Los bancos corresponsales en la RD

Uno de los principales atractivos de trabajar con los corresponsales son las condiciones de sus créditos, especialmente aquellos otorgadas para financiar las importaciones a corto plazo.

Son parte esencial de nuestra banca. Sin ellos, viviríamos aislados del resto del mundo. Algo tan básico como una remesa, el pago a un suplidor de fuera o una carta de crédito sería imposible sin ellos.

A través de sus servicios de corresponsalía, la gran banca global con sus sedes en Nueva York, Londres, Madrid o Tokio, nos permite insertarnos y beneficiarnos de los grandes flujos de financiamiento, inversión y comercio internacional.

Como isla, nuestra economía colapsaría si no pudiésemos participar de ese tráfico global. Renglones tan importantes como las remesas, las zonas francas, el turismo y la inversión extranjera dependen de que tengamos acceso a esa red de corresponsales internacionales.

Antes, cuando todavía no habíamos desarrollado una base de depósitos en moneda extranjera orgánica o propia del ahorro nacional, el financiamiento provisto por los corresponsales era nuestra principal fuente de capital para entendernos con el exterior.

En la primera gráfica verá que, iniciando este siglo, por cada US$100 en ahorros en moneda extranjera, teníamos US$83 en financiamientos de corresponsales.

Crédito y confianza