Río sella la paz con Australia y corre para arreglar caos en Villa Olímpica

RÍO DE JANEIRO, Brasil. Las llaves de la ciudad y una disculpa a cambio de un canguro de peluche: el alcalde de Rio de Janeiro pidió excusas el miércoles a Australia y admitió problemas en la Villa Olímpica, donde más de 600 obreros trabajan día y noche para dejarla lista de una vez por todas.

Tuberías tapadas, cables sueltos, un fuerte un olor a gas, además de polvo, basura y escombros, fue lo que encontró la delegación de Australia al abrir la puerta de su edificio en la Villa Olímpica a poco más de 10 días de los Juegos (5-21 de agosto).

La jefa de la delegación, Kitty Chiller, declaró el alojamiento “inhabitable” y se dedicó a procurar de urgencia apartamentos alternativos.

“Reconozco los problemas que enfrentaron. Quería venir aquí a ofrecerles una disculpa formal”, reconoció este miércoles el alcalde de Rio, Eduardo Paes, al entregar a Chiller las llaves de la ciudad.

En el medio de la polémica, Paes señaló que si era necesario pondría un canguro en la puerta del edificio de la delegación oceánica para que se sintieran como en casa.

El comentario no causó gracia a los australianos, que dijeron precisar fontaneros para reparar las inundaciones en sus apartamentos, no canguros.