadie que tenga eso más claro que LeBron James, quien se prepara y mejora año tras año para poner a su equipo en una posición para batallar por el campeonato.
Gane o pierda en las finales de este año, LeBron merece estar en la conversación de los mejores jugadores en la historia de la NBA. Sus números hablan por sí solos, sus logros no se pueden ignorar y sus compañeros y ex-compañeros admiran su estilo de juego dadivoso y como hace a todos en la cancha mejor.
Muchos críticos apelan a su deferencia en los momentos de elevada presión, como en el partido 7 de las finales del año pasado cuando le entregó la pelota a Kyrie Irving para que lanzara el tiro ganador: “Jordan nunca hubiera pasado el balón en ese momento” o “Michael hubiera lanzado y encestado ese tiro final”. No obstante, lo que debemos es apreciar que LeBron es un distinto tipo de jugador con un entendimiento tan superior del baloncesto que reconoce sus debilidades y siempre realiza la mejor jugada en cada momento, aunque eso signifique ceder la pelota en el instante más crucial de un partido.
No hay duda de que LeBron está enfocado en superar a Michael Jordan. Es lo que lo motiva para superarse cada año y continuar excediendo las expectativas a pesar de todo lo que ha logrado y todo el dinero que hecho jugando baloncesto. Es lo que lo mantiene “hambriento”.
Aun así, las comparaciones muchas veces son injustas, especialmente cuando se trata del gran Michael Jordan, una persona que cautivó a toda una generación y los gravitó hacia el baloncesto y la NBA. Como el mismo James concluye: “El hecho de siempre tratar de comparar a jugadores actuales con jugadores activos o retirados, es algo bueno para conversaciones de barberías, pero no para mí. Yo sólo estoy tratando de establecer mi marca en el juego y dejar un legado para inspirar a la próxima generación a jugar de la manera correcta”. Como fanáticos del baloncesto debemos dejar las comparaciones a un lado y simplemente apreciar la grandeza de uno de los mejores en la historia.
Colaboración de Diego L. Mera Fernández
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