Tony Gwynn piensa en sus inicios en GL

Homenaje. Gwynn, en su discurso, honrará a varios de los miembros que estarán sentados en el podio

Tony Gwynn
SAN DIEGO. A medida que se acerca su inmortalización el fin de semana en el Salón de la Fama, Tony Gwynn piensa más en sus inicios en el béisbol y las lecciones de las leyendas del pasado.

El ex astro de los Padres de San Diego, cuyo swing zurdo le hizo uno de los mejores bateadores en la historia de las Grandes Ligas, es además uno de sus jugadores más humildes.

"Pienso que la magnitud de esto me está golpeando ahora, porque todas las noches me cuesta trabajo dormir, y todos los días tengo que escribir algo", dijo Gwynn. "Yo tengo muchas ganas de que llegue ese día, pero también me muero de miedo".

Su recorrido de orientación por Cooperstown, donde está el Salón de la Fama, hace varias semanas, le dio una idea de en lo que se está metiendo.

Allí vio el guante de Jackie Robinson, sostuvo el bate de Babe Ruth, leyó la placa en honor a Walter Johnson.

"Sí, me hubiese gustado haber jugado contra él o Babe Ruth o cualquiera de ellos", dijo Gwynn, que se ganó su puesto en la historia con 3.141 hits, ocho coronas de bateo y un promedio de .388 en 20 campañas, todas con los Padres.