El extraño período en el que las compras de arroz rompieron récords

Se autorizó la importación de 4.7 millones de quintales en el 2024

Esto afectó al productor local a mediados de este año, asegura Fenarroz

Venta de arroz al detalle. (Diario Libre/Neal Cruz)

El arroz es el cereal más consumido por los dominicanos; el más preciado dentro de la canasta básica familiar y uno de los rubros agrícolas que exhibe una autosuficiencia de hasta 106 % para satisfacer la demanda nacional. Esto ha permitido mantener unos volúmenes de importación mínimos, de poco más de medio millón de quintales, en casi 20 años.

Sin embargo, el 2024 rompió todos los récords: el Gobierno autorizó la compra de arroz extranjero más alta en décadas, a la vez que tomaba medidas para evitar las repercusiones en el mercado local de un cereal libre de aranceles como lo dispone el Tratado de Libre Comercio entre la República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos (DR-Cafta).

Más de 4.7 millones de quintales de arroz –comprados, en su mayoría, a naciones fuera del DR-Cafta– llegaron a la República Dominicana en el año pasado, totalizando 152.6 millones de dólares, siendo la compra más significativa de un cereal cuyas importaciones  habían promediado los 17.2 millones de dólares anuales entre el 2005 y el 2023, según los datos de la Dirección General de Aduanas (DGA) y el Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM).

Ni siquiera en este año se ha comprado tanto arroz como en el pasado. Hasta noviembre del 2025, Aduanas registró el ingreso de 473,622 quintales, valorados en unos 14.7 millones de quintales, un 87.5 % menos que los volúmenes ingresados en enero-noviembre del 2024, de 118 millones de dólares.

Precios estables en la temporada navideña

Para este diciembre, la Federación Dominicana de Comerciantes aseguró precios estables en el sector comercial.Garantizó que el precio del arroz en el mercado detallista estará entre 35 y 38 pesos la libra, mientras que el arroz selecto tipo Jaragua se estará vendiendo a 32 pesos la libra.

El acuerdo antes que el decreto

El 12 de julio del 2024, el Ministerio de Agricultura y la Asociación Dominicana de Factorías de Arroz (Adofa) suscribieron un memorando de entendimiento.

Este acuerdo autorizó la importación de 100,000 toneladas de arroz blanco (equivalentes a 2,205,000 quintales), cantidades adicionales a las 50,000 toneladas (1,100,000 quintales) ya aprobadas en la resolución 02-2024 de la Comisión Nacional Arrocera (CONA).

Cinco meses antes de que el presidente de la República, Luis Abinader, aprobara la colocación de un tope a las importaciones del arroz como estrategia interna frente al posible impacto de la tasa cero del DR-Cafta, este acuerdo ya había aprobado el ingreso de 3,305,000 quintales totalmente libre de aranceles desde la fecha de su suscripción hasta el 31 de marzo del 2025, estimando el 80 % de las asignaciones a las industrias y el 20 % a los comerciantes.

Ese año cerró con una producción nacional de poco más de 14 millones de quintales, un aumento de 3.5 % frente a los 13.5 millones cosechados en 2023, según el Ministerio de Agricultura. ¿Para qué necesitaría el país tanto arroz si la producción seguía en crecimiento?

El director ejecutivo de Adofa, Heraldo Suero, atribuyó estas cantidades a “un inusual pico en el consumo aparente” que disparó la demanda, en un contexto en el que las industrias arroceras reportaban “un bajo inventario”, a lo que se sumaron disturbios tropicales que afectaron la cantidad y calidad del grano durante ese período.

Indicó que el aumento del consumo en este producto es atribuible a factores como el alza en la llegada de turistas, una mayor demanda a través del comercio informal con Haití –principal país al que se exporta arroz dominicano– y a un mayor consumo interno.

“Con las importaciones del año pasado se logró el inventario de seguridad o reserva estratégica que el país necesitaba”, aseveró, tras indicar que la política arrocera nacional está orientada a priorizar la producción. “La intención es siempre llevar a cero la importación”, enfatizó Suero.

Consumo aparente y más compras

Este pico en el consumo aparente no se aprecia en las estimaciones oficiales. Para el 2024, Agricultura había proyectado un consumo de 14.7 millones de quintales, apenas 4.8 % más que los 14.1 millones del año pasado, en el que la importación fuera de solo 495,731 quintales.

Aún así, al país habrían terminado ingresando  213,000 toneladas –63,000 más que las 150,000 toneladas suscritas en ese momento–, aseguró el presidente de la Federación Nacional de Productores de Arroz (Fenarroz), Marcelo Reyes, quien consideró este ingreso como un incumplimiento del acuerdo, que también sostenía una distribución de las importaciones entre industriales y comerciantes que tampoco se respetó.

