El Rally Dakar 2017 cerró su fiesta en Buenos Aires, con niños, color y calor

Eduard Nikolaev (c) festeja su primer puesto en la categoría Camiones del Rally Dakar 2017 junto a sus copilotos Evgeny Yakivlev y Vladimir Rybakov el sábado 14 de enero de 2017, en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). (EFE/Juan Ignacio Roncoroni)

BUENOS AIRES. Argentina. Una multitud de fanáticos recibe embelesada a los pilotos que arriban a la meta de la trigésimo novena edición del rally Dakar 2017, que terminó el sábado su recorrido en Buenos Aires, tras pasar por Paraguay y Bolivia.

Aunque el caucho quemado se conjuga con más de 30 grados de temperatura, la gente se agolpa desde las 2 de la tarde en la Avenida del Libertador, una ancha arteria de la zona norte de la capital argentina.

La multitud se divide entre fanáticos de la competencia, que portan carteles y remeras alusivas, y los ocasionales curiosos, que hacen de la llegada del noveno Dakar sudamericano su paseo al aire libre en un sábado de verano.

En medio de la temporada estival en la que muchos partieron de vacaciones, la aparición de un espectáculo gratuito de tamaña magnitud es una atracción para los niños y un alivio para los golpeados bolsillos de aquellos que no pudieron pagarse un descanso, en momentos en que Argentina se encuentra en recesión.

Hay calor y color cuando Marcos Quispe, un boliviano de La Paz de 34 años, empuña un cartel en homenaje a los “pilotos latinoamericanos”, mientras su hijo, Samuel, de seis, mira como un poseso pasar a Rudolf Lhotsky, un piloto checo que terminó en el puesto 82 de las motos.