A la clase del 2020

Más que simplemente cuidarte y protegerte, te invito a que te fortalezcas y cuides tu salud ahora como nunca antes lo habías hecho

Queridos graduandos de la clase del 2020. En primer lugar, ¡felicidades! Este peldaño que ahora alcanzas en tu vida, de culminar tu vida en el bachillerato y prepararte para dar tus primeros pasos en tu formación como profesional, es extraordinariamente importante, pues representa la culminación de todos tus esfuerzos y simboliza tu entrada al mundo adulto.

Que quizás no lo puedas celebrar como ha sido costumbre o tradición, no le resta absolutamente nada a lo maravilloso de tu logro y al valor de los sacrificios que tanto tú como tus padres y profesores pusieron de su parte para que te conviertas en el bachiller que hoy eres.

En el 2013 escribí una columna muy parecida a esta, dedicada a la clase graduando de aquel año. Aquellos jóvenes, entonces de 18 años, hoy día ya son, la gran mayoría, profesionales acercándose a sus 25 años y probablemente ya con sus diplomas universitarios de licenciados y magísteres y varios años de experiencia laboral en su haber.

Recuerdo lo anterior, un poco para dejarte saber que el tiempo vuela. Literalmente, ¡vuela! Y, toca decirlo que, durante estos días de pandemia y estado de emergencia, cuando los domingos se confunden con los martes e incluso hasta llegamos perder el sentido del día y la noche en algunos casos, ese sentimiento de lo efímero se acrecienta aun más.

Durante los últimos días he estado reflexionando qué te diría a ti, y a tus compañeros graduandos del bachillerato, en el hipotético caso de que me invitaran a ser el orador en la noche de vuestra graduación.

También pensé en mi escrito del 2013 (¡Ojalá que lo leas, de algo podría servirte!), pues me puse a pensar en cómo sería diferente lo que te dijera a ti ahora, en medio de esta pandemia, en comparación con lo que les escribí a los muchachos de entonces.

“Señor, concédeme serenidad para aceptar todo aquello que no puedo cambiar, fortaleza para cambiar lo que soy capaz de cambiar y sabiduría para entender la diferencia” Plegaria de la serenidad