“A veces el populismo ayuda a generar ciertas transformaciones”
El exsecretario de la CEPAL no ve un riesgo populista en la República Dominicana, pero advierte que lo que ocurre en el mundo es una señal de alerta
SANTO DOMINGO. José Luis Machinea, ex secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), advierte que la irrupción del populismo en el mundo es una señal de alerta sobre una deficiente redistribución de la riqueza por parte de los países.
“Cuando no se dan respuestas en términos de redistribución de riquezas o de repartir los frutos del crecimiento, puede haber reacciones de este tipo”, dijo Machinea, quien hablará de la economía y los nuevos populismos de América Latina y Europa en el marco del coloquio “Crisis y desafíos de la democracia representativa: miradas cruzadas Europa-América Latina”, a desarrollarse este martes 14 y miércoles 15, organizado por la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode).
El ex secretario de la CEPAL advierte que no ve riesgos de populismo en República Dominicana, si bien asume que el alto crecimiento económico que ha registrado el país contrasta con limitadas mejoras en la redistribución del ingreso, un asunto que se ha reproducido en toda la región latinoamericana.
—¿Son más efectivos los populismos actuales?
Si. La pregunta es por qué. Yo creo que por dos motivos. Uno es porque la región, al menos América del Sur, disfrutó de los mejores términos de intercambio de su historia y, por lo tanto, esto implica mayores recursos fiscales, más alivio en el sector externo y eso hace que las políticas de expansión de la demanda sean más sostenibles en el tiempo. Y la segunda creo que tiene que ver con que los países de América Latina, no todos, han aprendido de las experiencias del pasado y saben que ciertas políticas terminan en crisis. Esa combinación de mayores recursos y de aprendizaje del pasado llevó a que algunos populismos de la región terminaran en dificultades, pero no necesariamente en crisis.
—Algunos suelen señalar que el populismo de izquierda está bien, pero el de derecha ya no, aunque ambos parten de la misma raíz, del uso de la figura del pueblo...
Exactamente. Es el pueblo y el otro, y ese otro pueden ser las corporaciones, la prensa, el imperialismo, dependiendo de quién sea el enemigo. Por ejemplo, entre los populismos en Europa ahora el enemigo es la inmigración, la Unión Europea. Uno puede pensar que el populismo, dentro de ciertos límites, puede ser una manera de generar ciertos cambios sociales. El populismo de los años 40 de Perón, en Argentina, lo que hizo fue incorporar a un sector de la población, y eso fue importante. A veces el populismo ayuda a generar ciertas transformaciones en sociedades muy conservadoras. El problema es que a veces, en la medida en que se sienten representantes del pueblo y el pueblo nunca se equivoca, entonces hay un sesgo a ser muy duro con la oposición. En algún caso se llega a ser muy autoritario y eso ha pasado en muchos casos en América Latina. Uno podría llegar a decir que cierta dosis de populismo es funcional a la transformación, pero acarrea muchos riesgos porque se obvian elementos de la democracia republicana.
—¿Encaja Donald Trump en el molde populista?
Si. Creo que es populismo. Decía recién que tenemos populismos más bien de izquierda en América Latina y populismos un poco más de derecha en Europa. Trump es populismo de derecha, puro y duro, porque tiene todo ese peso xenofóbico, tiene elementos contra ciertas religiones y una visión digamos que especial sobre las mujeres, y eso lo pone en un ámbito parecido a algunos populismos que vemos en Europa, pero tiene algo más. Se parece ya al populismo de derecha más latinoamericano, porque al mismo tiempo baja los impuestos a las grandes corporaciones y tiene el punto nacionalista de cerrar la economía. Así que yo no tengo dudas de que es un populismo, y como cualquier populismo tiene los riesgos de caer en el autoritarismo. No es el caso hasta ahora. En el discurso puede serlo, pero no en los hechos. Se respetan, por ahora, los fallos de la justicia o si hay un revés en el Congreso no hay muestras de que vaya a actuar en contra de eso.
—¿Se podría rescatar algo positivo de Trump, quizás un discurso de dar espacio a sectores marginados?
Lo que hay que reconocer de Trump y otros populismos es por qué aparecen, y lo que hay detrás es una respuesta a una realidad y esa realidad es que ciertos sectores se han sentido marginados del proceso de desarrollo, fruto del cambio tecnológico. No ha habido compensación de ningún tipo para esos sectores, entonces eso está mostrando una situación que debe atenderse, porque lo que ha pasado en Estados Unidos es que la distribución del ingreso ha empeorado en los últimos 30 o 40 años de una manera extraordinaria. O uno trata de dar solución dentro del sistema, de una globalización o de un capitalismo amigable con el resto del mundo, o finalmente aparecen reacciones de este tipo, y puede pasar eso en Francia, o lo hemos visto en Gran Bretaña con el Brexit. Los populismos son reacciones a realidades complicadas del mundo, donde la distribución del ingreso ha empeorado. Es una realidad. O se atiende de alguna manera o pasan estas cosas.
—Justo habla de la redistribución del ingreso, que es un asunto cuestionado por algunos en la República Dominicana, que ha registrado altas tasas de crecimiento económico...
Me cuesta opinar de República Dominicana porque no sé muy bien la coyuntura actual, pero me parecería extraño hasta donde yo conozco. Me parece que ha habido mucho crecimiento, que ha habido poca quizás redistribución del ingreso. Yo no veo riesgos, pero lo que estamos viendo en el mundo es una señal de alerta. Finalmente, cuando no se dan respuestas en términos de redistribución del ingreso, puede haber reacciones de este tipo.
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