“Se trajo arroz a tasa cero de diferentes lugares a precios muy baratos, generando daño al mercado local", aseguró.

El presidente de la Federación Dominicana de Comerciantes, Iván García, dijo que su gremio –que agrupa 2,300 supermercados– no participó de las importaciones del año pasado debido a que, en la práctica, solo le ofrecieron unas 75 toneladas. 

“Eso es nada, el arroz no conviene comprarlo así. Nosotros, como sector comercio, no participamos en las importaciones de arroz del 2024”, zanjó.

Aunque Aduanas registra importaciones de sólo 4.4 millones de dólares realizadas dentro del DR-Cafta, los datos del Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM) señalan que el 33.5 % del arroz importado (1,468,770 quintales) provino de Estados Unidos, seguido de países como:

  • Brasil, con un 18.9 % (848,500)
  • Guyana, con un 17.5 % (862,569)
  • Tailandia, con 16.2 % (895,181)
  • Uruguay, con el 6.97 % (305,451 quintales).

Impacto al productor

Las importaciones de arroz cumplen con la función esencial de complementar lo que se necesita para satisfacer el consumo, incrementar las reservas locales y diversificar la oferta en el mercado con variedades aromáticas que no se siembran localmente.

De unos 14 millones de quintales producidos en el país, el 10 % –1.4 millones– es arroz puntilla, por lo que la producción real queda en unos 12.6 millones, por debajo de un consumo aparente que promedia los 13.2 millones de quintales.

Sin embargo, las factorías deben asegurar reservas de hasta tres meses para responder ante cualquier disparo de la demanda o caída de la producción, sobre todo durante la segunda cosecha, que inicia a partir de julio y tiende a ser de menor calidad por su mayor vulnerabilidad a los cambios de temperatura.

Estas importaciones son autorizadas a través de la Comisión Nacional Arrocera.

Si las factorías están suficientemente abastecidas del cereal, su demanda disminuye en detrimento de los productores, que se ven con un exceso de oferta que no pueden procesar ni almacenar.

El presidente de Fenarroz alega que los productores fueron “muy maltratados” debido a esas importaciones en un contexto en el que el costo de producción por tarea ha incrementado a 9,200 pesos debido al alza en los fertilizantes.

Indica que estas compras deprimieron los precios al momento de negociar con los molineros y motivó las quejas de los productores durante julio de este año.

Sin embargo, el director ejecutivo de Adofa considera que estos reclamos vinieron de una minoría que intentó “politizar” el tema. “Todo el mundo sabe que en julio, agosto, septiembre, todos los arroces tienen temas de calidad; eso se compensa muy bien en octubre y noviembre, y el sector termina feliz haciendo negocios”, insistió Suero.

Aún así, la importación de 4.7 millones de quintales representa alrededor de cinco meses de reservas, observó García. Y es que al sumar lo importado con lo producido, se trata de 18.7 millones de quintales de arroz en existencias.

“En la historia del país nunca se habían importado casi cinco millones de quintales de arroz en un año”, aseveró.

2025: un año bajo condiciones distintas

El presidente de Adofa sostuvo que este año presentó condiciones muy distintas a las del año pasado. Actualmente, las factorías cuentan con un inventaron de 7.4 millones de quintales de arroz de los cuales, asegura, son de producción nacional.

“Este fue un año robusto: se empezó con buen inventario, no hubo grandes temas del clima, hubo una disminución del consumo, quizás, asociada a la baja en la migración haitiana… todo eso lleva a la conclusión de que no hubo necesidad de importar”, explicó, tras indicar que el país volvió al consumo regular tras la demanda inusual del año pasado.

Tanto García como Reyes coinciden en que el arancel del 99 % aplicado mediante el Decreto 693-24 ha surtido efecto para evitar mayores volúmenes de importación a cero arancel mediante el DR-Cafta.

“A menos que se declare un desabasto, no puede ni debe entrar arroz al país del DR-Cafta, ni nada. Solamente las 23,300 toneladas aprobadas en ese decreto”, apuntó Reyes.

El viernes pasado, el ministro de Agricultura, Limber Cruz, sostuvo una reunión con la Comisión Nacional Arrocera, en la que se revisaron los inventarios de arroz, el estatus de pignoración del 2025 y la planificación del 2026, incluyendo el incentivo de 75 millones de pesos para el uso de semilla certificada 2025-2026.

Periodista. Egresada de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), con un semestre adicional en Comunicación Escrita cursado en Maryville College, Estados Unidos. Ha escrito sobre economía para los periódicos El Jaya y elDinero. Apasionada por las finanzas, la cultura, la literatura y el bienestar.