Edward y Marrero pilares del softbol molinete con El Manicero y Toshiba
SANTO DOMINGO. El softbol en el Distrito Nacional tiene un antes y un después a partir del surgimiento de los Astroboys de Toshiba, El Manicero, Soldaduras Universal, Colchón Kings y los Caimanes de la Coca-Cola.
Esos equipos tuvo su héroe y su ídolo, seguido y aclamado por cientos de fanáticos que les seguían en sus enfrentamientos en los estadios de esta capital y el interior del país.
Aquellos héroes e ídolos por una razón u otra, hoy solo lo recuerdan sus familiares y amigos cercanos, pese a que fueron figuras céntricas del softbol local y además tuvieron presencia en eventos regionales a nivel internacional, donde acumularon méritos para ser parte del Pabellón de los Inmortales.
Astroboys de Toshiba y el Manicero tuvieron en Salvador Marrero y el doctor Julio Edward dos lanzadores que se inscriben en estos conceptos y como todo pitcher necesita un receptor para combinar batería, José Luis Saint-Clare, (Mañé), forma parte de esa élite, del excelente softbol que se jugó en esos tiempos, jugando en la receptoría de los Astroboys.
Cuando revisamos las crónicas de la época vemos que ellos eran los dueños de los titulares en las victorias de sus equipos y siguen siendo referente común debido a que ninguno de los tres ha logrado trascender hasta llevar a la inmortalidad.
Julio Edward
Oriundo del béisbol, donde tuvo la oportunidad de firmar para el profesionalismo, pero prefirió continuar sus estudios universitario, Julio Edward logra presencia como pitcher de El Manicero, junto a los Astroboys de Toshiba, los equipos más contendores y de mayor fanaticada en el softbol capitalino. Se apodera de uno de los espacios en el cuerpo monticular del conjunto, auspiciado por la Sociedad Industrial Dominicana hoy Mercasid.
Desde el 1978 está en el seleccionado nacional hasta los Juegos Centroamericanos y del Caribe que tienen como sede la ciudad de Santiago de los Caballeros.
En el 1972 se gradúa como médico y comparte su profesión con el softbol, deportes que afirma le ha permitido “ampliar las relaciones amistosas, pese al nivel de competencia que se mostraba en ese entonces”.
La fanaticada del ensanche La Fe donde está el estadio de ese conjunto, fue testigo de la actuación monticular de Edward frente a los Astroboys, Los Cajuiles de La Romana, Arrocera Patria de Sánchez-Samaná, El Casino de Santiago, Colchón King y Soldaduras Universal de Santo Domingo.
Julito Edward rememora un juego perfecto que tiró frente al entonces fuerte equipo de Curazao, que se decidió con jonrón conectado por Diógenes –El Ñiño- Belliard y que finalizó 1-0.
Salvador Marrero
Con sobrados méritos para la inmortalidad, estelar lanzador y luego entrenador de nuevas generaciones, quien fuera cabeza monticular con los Astroboys de Toshiba, labora como administrador del club para empleados de Radiocentro, empresa auspiciadora del conjunto.
Al igual que la mayoría de softbolistas del país, se inicia en el béisbol. En 1974 inició su destino en el softbol, cuando tenía 27 años. Se convirtió rápidamente en un lanzador dominante, explicó que de inmediato comenzó a llegarle la fama. Se retiró en 1992.
Recuerda que en el mundial de Tacoma/Washington fuel el único lanzador ganador por República Dominicana que finalizó con récord negativo de 3-1. Ese triunfo fue frente al conjunto de Isla Vírgenes uno de los equipos más contendores del torneo.
Duró 18 años en el seleccionado nacional como lanzador principal, en lo que participó en los Juegos Centroamericanos y del Caribe celebrado en México, Colombia, Puerto Rico.
Su estelaridad como lanzador la muestra en el torneo Centroamericano y del Caribe celebrado en el estadio Quisqueya de República, donde la fanaticada quisqueyana aprecia por primera el repertorio monticular frente a equipos de Panamá, Venezuela, Cuba, Puerto Rico, Bahamas. México, El Salvador e Isla Vírgenes.
El equipo dominicano con Marrero como estelar, gana invicto la Serie regular, pero pierde en la final de Panamá, el equipo de mayor desarrollo en el área en la época.
Marrero refiere con orgullo la victoria lograda en ese certamen frente a México y el estelar del área Tito Florencia. El partido finalizó una vuelta a cero y recuerda que la carrera dominicana la anotó Iván Crispín, quien llegó a la inicial por error en un toque, se robó segunda y con tiro malo avanzó a tercera desde anotó por un wild-pitch.
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